“Yo nunca me imaginé que llegaría tan lejos como he llegado, yo nada más trabajaba y trataba de sacar a mi familia adelante, la propia vida me fue dando sorpresas, éxitos y retos”, explicó.
Cinco décadas de carrera y una evolución constante describen a la artista mexicana Lucía Méndez como una mujer que se reinventa y ha sabido sortear las tareas de una diva, a veces polémica, sin perder su sinceridad y aplomo. “Todo lo que he dicho ha sido cierto”, asegura.
“Todo lo que yo cuento me ha pasado, no es mentira, lo del encuentro con Quetzalcóatl (un dios azteca), es auténtico y tengo a dos testigos, si se vuelve viral, qué bueno, pero todo lo que he dicho ha sido cierto”, afirma Méndez en entrevista con Efe.
Estas declaraciones surgen luego de que la actriz narrara la experiencia que tuvo con el dios azteca que ha causado gran polémica en redes.
Sin embargo, otras anécdotas que ha revelado también la han puesto en el centro de la polémica.
El desencuentro que vivió con Madonna en uno de sus conciertos y las declaraciones que hizo públicas en torno al romance que tuvo con Luis Miguel, son un ejemplo de ello, pero a Méndez, acostumbrada al medio del espectáculo, le despreocupa lo que piensen los demás de ella.
¿Qué es lo que hace a una mujer una diva?, se le cuestiona a la cantante, quien está por regresar a los escenarios con el espectáculo musical “Divas” el próximo 22, 23 y 24 de julio en Estados Unidos, junto a las cantantes Rocío Banquells, Dulce y Manoella Torres.
“La trayectoria, los chismes, tener algo sobresaliente como una estatua de cera en el museo de Hollywood, las estrellas que tengo en la Calle 8 (Miami) y que probablemente me van a dar la de Hollywood el próximo año y una trayectoria en todo lo que se pueda hacer, actuando o cantando, creo que eso hace que te digan diva”, respondió.
Pero, ser una figura así también tiene sus complicaciones, como afrontar los “inventos” de los medios, algo que su amiga Silvia Pinal, alguna vez le dijo: “¡Dios mío!, cuántas cosas nos inventan y todo es mentira”, recuerda Lucía Méndez (León, 1955).
A Méndez le cuesta trabajo decidir si se nace diva o si una diva se hace, pero finalmente considera que el título se construye.
UNA VIDA DEDICADA AL ARTE
Según su biografía, desde los ocho años de edad la artista mostró interés por el arte, pero en sus palabras: “lo que empezó por necesidad, terminó en versatilidad”, pues la temprana muerte de su padre la obligó a buscar un sustento, mismo que encontró en la música y la actuación.
“Yo nunca me imaginé que llegaría tan lejos como he llegado, yo nada más trabajaba y trataba de sacar a mi familia adelante, la propia vida me fue dando sorpresas, éxitos y retos”, explicó.
Desde su primer protagónico en la telenovela “Mundos opuestos” (1976), Méndez encaminó su carrera al éxito en televisión, cine, música, teatro, como empresaria y ahora como “youtuber”.
“La evolución se busca, creo que yo misma he hecho que el destino de mi carrera sea bueno y cuidado”, dijo la actriz.
UNA NUEVA RAMA
Méndez también ha encontrado en las plataformas de internet una forma de seguir vigente con su canal de Youtube “Lucía Méndez presenta”.
“Este encierro movió en mí que tenía que hacer algo, que si no lo hacía me iba a volver loca”, mencionó la actriz, quien en dos meses y medio llegó a los 156.000 suscriptores gracias a sus entrevistas a personalidades.
Dicho espacio le sirvió para darle voz a gente diversa, desde su querida comunidad LGBT+ hasta el controversial caso de Frida Sofía, hija de Alejandra Guzmán.
La primera temporada concluyó con éxito y adelantó que en septiembre su canal tendrá nuevo contenido.
En el ámbito musical, ha presentado temas como “Mi México” y “Se te acabó tu fiesta”, que forman parte de su próxima producción.
“Estoy preparando mi disco ‘Vivencias’, en octubre seguiremos grabando el tercer sencillo, ahora será una balada ranchera muy sentimental”, contó.
En cuanto a la actuación, Méndez aseguró que no ha llegado a ella un proyecto que la enamore, lo que sigue en conversaciones es la posibilidad de hacer su bioserie, algo que piensa dos veces por los efectos que esta podría tener en otras personas.
“No he llevado una vida afectada o tenebrosa, pero puedes lastimar a gente que ha estado cerca de tu vida y ahí es donde te pones a pensar, ahí es donde recapacitas y dices, ¿hasta dónde vale la pena?”, finalizó.