“Menores de 5 años no son fuente de contagio del coronavirus”, Max Ramírez

“Menores de 5 años no son fuente de contagio del coronavirus”, Max Ramírez
Los menores de cinco años no son foco de contagio de la covid-19. Foto, Krystell Santamaría.

Los menores de cinco años, “no contagian, ni son fuente de contagio”, porque tienen una respuesta “muy buena e innata” para defenderse de las infecciones.

En los menores de cinco años es poco probable el contagio por coronavirus, por estar protegidos por la denominada glándula Timo, mientras que en adultos mayores de 60 años, se convierte en un grupo de riesgo, prioritario para la vacunación, señaló el jefe de salud pública de la Región de Salud San Miguelito, Max Ramírez, al hacer una  relación entre ambos segmentos de la población.

Los menores de cinco años, “no contagian, ni son fuente de contagio”, porque tienen una respuesta “muy buena e innata” para defenderse de las infecciones respiratorias y virales, señaló el galeno.

El pediatra y jefe de Salud Pública, de la Región de San Miguelito, explicó que los menores de edad, específicamente menores cinco años, están protegidos  por la  glándula Timo.

La Real Academia de la Lengua Española (RAE) la define como: “una  glándula endocrina de los vertebrados, que participa en la función inmunitaria a través de los linfocitos T., es decir, son células que ayudan a combatir las infecciones”.

Agregó el doctor Ramírez  que esta glándula es una respuesta innata para defenderse de las infecciones y que, entre menos edad, más protegidos se encuentran los niños.

Sin embargo, el pediatra señaló que esa glándula involuciona (retroceso en el desarrollo de un proceso) y que, cuando el niño va creciendo, en esa misma medida, va aumentando el contagio porque la glándula va disminuyendo poco a poco.

Es decir, que su tamaño va cambiando a lo largo de la vida, y  va perdiendo esa capacidad que tenía de nacimiento.

De allí que, a medida que el niño va creciendo, de cinco a 10 años, de 10 a 15, va aumentando en sí, el contagio que pueden ejercer, porque, precisamente, según explicó Ramírez, van perdiendo esa capacidad innata.

“La glándula sigue disminuyendo en su volumen, el sistema inmunológico sigue funcionando porque ya está establecido, pero ya no se trabaja con la inmunidad innata, sino que se trabaja con la adquirida”, añadió Ramírez.

“La inmunidad adquirida -dijo- es una especie de memoria que el cuerpo va haciendo de los agresores que le van llegando y se transforma en una memoria, “una biblioteca de memoria” de todos los gérmenes o sustancias extrañas que han entrado al cuerpo y que tienen memoria”.

En  otras palabras, almacenan glándulas con la información y si hay un germen nuevo, “como ya no tengo memoria me ataca porque no la he tenido antes”, señaló.

¿Cuándo pasa? A medida que van aumentando los años,  hay más contactos con gérmenes y se va creando, lo que se denomina inmunidad adquirida, porque la innata que lo protegía desaparece.

Ramírez aclaró que los niños, en realidad, “no es que sean inmunes o parecieran no enfermarse, pero todo obedece a una respuesta innata para defenderse de las infecciones”; mientras que en el adulto, indicó,  “ocurre lo contrario, porque esta glándula, prácticamente desaparece”.

Sobre el particular, señaló que “el adulto no se muere por no reaccionar, sino por el contrario, porque reacciona demás, es decir, como entra el germen y el cuerpo reacciona tan fuerte, entra a una fase denominada inflamatoria”.

“En esa fase -explicó- puede entrar en otra inflamatoria trombótica, que es cuando la inflamación es tanta, que se crean trombos, coágulos y estos son los que se van al corazón, a los riñones, al hígado, al cerebro y trastornan todo el funcionamiento del organismo, y es lo que se denomina “cascada de coagulación”, y se produce un proceso secundario como coagulación dentro de los vasos diseminados que alteran todo el organismo”.

“Por eso ya no funcionan los órganos, le sucede a los adultos”,  y dijo que  el 75% es mayor de 60 años.  En los adultos es grave, y si se agregan las otras enfermedades crónicas, como diabetes, obesidad u otras, hipertensión, insuficiencia vascular, problemas trombóticos o cáncer, es peor.

Añadió que “si a estas enfermedades, que producen inflamación en el organismo, de llegar el virus que también produce inflamación, es un problema muy serio para el adulto mayor, de ahí la importancia de que reciba su vacuna contra la covid-19, porque no tiene alternativa como el resto de la población.  Todo está en contra de ellos”.

En ese sentido, dijo que el tema de la vacunación es un desafío para las autoridades, pero se está cumpliendo.

Desde el inicio de la pandemia de la Covid-19 los adultos de 60 años en adelante son los que más muertes han registrado, en proporción a los de menos edad.

Mientras los niños van creciendo, la glándula del Timo disminuye. Foto Krystell Santamaría.

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