El punto central de la Cumbre de Líderes sobre el Clima será el plan del gobierno de Biden de reducir las emisiones estadounidenses para 2030 y su estrategia para superar la feroz oposición republicana
El gobierno de Biden está cerca de lograr acuerdos con Japón, Corea del Sur y Canadá para reforzar el objetivo de reducir las emisiones de carbono en los cuatro países, días antes de una cumbre de líderes mundiales que se realizará el Día de la Tierra, 22 de abril, y que será seguida muy de cerca.
Sin embargo, no se han logrado establecer acuerdos similares con China, India y Brasil, potencias económicas que juntas producen más de un tercio de las emisiones globales. Esta es la señal más reciente de lo difícil que será para el presidente Joe Biden lograr que el cambio climático sea una parte central de su política exterior.
John Kerry, el enviado presidencial especial para el clima, se está preparando para hacer un viaje de última hora a China y Corea del Sur antes de la cumbre organizada por Biden. Kerry llegará el 14 de abril y se espera que tenga múltiples reuniones de alto nivel en Shanghái el 15 de abril. La cooperación del mayor emisor mundial de contaminación que causa el cambio climático es fundamental para reducir el calentamiento global, pero Pekín es también el mayor rival de Washington en el escenario mundial.
Con Brasil, los esfuerzos del gobierno de Biden para negociar un plan de protección de la selva amazónica con el presidente conservador de Brasil, Jair Bolsonaro, han dividido amargamente a los defensores del medioambiente, dado el terrible historial ambiental del gobierno de Bolsonaro.
Y en India, donde Kerry concluyó hace poco tres días de negociaciones que no produjeron ninguna promesa específica para fortalecer la ambición climática de Nueva Delhi, el gobierno debe sopesar su necesidad de cooperación con sus preocupaciones sobre los derechos humanos. Mientras tanto, los líderes de India han sido perturbados por la presión de realizar un anuncio antes de la realización de la cumbre de Biden la próxima semana, sobre todo después de pasar los últimos cuatro años trabajando con un gobierno estadounidense que abandonó los esfuerzos del resto del mundo para combatir el calentamiento global.
“Quizás haya un ligero desfase temporal para recuperar esa confianza y esa relación”, dijo Aarti Khosla, directora de Climate Trends, una organización sin fines de lucro dedicada al cambio climático con sede en Nueva Delhi.
El punto central de la Cumbre de Líderes sobre el Clima será el plan del gobierno de Biden de reducir las emisiones estadounidenses para 2030 y su estrategia para superar la feroz oposición republicana. Las ambiciones y la viabilidad de ese objetivo podrían determinar el éxito del gobierno de Biden en persuadir a otros países a que hagan más de lo que ya han prometido.
“Las cumbres son teatrales y si tienen una gran pieza central pueden tener un impacto profundo”, dijo Rachel Kyte, decana de la Escuela Fletcher en la Universidad Tufts y asesora climática del secretario general de la ONU. “Esa pieza central es el plan de Estados Unidos”.
El objetivo final es una reunión productiva de la ONU en noviembre en Glasgow, Escocia, donde se espera que los casi 200 países que se han adherido al Acuerdo de París sobre el cambio climático consagren legalmente sus objetivos más difíciles, los cuales tienen como meta evitar las peores consecuencias del cambio climático.
En público, el gobierno de Biden ha intentado reducir las expectativas de que los otros países harán anuncios importantes en el evento estadounidense. Sin embargo, tras bambalinas, los diplomáticos del Departamento de Estado han hecho grandes esfuerzos para incitar a los aliados a hacer precisamente eso.
A través de un comunicado, Kerry se negó a hablar en específico de la probabilidad de que otros países se unan a Estados Unidos para realizar grandes anuncios. Kerry afirmó que la cumbre “será una oportunidad para que las principales economías y otros países trabajen juntos en los niveles más altos posibles para abordar la crisis climática”.
El progreso de Estados Unidos hacia nuevos acuerdos con algunos países industrializados en menos de tres meses es un testimonio de la diplomacia climática de Kerry. Ha viajado a seis países y ha realizado lo que los asistentes han descrito como docenas de videoconferencias y llamadas cada semana desde enero.
