Los fantasmas del conflicto norirlandés han regresado. ¿Qué pasa?

Los fantasmas del conflicto norirlandés han regresado. ¿Qué pasa?
En la frontera entre la República de Irlanda, a la izquierda, e Irlanda del Norte, a la derecha, algunas personas contemplan el paisaje desde el paseo tablado erigido cerca de la cima de la montaña Cuilcagh el 5 de julio de 2018. Foto, Andrew Testa/The New York Times.

La salida del Reino Unido de la Unión Europea, conocida como brexit, desajustó el equilibrio político en Irlanda del Norte y puso en peligro los cimientos del Acuerdo de Viernes Santo

Por si no hubiera suficientes focos de tensión sectaria en el mundo, ahora circulan noticias sobre el territorio británico de Irlanda del Norte y los disturbios violentos que han perturbado su ambiente de relativa calma, causados por grupos que habían hecho las paces hace 23 años.

Los motivos de esta crisis están entretejidos con la salida del Reino Unido de la Unión Europea y las tensiones de la pandemia de COVID-19. Pero, sobre todo, han hecho patente el ímpetu con que pueden estallar antiguas enemistades entre un bando de mayoría católica que apoya la integración del territorio a Irlanda y otro bando, de mayoría protestante, que quiere seguir formando parte del Reino Unido.

Desde hace más de una semana, las manifestaciones han derivado en tumultos en las calles de Belfast, la capital, así como algunas otras áreas de Irlanda del Norte, con un saldo de muchos policías heridos. Alborotadores incluso de solo 13 años de edad les han arrojado bombas de gasolina a la policía y han incendiado autobuses. El primer ministro británico, Boris Johnson, y su homólogo irlandés, Micheal Martin, han externado su profunda preocupación.

“Boris Johnson enfrenta un problema que toca fibras de lo más sensibles y es preocupante: las peores manifestaciones de violencia en las calles de Irlanda del Norte en muchos años”, señaló en un correo electrónico dirigido a clientes Mujtaba Rahman, director para Europa de la consultora de riesgos políticos Eurasia Group. Las causas subyacentes, comentó Rahman, “no tienen solución rápida”.

A continuación presentamos una síntesis de la situación de Irlanda del Norte y los problemas que dieron origen a este giro violento.

¿Qué territorio cubre Irlanda del Norte?

Irlanda del Norte tiene una superficie de 14.000 kilómetros cuadrados y una población de, aproximadamente, dos millones de personas sujetas a la soberanía del Reino Unido. Se encuentra en la zona noreste de la isla de Irlanda y comparte frontera al sur y al oeste con la República de Irlanda y al este con el mar de Irlanda, que la separa del resto del Reino Unido.

¿Por qué está separada de Irlanda?

Irlanda obtuvo su autonomía hace casi 100 años, tras siglos de dominio británico. Sin embargo, el tratado que estableció la autonomía de la mayor parte de la isla, después de varios años de violentos enfrentamientos que siguieron a la Primera Guerra Mundial, le ofreció al área con la mayor concentración de protestantes, cuyos líderes se oponían a rajatabla a la idea de formar parte de un Estado mayoritariamente católico, la opción de no adherirse a sus términos. Esta área del norte permaneció integrada al Reino Unido, y sus fuerzas policiacas y gobierno local fueron dominados durante décadas por los protestantes.

¿Por qué es importante?

La división de Irlanda dio origen a uno de los conflictos sectarios más violentos y perdurables del siglo XX, definido por enfrentamientos entre católicos y otros grupos opuestos al gobierno británico, como el grupo paramilitar denominado Ejército Republicano Irlandés (IRA, por su sigla en inglés), y protestantes y fuerzas probritánicas, incluidos grupos militantes unionistas. Belfast, otrora epicentro de la construcción naval y el lugar de origen del Titanic, se convirtió en una de las “cuatro B” (junto con Beirut, Bagdad y Bosnia, los lugares más peligrosos del mundo).

Aproximadamente 3600 personas perdieron la vida a lo largo de décadas de lucha en Irlanda del Norte conocidas como “The Troubles”.

¿Qué le puso fin al conflicto?

