La China del futuro

La China del futuro
El autor es especialista en asuntos internacionales y sistemas económicos y políticos comparados.

El primer ministro chino rinde su informe al 13o. congreso nacional del pueblo, el mayor organo legislativo del mundo (4 de marzo 2021).

Acabo de escuchar en transmisión directa el informe -de casi una hora de duración- del primer ministro chino, Li Keqiang, ante la reunión anual del Congreso Nacional del Pueblo Chino (CNP), que es el mayor órgano legislativo del mundo, con más de 2,900 delegados, en un edificio que, cuando lo vi en 1996, me impresionó por su tamaño.

En esta hora se dio inicio al primer día de la temporada de las “dos sesiones”, o “lianghui”.  Se llaman así porque se dan en paralelo las reuniones del Congreso Nacional del Pueblo, y la Conferencia Política Consultiva del Pueblo Chino (CPCPC), el principal cuerpo asesor político de China. Las “dos sesiones” durarán desde la noche de hoy (mañana del día 5 de marzo en China) hasta la tarde del jueves 11 de marzo. En los años que siguen, este evento será un hito importante a monitorear por parte de quienes seguimos los temas internacionales.

El Congreso Nacional del Pueblo es, de acuerdo a la Constitución China, “el órgano supremo del poder del Estado”: tiene la autoridad de enmendar la Constitución, nombrar a los ocupantes de las más altas posiciones en el Estado, aprobar la legislación más importante, que en la Constitución china se denominan “leyes básicas”, aprobar el presupuesto del gobierno central, y ratificar los planes anuales y quinquenales para el desarrollo económico y social.

El Congreso Nacional del Pueblo se reúne una vez al año por un período variable de entre una y dos semanas, típicamente en marzo. Tiene un “Comité Permante” o “Standing Committee”, que funciona todo el año para aprobar la legislación del día a día, que permite al Gobierno ejecutar los planes aprobados por el Congreso Nacional del Pueblo, y realizar otras funciones de control de la ejecución del Gobierno.

El Congreso Nacional del Pueblo recibe también los informes anuales del Comité Permanente, el Consejo de Estado, la Corte Suprema del Pueblo, y el Procurador Supremo del Pueblo, además de revisar los presupuestos anuales y los planes de desarrollo del Gobierno central. Las autoridades utilizan estos documentos para anunciar sus prioridades de política pública y metas para el año en curso.

En los últimos años, el Congreso Nacional del Pueblo ha revisado y actualizado algunas iniciativas legislativas clave: por ejemplo, en el año 2020 se aprobó el primer Código Civil de China, y la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong. Este año algunas de las leyes más importantes que aprobará, serán la de la revisión de la legislación electoral de Hong Kong, y reformas a la Ley Orgánica del Congreso Nacional del Pueblo. Estas reformas serán monitoreadas por analistas locales e internacionales.

El Congreso Nacional del Pueblo es una entidad principalmente homologadora; nunca en su historia ha votado en contra de ningún ítem en la agenda, sea una ley, un informe, un presupuesto, un plan, una candidatura o nominación. Las deliberaciones de los delegados al Congreso Nacional del Pueblo pueden, y de hecho ocurren, modificar limitadamente algunos de los documentos sometidos a revisión. Las votaciones en el Congreso Nacional del Pueblo no son por unanimidad, aunque los votos disidentes son normalmente muy minoritarios.

El Comité Permanente del Consejo Nacional del Pueblo es un órgano con un comportamiento diferente, pues no todas las iniciativas de ley que se le presentan son aprobadas; sin embargo, la gran mayoría de los proyectos de ley sí lo son, y las leyes de gran importancia normalmente reúnen la unanimidad o la casi unanimidad de los votos del Comité Permanente.

Los delegados al Congreso Nacional del Pueblo representan a todas las provincias de China Continental, además de Hong Kong, Macao, Taiwán, el Ejército Popular de Liberación, y la Policía Popular. Alrededor de 70% de los delegados son miembros del Partido Comunista Chino, y un 10% a un 13% pertenecen a otros ocho partidos políticos autorizados, todos afines al Partido Comunista; el resto de los delegados del Congreso Nacional del Pueblo no declaran tener afiliación política alguna. Alrededor de un 25% de los delegados son mujeres, y un 15% pertenecen a minorías étnicas.

