Si bien el show, un pódcast de 10 episodios coproducido por WBUR (afiliada de NPR de Boston) y Futuro Media, es una suerte de biografía de Selena, también se entrelaza con la historia personal de García.
María García recuerda de manera muy clara cuándo comenzó su conexión con Selena Quintanilla Pérez. Comenzaban los años noventa y ella tenía 7 años, cuando vio a la estrella texana presentarse en la televisión.
“Tenía una cascada de cabello negro, labios rojos y piel morena”, dice García en el primer episodio del nuevo pódcast “Anything for Selena”. “Cantaba como si sintiera cada palabra de sus canciones, como si la música emanara de su cuerpo”.
Ese fue un momento crucial para García, la presentadora del pódcast. Nacida en Ciudad Juárez, México, y criada en El Paso, Texas, García tuvo dificultades para descifrar quién era y adónde pertenecía. En el pódcast describió cómo sentía “un rechazo, un estigma, en ambos países”. Sin embargo, ahí estaba alguien que se parecía a ella, intransigente en su biculturalismo y apariencia. Selena era tan mexicana como estadounidense. Sus primeros éxitos, incluyendo “Como la flor”, fueron en español, pero “Dreaming of You”, su álbum póstumo en inglés, fue un éxito masivo y la película biográfica de 1997, protagonizada por Jennifer Lopez, consolidó aún más su legado.
Si bien el show, un pódcast de 10 episodios coproducido por WBUR (afiliada de NPR de Boston) y Futuro Media, es una suerte de biografía de Selena, también se entrelaza con la historia personal de García, quien argumenta cómo la vida y la muerte de la cantante (Selena fue asesinada de un disparo por la presidenta de su club de fanes en 1995), fueron puntos cruciales para latinos como ella que tuvieron efectos duraderos en el panorama cultural. Los episodios son divulgados todos los miércoles y vienen acompañados con versiones en español.
Yo también crecí en Texas, 160 kilómetros al norte de Corpus Christi, lugar de origen de Selena. Al igual que García, soy una mexicoestadounidense de primera generación. Ya fuera en una fiesta de 15 años o a todo volumen desde la radio de la cocina, la música de Selena forma parte de la banda sonora de mi vida. La música texana, que fusiona influencias mexicanas, europeas y estadounidenses, era una expresión de lo que significa ser de Texas. Selena encarnaba todas esas influencias.
García se encuentra en la actualidad en El Paso, desde donde habló por teléfono sobre el pódcast y comentó cuánto dependió su existencia de una reunión con el padre de Selena, Abraham Quintanilla, quien es conocido por ser muy protector con el legado de su hija. Estos son extractos editados de la conversación.
P: ¿Cuál fue la inspiración de “Anything for Selena”?
R: El pódcast ha sido mi propia búsqueda para descifrar a qué lugar del mundo pertenezco y cómo pertenezco a ese lugar. Todos los que me conocen saben que siempre he sido una gran devota de Selena desde que era una niña, hasta mi adolescencia y mi adultez temprana.
El último video casero que tengo con mi padre antes de su muerte es de nosotros bailando con la música de Selena. Me di cuenta de que existían todos estos momentos en mi vida en los que Selena estaba allí, por lo que quise en realidad desentrañar por qué sentía esta conexión tan profunda con ella incluso en mis treinta y tantos. Sabía que la respuesta no se limitaba al hecho de que había sido una artista mexicoestadounidense en los años noventa, una época en la que eso incentivó la asimilación. Quise profundizar aún más e intentar conectar los puntos a lo largo de las décadas y realmente tratar de hacerle justicia a su legado en la música y la cultura.
P: La otra cosa sobre esta serie es que es en parte una memoria sobre tu crianza y vida en la frontera, en la que luchabas por encajar. Me hizo pensar en el dicho “ni de aquí ni de allá”. ¿Por qué quisiste hablar sobre eso?
R: Cuando comencé a escribir este pódcast no tenía en mente que fueran memorias. Conté esta historia porque cuando experimenté con 7 años ese primer recuerdo de Selena, no tuve el lenguaje para articular lo que ella significó para mí.
Existía una tensión entre estas dos partes de mí y ver a alguien que encarnaba ambas partes de manera plena en Estados Unidos y en México, que atravesaba ambos países sin cambiar de código, que era la misma persona en ambos lados de la frontera… nunca había visto algo así. Me impactó a una edad temprana y se quedó conmigo toda la vida.
P: El episodio más reciente explora temas que los oyentes podrían considerar intrigantes.
R: Exploramos el tema racial con bastante profundidad en los próximos episodios. Tengo la teoría de que existe un linaje histórico directo desde Selena hasta la popularización actual de los grandes traseros. Las mujeres negras siempre han estado a la vanguardia de la celebración de los cuerpos curvilíneos, pero hay un momento a mediados de los años noventa, tras la muerte de Selena, y en particular en la época de su película biográfica, en el que las latinas lo convirtieron en una característica que se volvió deseable en la cultura de masas.
P: En el segundo episodio hablas sobre tu experiencia al conocer a Abraham Quintanilla, el padre de Selena. ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Te preocupaba lo que podría suceder?
R: Absolutamente. Estaba aterrada. Tomé un vuelo a Corpus Christi sin tener ninguna garantía de que me recibiría. Habíamos estado intentando adquirir los derechos musicales del catálogo de Selena. El sello discográfico nos había dicho que no solo la familia había rechazado la petición, sino que no apoyaban el proyecto.
Pero sabía que Abraham era una de las claves fundamentales para comprender a Selena. Es impresionante la frecuencia y la devoción con la que ella hablaba de su padre. Tenían un vínculo creativo sobre su oficio y la música.
P: Se sintió como si hubiera bajado la guardia contigo.
R: Y yo con él. Fue recíproco.
Es genuinamente una persona complicada. Admite que fue un padre demasiado exigente. Me dijo que tiene momentos en los que se pregunta si Selena seguiría viva si no la hubiera presionado para que fuera una estrella. Ese es un conflicto muy real con el que ha vivido durante el último cuarto de siglo.