Un convenio conocido como el Acuerdo de Belfast, llamado también Acuerdo de Viernes Santo o sencillamente el acuerdo, firmado el 10 de abril de 1998 por el gobierno británico, el gobierno irlandés y los partidos políticos de Irlanda del Norte.

El acuerdo estipuló la creación de una asamblea gobernante para el territorio, diseñada con el propósito de garantizar un gobierno compartido entre protestantes y católicos, así como dependencias destinadas a facilitar la cooperación entre Irlanda del Norte e Irlanda. En este acuerdo está consignado el compromiso de antiguos adversarios al desarme y a solucionar sus conflictos en paz. Así mismo, sus disposiciones les permiten a los residentes de Irlanda del Norte obtener la ciudadanía irlandesa o tener nacionalidad doble, irlandesa y británica.

El acuerdo dio paso a varios años de relativa paz. Irlanda del Norte, que en una época fue considerada un área que los turistas debían evitar, se convirtió en una atracción. Ese atractivo aumentó todavía más cuando los creadores de la serie de HBO “Game of Thrones” decidieron usar sus impresionantes y diversos paisajes como escenario. El estreno del programa en abril de 2011 puso “al norte de Irlanda en el mapa”, señaló el periódico The Derry Journal, de circulación en la segunda mayor ciudad de Irlanda del Norte.

¿Por qué ha resurgido la violencia?

La salida del Reino Unido de la Unión Europea, conocida como brexit, desajustó el equilibrio político en Irlanda del Norte y puso en peligro los cimientos del Acuerdo de Viernes Santo.

Irlanda todavía forma parte de la Unión Europea, por lo que el brexit abrió la posibilidad a nuevas inspecciones en la frontera terrestre con Irlanda del Norte, donde antes no había ninguna restricción; además del problema de obstrucción al libre flujo de personas y bienes, esta situación enardece el deseo de ver unificada a la isla.

Por desgracia, los esquemas ideados para mantener la frontera abierta han creado nuevos problemas para el intercambio comercial entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido, interrumpido el abasto a las tiendas del territorio y enfadado a los ciudadanos de Irlanda del Norte que se precian de ser británicos. La creciente animadversión en las áreas protestantes probritánicas ha contribuido a los estallidos de violencia más recientes, que a su vez generan temor ante posibles represalias de las comunidades católicas.

Otro factor que contribuyó a las tensiones fue una decisión reciente de la policía de no enjuiciar a multitudes de dolientes que se congregaron en junio para el funeral de Bobby Storey, un comandante del IRA, a pesar de la prohibición de reuniones masivas debido a la pandemia. Entre los dolientes había dirigentes de Sinn Fein, partido político que tiene vínculos con el IRA y se ha convertido en el principal partido de los católicos de Irlanda del Norte.

¿Qué podría ocurrir ahora?

Si bien no se espera que la violencia escale a los niveles observados en los años del conflicto, cuando se desplegaron fuerzas británicas a Irlanda del Norte, los dirigentes de todas las facciones temen que se origine un ciclo de ataques incitados por la venganza.

En las condiciones actuales, el predicamento de Irlanda del Norte es un asunto especialmente delicado para el gobierno de Johnson. El primer ministro no quiere perder el apoyo de los protestantes de Irlanda del Norte, quienes afirman sentirse traicionados y privados de sus derechos. Por si fuera poco, el recrudecimiento de las divisiones entre Irlanda del Norte e Irlanda podría galvanizar el respaldo a la unificación de Irlanda, que según algunas encuestas ya es mayor que antes del brexit.

Por ahora, los líderes políticos de todos los bandos se han concentrado en resaltar la necesidad de cumplir el Acuerdo de Belfast firmado en 1998 y recordarles a los jóvenes de Irlanda del Norte cómo transformó su vida. Martin, el primer ministro de Irlanda, lo expresó de la siguiente manera en sus declaraciones del sábado, el día de celebración del aniversario del acuerdo: “Le debemos a la generación del acuerdo y, de hecho, a las generaciones futuras no caer en una espiral que nos lleve de vuelta a esa época sombría de asesinatos sectarios y desavenencias políticas”.

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