Según un funcionario estadounidense familiarizado con las conversaciones, se espera que Yoshihide Suga, primer ministro de Japón, anuncie un nuevo objetivo de emisiones para 2030, en un rango del 50 por ciento por debajo de los niveles de 2013, días antes de una reunión con Biden en Washington el 16 de abril. Estados Unidos y Japón también han estado hablando de nuevas restricciones al financiamiento del carbón, aunque no queda claro si se hará o no un anuncio al respecto.
Un importante medio de comunicación de Corea del Sur, The Maeil Business Newspaper, informó esta semana que los líderes surcoreanos estaban listos para anunciar una suspensión del financiamiento del carbón en el extranjero. Y Canadá, que ya firmó un fuerte acuerdo bilateral con Estados Unidos sobre el cambio climático, ha dicho que anunciará objetivos más grandes en la cumbre.
Sin embargo, ha sido difícil lograr un acuerdo con China. En una reunión reciente en Anchorage, Alaska, funcionarios estadounidenses y chinos discutieron sobre comercio, derechos humanos y las medidas cada vez más agresivas de Pekín hacia Taiwán.
La tensión fue tan grande que los funcionarios estadounidenses negaron un informe preliminar de que los países habían acordado formar un grupo de trabajo sobre cambio climático a pesar de tener otras diferencias.
“Existe una preocupación en Washington entre las personas que trabajan en temas relacionados con China de que a los actores climáticos les gustaría ver un acuerdo entre Estados Unidos y China a expensas de poner en riesgo un conjunto más amplio de temas estratégicos”, dijo Joanna Lewis, directora del Programa de Ciencia, Tecnología y Asuntos Internacionales, de la Universidad de Georgetown y experta en política energética china.
“Creo que fue un tema delicado para ellos y creo que es un tema delicado para Kerry”, dijo Lewis.
En declaraciones públicas, Kerry ha intentado desvincular el deseo del gobierno de cooperar con China en asuntos climáticos de otros problemas de la relación.
“El presidente Biden lo ha dejado claro y yo lo he dejado claro: ninguno de los otros problemas que tenemos con China, y claro que los hay, está siendo comprometido ni es parte de algún intercambio estratégico con respecto a lo que tenemos que hacer en cuanto al clima”, dijo hace poco.
Algunos analistas de China son optimistas. David Sandalow, un veterano de los gobiernos de Bill Clinton y Barack Obama que ahora trabaja en el Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia, dijo que China podría al mismo tiempo mejorar sus credenciales climáticas y disminuir las tensiones con Washington a través de un nuevo anuncio.
Además, como bien señalaron otros, es poco probable que Kerry hiciera un viaje de tan alto perfil a China si pensara que podría volver a casa con las manos vacías.
“Si China no hace absolutamente nada en esta cumbre, será una bofetada directa a la cara de Biden”, dijo Paul Bledsoe, asesor estratégico del Progressive Policy Institute, un centro de investigación demócrata.
China ya ha anunciado que liberará cero emisiones netas de carbono para 2060.
Varios analistas afirmaron que el gobierno chino no siente mucha necesidad de establecer otro nuevo objetivo, en particular durante el plazo fijado por Biden y que, además, no quiere ser visto como si estuviera cediendo ante la presión de Estados Unidos.
Li Shuo, asesor sénior de política climática de la rama de Asia oriental de Greenpeace, cree que, si las conversaciones con Kerry salen bien esta semana, China podría anunciar nuevos objetivos en el Foro de Boao para Asia, una conferencia anual que se celebra en Boao, China, y que comenzará el lunes 19 de abril. Eso, dijo Shuo, le permitiría a China hacer un anuncio en su propio territorio para evitar la percepción de haber sido presionada por Estados Unidos. Pero cualquier nuevo objetivo le daría a China algo con lo cual comprometerse en la cumbre de Biden.
“Muchas cosas dependen de lo que suceda en los próximos tres días”, dijo Shuo.