Varios órganos del Estado, incluyendo el Comité Permanente del Congreso Nacional del Pueblo, pueden presentar proyectos de ley. El Congreso Nacional del Pueblo puede emitir también “sugerencias, críticas y opiniones”, dirigidas a diferentes órganos del Estado. Estas “sugerencias, críticas y opiniones”, según el caso, expresan la perspectiva de los delegados en algunos temas de política pública, recomendaciones para acciones o políticas de Gobierno, o para criticar el desempeño de alguna dependencia estatal. Las entidades del Estado a quienes van dirigidas estas sugerencias, críticas y opiniones, deben contestarlas en unos pocos meses, y al final del año, el Comité Permanente recibe un informe acerca de cómo fueron manejadas esas sugerencias por parte de las entidades del Estado que las recibieron.

Este congreso es muy importante, porque se da en medio del año donde se presentará el 14o plan quinquenal de la República Popular China, y en el centenario de la fundación del Partido Comunista de China, que -más allá de que soy liberal, centrista moderado, republicano-demócrata-representativo-reformista-, es, con sus altos, bajos, revisionismos históricos y capítulos muy cuestionados, una de las más exitosas organizaciones políticas de los últimos 70 años, logrando, en poco más de una generación, lo que ninguna nación ha alcanzado: sacar a más de 850 millones de personas de la pobreza, según datos del Banco Mundial.

El discurso del Primer Ministro (un estilo de “Estado de la Nación”), transmitió confianza y optimismo en el futuro de China: 6% de crecimiento del PBI proyectado para el año 2021 (estimación conservadora “a propósito”; no debería extrañarse que el crecimiento real de la economía china en 2021 esté entre 7% y 8%); tasa de inflación esperada de un 3%; déficit fiscal de 3,2%; desempleo descendiendo al 5%; creación de 11 millones de trabajos urbanos durante el año 2021; medidas masivas de desregulación y promoción de las pequeñas y medianas empresas; continuación de la apertura a las inversiones extranjeras y a las importaciones; profundizar el redireccionamiento (anunciado el año anterior) del motor de crecimiento basado en el consumo interno, reduciendo progresivamente la dependencia de los mercados externos y las exportaciones chinas (ambas dimensiones traerán, progresivamente, un aumento de las importaciones ante el aumento de la demanda interna, lo que representa una buena oportunidad para los países latinoamericanos que buscan exportar o aumentar las exportaciones actuales a China); medidas de alivio fiscal progresivo a los contribuyentes de menores ingresos y pequeñas y medianas empresas, mejorando la eficiencia del gasto del Estado, y el uso de capital; neutralidad del Estado en la dinámica competitiva entre empresas de propiedad del Estado y empresas privadas; mejora de la inversión en investigación y desarrollo científico y tecnológico (esto implicará que durante el plan quinquenal que inicia este año, seremos testigos de una gran explosión y difusión tecnológica de origen chino, consolidando los avances que hemos visto en los últimos años); mejorar significativamente el estándar de vida de la población, con énfasis en las poblaciones rurales; topear las emisiones de carbono para el año 2030, trabajando para que desde el inicio de este plan quinquenal, se comience a avanzar hacia un estatus de neutralidad en las emisiones para el año 2060; consolidación de la seguridad alimentaria y aumento de la productividad en la agricultura; extensión progresiva de la edad de jubilación; creación de incentivos para incrementar la tasa de natalidad (la élite china está preocupada por informes que indican que, de continuar la actual tendencia, India sobrepasará a China antes de que finalice esta década como el país más poblado del mundo), y varias medidas para fortalecer el desarrollo humano para seguir progresando desde un “crecimiento rápido” a un “crecimiento con calidad”.

Los años que vienen tendrán a China Popular teniendo un gran protagonismo en la escena mundial, extendiendo algunos de sus progresos a nuevas áreas. Es bueno que, desde Occidente, y quienes somos “orientalistas”, nos comencemos a informar más cotidianamente de la evolución de un país que será clave en las relaciones internacionales de las próximas décadas.

 

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