El Parlamento Europeo aprobó este jueves una declaración donde afirma que no aceptará examinar el acuerdo sobre inversiones largamente negociado entre la UE y China si Pekín mantiene vigentes sanciones contra varios legisladores.
En la resolución, el legislativo europeo -que en última instancia debería ratificar el entendimiento- pide “que China levante sanciones [contra varios eurodiputados] antes que el Parlamento pueda considerar el acuerdo”, negociado durante varios años.
El documento aprobado también pide a la Comisión Europea “que utilice la negociación” de este acuerdo “como palanca para mejorar la protección de los derechos humanos y apoyar a la sociedad civil en China”.
“El Parlamento tendrá en cuenta la situación de los derechos humanos en China, incluido Hong Kong, cuando se le pida que apruebe este acuerdo”, expresaron los legisladores.
La Comisión Europea, que gestiona la política comercial de los 27 Estados miembros de la UE, concluyó un acuerdo de inversión con Pekín a fines de 2020, después de años de estancamiento.
Alemania, cuyas industrias codician el mercado chino, fue uno de los principales promotores de este texto.
Sin embargo, desde el anuncio del acuerdo la UE ha impuesto sanciones a China, a la que acusa de violaciones de derechos humanos en la región de Xinjiang.
China respondió imponiendo sanciones a varios eurodiputados, académicos y al grupo de expertos alemán MERICS.
La legisladora belga Hilde Vautmans dijo en la plenaria que “mientras las sanciones estén vigentes, debemos congelar el acuerdo entre la UE y China”.
En este contexto, el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, dijo a la AFP a principios de mayo que los “esfuerzos” de su equipo para lograr la ratificación del acuerdo de inversión habían sido “suspendidos”.
La suspensión de “cualquier examen del acuerdo”, así como “cualquier discusión sobre la aprobación del mismo por parte del Parlamento Europeo” está justificada, apuntaron los eurodiputados en el texto votado el jueves.
El comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, dijo recientemente que el acuerdo con China no era “realmente un acuerdo”, sino más bien “una intención”.