Luchas de las mujeres por alcanzar la equidad han costado “sangre, sudor y lágrimas”

Luchas de las mujeres por alcanzar la equidad han costado “sangre, sudor y lágrimas”
Dalys Batista de Pérez, catedrática universitaria. Foto, Dalys de Pérez.

Mientras no haya corresponsabilidad entre mujeres y hombres en la toma de decisiones en los derechos y deberes, “vamos a tener de alguna u otra manera, relaciones desiguales”, Dalys Batista de Pérez.

Las luchas por ampliar los derechos humanos de las mujeres existen desde la época independentista, porque siempre han estado presente exigiendo asumir “corresponsabilidad” en la construcción de la nación panameña, así lo aseguró la doctora en mediación pedagógica y catedrática universitaria, Dalys Batista de Pérez.

En su vasta experiencia en el tema de las mujeres por alcanzar la equidad, Batista de Pérez, sostuvo que las luchas históricas de las mujeres “nos han costado, sangre, sudor y lágrimas” y dijo, que todavía hoy seguimos en la misma línea de establecer relaciones de equidad en la pareja humana.

Explicó que mientras no haya corresponsabilidad entre mujeres y hombres en la toma de decisiones en los derechos y deberes, “vamos a tener de alguna u otra manera, relaciones desiguales”.

Comentó que esa discriminación hacia la mujer, se ha evidenciado aún más durante la pandemia del Covid-19, porque se han dado más femicidios y más casos de violencia contra la mujer.

En la pandemia la violencia doméstica se ha disparado, ha amentado el femicidio y agresión contra la mujer lo que es un reflejo de los anti valores que creen que el sometimiento de la mujer hace que el hombre se sienta con más poder, y no se dan cuenta que el “sometimiento de la mujer” daña las relaciones de pareja.

“La humanidad está compuesta por mujeres y hombres y mientras no tengamos equidad en nuestras relaciones, sino que usemos la fuerza y la dominación, vamos a tener esos problemas”, reflexionó.

Ante esa situación, mencionó que “hay que cambiar la ética patriarcal por una ética de relaciones de complementariedad”. En este sentido, habló de la necesidad de exigir revisión del sistema educativo formal.

Apuntó  que desde hace dos décadas se ha tratado de incorporar en la educación media, los cursos integrales en sexualidad para evitar abusos sexuales de las niñas, los embarazos en adolescentes y los abortos, “pero con una mentalidad tan atrasada que corresponde a la filosofía judeocristiana de los siglos XIII y XIV.  No se quiere mirar el tema científicamente, sobre una educación integral en sexualidad”, y añadió, que seguirán denunciando los antivalores que hay detrás de una propuesta educativa, que sigue siendo discriminatoria hacia las mujeres.

Recordó que en 1995 tuvo el privilegio de asistir a la Cuarta Conferencia Mundial de Mujeres, celebrada en Beijing, China, en la cual Panamá tuvo una amplia representación de 38 mujeres, y fue en ese escenario, donde se aprobó una plataforma de acción mundial de ampliación de los derechos humanos.

Panamá suscribió la plataforma de Beijing y en ese momento se estimuló la ampliación de las políticas sociales, y se dieron muchos mecanismos para la creación de oficinas para impulsar la participación de las mujeres.

Y en cuanto a la agenda de las mujeres, la docente universitaria, señaló que se avanzan “dos pasos para adelante y tres para atrás”, porque hoy día, esas oficinas están cerradas, desmanteladas sin presupuestos y todavía no se ha creado el Ministerio de la Mujer.

Dijo, por otro lado, que cada día va creciendo la profesionalización de la mujer.  Nos damos cuenta que cada mujer que se incorpora en el mercado de trabajo tiene niveles de eficiencia y eficacia que sientan pautas de éxito. “Porque la mujer es más organizada, entiende más las relaciones sociales y eso nos hace ser más productivas”.

Expresó que ante todos los escollos que se le han presentado a la mujer, lo primero que hay que hacer es seguir insistiendo, usando los medios de comunicación para continuar educando a la mujer con la finalidad de construir una ética de igualdad.

Y, acotó, que, “si tenemos una ética de igualdad, tendremos una sociedad más equitativa y unas relaciones humanas más solidarias, con los mismos derechos y las mismas responsabilidades para hombres y mujeres”.

Adicional que, en países desarrollados, donde las bases normativas están más cerca a la equidad, los hombres y las mujeres tienen los mismos salarios, una base de leyes laborales, relaciones de respeto, hay, asimismo, menos violencia doméstica.

Durante su conversación con este medio, Dalys Batista de Pérez, discípula de Marta Matamoros, referenció muchas de las participaciones de la mujer en el quehacer nacional, las cuales se remontan desde la época independentista, cuando la primera bandera fue producto de las manos de una mujer, también su intervención en la lucha inquilinaria, como en el voto igualitario, aquí ponderó las acciones que, en  la década de 1940 estuvieron lideradas por Marta Matamoros, Gumercinda Páez y Clara González.

Dijo que en Panamá “todavía hay gente que dice que en la Constitución de 1946, cuando se incluye el voto igualitario, se le atribuye al expresidente de la República, Arnulfo Arias Madrid, haber dado el voto a la mujer: “una mentira absoluta”, porque arguye que, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en 1945, se dio una apertura hacia los derechos humanos, coyuntura aprovechada por las mujeres, para, a través de la diputada Gumercinda Páez, se presentó una propuesta sustentada en los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, para el voto igualitario, la cual fue entregada por Marta Matamoros.

A su vez, se presentó otra propuesta para la incorporación del fuero maternal en el nuevo Código de Trabajo, argumentó en sus consideraciones, Dalys Batista de Pérez, miembro fundador de la Unión Nacional de Mujeres Panameñas (Unamup).

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