Los humanos han enviado a su progenie a través del tiempo y 480 millones de kilómetros espaciales en búsqueda de parientes, las raíces ancestrales de un árbol familiar que podría tener su origen en el suelo del Planeta Rojo.
Hace tres mil y medio millones de años, las olas salpicaban y los arroyos emergían en esta explanada polvorienta de Marte que ahora es conocida como el cráter Jezero. Era una Tierra naciente donde la química coagulaba hacia el estado exaltado que llamamos vida.
Astrónomos, filósofos y escritores de ciencia ficción, todos se han preguntado si la naturaleza de Marte llevó a cabo el mismo experimento que en la Tierra. ¿Fue otro tubo de ensayo para la evolución darwiniana? Ya nadie se burlaría de ti en la clase de biología por especular si es que la vida en realidad evolucionó primero en Marte y de ahí derivó a la Tierra a bordo de un meteorito o si ambos planetas estaban llenos de microbios o de protovida de algún lugar aún más lejano.
Por eso los humanos han enviado a su progenie a través del tiempo y 480 millones de kilómetros espaciales en búsqueda de parientes muy lejanos, las raíces ancestrales de un árbol familiar que podría tener su origen en el suelo del Planeta Rojo.
El róver Perseverance y su hermanito, el helicóptero Ingenuity amartizaron en una nube de arenilla el 18 de febrero, encrespados con antenas y cámaras. Perseverance pasará el próximo año marciano —el equivalente a dos años terrestres— merodeando, hincando y recolectando rocas del cráter Jezero y el delta del río que lo penetra. El róver va a escudriñar los restos a nivel químico y geológico y tomará fotografías para que los científicos en la Tierra puedan buscar signos de fosilización antigua u otros patrones que los organismos vivos podrían haber producido.
Perseverance e Ingenuity operarán con amplia libertad: 12 minutos de viaje ligero —y un retardo de señal— a través del éter de Pasadena, en donde sus creadores y cuidadores esperan ver lo que han logrado recientemente. Como unos adolescentes a quienes les abriste la puerta para que se marchen con las llaves del auto, Perseverance e Ingenuity no son más inteligentes ni responsables de lo que los humanos les han enseñado a ser.
Las rocas serán recolectadas y devueltas a la Tierra en una serie de maniobras de cinco años que involucran cohetes de retransmisión, róveres y transferencias orbitales a partir de 2026 que harán que la recuperación de las rocas lunares parezca tan fácil como enviar galletas de Navidad a tus parientes. Las rocas que vuelvan a partir de 2031 serán analizadas durante años, como los Manuscritos del Mar Muerto, en busca de lo que puedan decir sobre la historia oculta de nuestro gemelo perdido y, tal vez, sobre los primeros días de la vida en el sistema solar.
La generación que vino después de la Segunda Guerra Mundial realizó el primer gran reconocimiento del sistema solar. El destino de esta generación podría ser el próximo gran reconocimiento para descubrir si tenemos, o si alguna vez tuvimos, vecinos en estos mundos. En el cráter Jezero, el sueño prosigue. Es posible que nunca vivamos en Marte, pero nuestras máquinas ya están ahí.