Fue autor de más de trescientas canciones típicas, algunas de ellas clásicas como El pañuelito, Quisiera y Sólo por esta vez, de Osvaldo Ayala; Penas, de Ulpiano Vergara y Lucho de Sedas; y Lo que a mí me sucedió, de Dorindo Cárdenas
La música panameña está de luto. La tarde de este 26 de diciembre se conoció sobre el fallecimiento del destacado acordeonista y compositor de música típica, Carlos Cleghorn Espino, quien deja un legado de más de 300 canciones compuestas, entre estas, El Pañuelito, Penas y Quisiera de la interpretación de Osvaldo Ayala.
Carlos Cleghorn en su momento fue a Valledupar, Colombia, en la Sociedad de Autores y Compositores. Era el único panameño que visitó la exposición sobre la historia del acordeón. Carlos venía de hacer una investigación cultural en un pueblo llamado El Paso, donde nació Alejandro Durán, el primer Rey Vallenato (título que se le da al mejor acordeonero del Festival de la Leyenda Vallenata) y que está estampado en algunos modelos de acordeones marca Hohner.
Cleghorn quería saber cuál era la clave para atraer a medio millón de visitantes al festival cultural y folclórico más importante de Colombia. Se dio cuenta que dar a conocer las historias de los músicos y artistas es lo que atrae a la gente. Y eso es lo que trató de hacer con la música panameña desde su querido pueblo Guararé, provincia de Los Santos.
Además participó en el evento cultural de la Expo Mundial, que se celebra cada cinco años en diferentes países del mundo. Ese año, en el 2010, fue en Shanghai, China. En la preparación del evento.
Fue autor de más de trescientas canciones típicas, algunas de ellas clásicas como El pañuelito, Quisiera y Sólo por esta vez, de Osvaldo Ayala; Penas, de Ulpiano Vergara y Lucho de Sedas; y Lo que a mí me sucedió, de Dorindo Cárdenas.
El compositor fue un hombre a quien que se le desborda el sentimiento y lo expresaba en versos, dedicados especialmente a las mujeres.
Una vez en la oficina del abogado Rogelio Cruz, quien además es acordeonista y discípulo de Gelo Córdoba. En la oficina le dedicó varios versos a la secretaria de Cruz, que quedó hechizada. No es por nada que Cleghorn puso a gozar a muchos panameños a través de la voz de Osvaldo Ayala con aquel verso que dice: “Quiero hacerte el amor, como no te lo han hecho; que gocemos los dos, aquí en mi tibio lecho…” Hay dos canciones de Cleghorn que fueron muy famosas y que son clásicas en la música típica panameña, ambas sobre decepciones amorosas.
Excelente Autor Y Compositor