En un pequeño taller y con 3.000 dólares, un nicaragüense fabrica su propio auto

En un pequeño taller y con 3.000 dólares, un nicaragüense fabrica su propio auto
El ingeniero electromecánico Andrés Herrera, de 27 años, conduce su vehículo creado por él mismo, bautizado con el nombre de AR PINHER, el 25 de octubre de 2021, en Jinotega (Nicaragua). EFE/Jorge Torres

El AR PINHER es un automóvil tipo Polaris, su carrocería es de fibra de vidrio, de un asiento y un chasis elaborado de tuberías de metal, detalla.

En un taller artesanal y con 3.000 dólares invertidos, un ingeniero electromecánico nicaragüense, de 27 años, fabricó su propio automóvil, un vehículo que funciona con un motor de 400cc, a base de gasolina y que alcanza hasta 60 kilómetros por hora (37,28 mph), algo inédito en Nicaragua.

Se trata de un nuevo y único modelo de vehículo, un automotor de apariencia rústica y asemejado al Polaris que ha dejado asombrado a los nicaragüenses por tener una particularidad: fue fabricado con piezas originales en un pequeño taller por el ingeniero Andrés Acersio Herrera Pineda, un soñador y apasionado de la mecánica automotriz.

Aplicando sus conocimientos como ingeniero electromecánico, Herrera Pineda, originario de la ciudad de Jinotega, 143 kilómetros al norte de Managua, fabricó su propio vehículo, el que soñó desde niño, y el que para ponerlo a funcionar, afirma, respetó las leyes de la física.

EL AR PINHER

El automotor, que tiene un estilo todoterreno, con carrocería y chasis, fue bautizado con el nombre de AR PINHER. El AR, explica en una entrevista con Efe, representa su nombre, y el PINHER a las tres primeras letras de sus dos apellidos, solo que puso primero su segundo apellido en honor a su madre y porque combina mejor.

El AR PINHER es un automóvil tipo Polaris, su carrocería es de fibra de vidrio, de un asiento y un chasis elaborado de tuberías de metal, detalla.

Asimismo, tiene llantas de un auto pequeño, freno hidráulico y tracción sencilla.

Es el primer vehículo que fabrica el joven ingeniero de una línea que, dice, quisiera sacar a futuro, sobre todo si encuentra a alguien con la disposición de apoyarlo con la idea.

Herrera Pineda explica que dispuso de su pequeño taller de mecánica, sus recursos económicos, su mano de obra y conocimientos para crear su propia marca de automóvil, un estilo todoterreno y con un consumo bajo en combustible.

“Las expectativas que buscaba era tener un vehículo con bastante eficiencia, fuerza, potencia, con bajo consumo y que fuera súper seguro a la hora de andar en la carretera”, señala.

Según el joven ingeniero, en su vehículo se transporta “como si fuera una camioneta”, pero consume combustible como si se tratara de un motocicleta, debido al tamaño del motor.

Su obra, dice, lo ha beneficiado, no solo en la proyección, sino en movilizarse por Nicaragua a bajo costo.

IDEA SURGIÓ EN SU INFANCIA

El ingeniero electromecánico, con más de ocho años de experiencia en la mecánica, asegura que la idea de fabricar su propio vehículo surgió desde la infancia y fue lo que motivó a aprender primero por su cuenta y luego a cursar estudios superiores.

Con los conocimientos adquiridos en la universidad, Herrera Pineda se aventuró a empezar a armar lo que hoy es su medio de transporte. Comenzó a construir la primera pieza el 1 de mayo de 2016 y finalizó el proyecto el 25 de enero de 2019. Casi tres años.

“Antes de hacer este carro, tuve que hacer otras máquinas, tuve que hacer un torno mecánico. La mayoría de piezas de este carro son hechas por mí”, apunta.

Aclara que algunas piezas no las pudo fabricar y las tuvo que comprar, aunque, recalca, “son mínimas”.

También tuvo que calcular toda la resistencia de los materiales que se ocuparon para que el automóvil pudiera soportar toda la carga, así como un orden y “una logística para poderse fabricar”.

El sueño que persigue este joven innovador es el de fabricar su propia línea de vehículos, potentes, pero económicos en consumo de combustible, algo nunca visto en Nicaragua, uno de los países más empobrecidos del continente americano.

“Uno tiene los proyectos listos, pero no está la gente para patrocinarlos o para hacerlos realidad”, lamenta.

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