Cada hora, YouTube elimina casi 2,000 canales. Las eliminaciones tienen como objetivo impedir el “spam”, la desinformación, las estafas financieras, los desnudos, la incitación al odio y otro tipo de contenido que, según dice, violan sus políticas.
LONDRES — El asunto del correo electrónico que llegó a las 10:19 a. m. del martes tenía una de las peores noticias que puede recibir un pequeño medio de comunicación en línea: “Novara Media, hemos eliminado tu canal de YouTube”.
Novara llevaba años utilizando YouTube para atraer a más de 170.000 suscriptores por su cobertura de izquierda en torno a temas como el cambio climático, el capitalismo y la política social. De repente, y sin previo aviso, esa poderosa herramienta de distribución desapareció, dejando a la gente en la sala de redacción preguntándose cómo podría sobrevivir la organización.
“Éramos conscientes de nuestra dependencia de las plataformas tecnológicas”, comentó Ash Sarkar, editora adjunta, en una entrevista en la oficina de Novara, situada en una fábrica de galletas remodelada. “Sin embargo, nada te hace sentir más desprotegido que el hecho de que te arrebaten tu medio de sustento de un momento a otro”.
Cada hora, YouTube elimina casi 2,000 canales. Las eliminaciones tienen como objetivo impedir el “spam”, la desinformación, las estafas financieras, los desnudos, la incitación al odio y otro tipo de contenido que, según dice, violan sus políticas.
No obstante, las normas son opacas y a veces se aplican de forma arbitraria o por error, en el caso de Novara. Los expertos en políticas dicen que la experiencia de Novara es un ejemplo de los espinosos problemas de libertad de expresión a los que se enfrenta YouTube como el mayor servicio de video en línea del mundo.
El papel de guardián de los derechos de autor suscita críticas de múltiples fuentes. Muchas personas de la derecha del espectro político en Estados Unidos y Europa dicen que YouTube los bloquea injustamente. Algunos grupos de la sociedad civil dicen que YouTube debería hacer más para detener la difusión de contenidos ilícitos y desinformación.
A veces eso deja a organizaciones como Novara en medio del asunto.
Después de una protesta en línea, YouTube restauró el canal de Novara al cabo de unas pocas horas, diciendo que había sido eliminado por error. No obstante, otros periodistas, activistas y creadores independientes en YouTube no suelen tener tanto éxito, sobre todo en países como Bielorrusia, Rusia y Turquía, donde YouTube es objeto de presiones por parte de las autoridades para que elimine contenidos de la oposición y donde la empresa no tiene tantos conocimientos lingüísticos ni culturales. Cada minuto se suben a YouTube casi 500 horas de video en diferentes idiomas.
“Es imposible entender lo que significa intentar gobernar ese volumen de contenido”, comentó Evelyn Douek, investigadora principal del Instituto Knight de la Primera Enmienda, de la Universidad de Columbia, en Nueva York. “YouTube es un monstruo, según algunas métricas, es tan grande o más que Facebook”.
En su correo electrónico del martes por la mañana, YouTube dijo que Novara era culpable de “repetidas violaciones” a las directrices de la comunidad de YouTube, sin dar más detalles. El personal de Novara se quedó con la duda de qué había causado el problema.
YouTube suele aplicar una política de tres avisos antes de eliminar un canal. Solo había sancionado a Novara una vez, después de un segmento de noticias con escenas de una manifestación antivacunas, y YouTube revirtió posteriormente esa decisión. El último programa que Novara publicó antes de la eliminación fue sobre una política de redes de alcantarillado, que apenas parecía merecer la atención de YouTube.
Una de las pocas interacciones anteriores de la organización con YouTube fue cuando el servicio de video envió a Novara una placa de plata por haber alcanzado los 100.000 suscriptores.
Después de que Novara recibió el correo electrónico en el que se le comunicaba que su canal había sido eliminado, su canal interno de mensajería Slack se inundó de mensajes de pánico sobre qué hacer a continuación. A los miembros del personal les preocupaba que hubiera sido una campaña coordinada por los críticos de su cobertura para presentar quejas a YouTube, lo que quizá había provocado que su software bloqueara el canal, una táctica que a veces utilizan los grupos de derecha para atacar a sus oponentes. Sarkar, que tiene más de 350.000 seguidores en Twitter, suele ser objeto de insultos racistas y misóginos en internet.
Un editor, Gary McQuiggin, completó el formulario de apelación en línea de YouTube. A continuación, intentó utilizar el chat bot de YouTube representado por una mujer llamada “Rose”, que le dijo: “Sé que esto es importante”, antes de que la conversación se interrumpiera.
Enfadada y frustrada, Novara publicó un comunicado en Twitter y otras redes sociales sobre la eliminación. “Pedimos a YouTube que restablezca de inmediato nuestra cuenta”, decía. El mensaje atrajo la atención de la prensa británica y miembros del Parlamento.
A las pocas horas, el canal de Novara había sido restaurado.
Más tarde, YouTube dijo que el canal de Novara había sido marcado por error como “spam”, sin dar más detalles. “Trabajamos rápidamente para revisar todos los contenidos reportados, pero ya que se suben millones de horas de video a YouTube cada día, en ocasiones nos equivocamos”, comentó YouTube en un comunicado.
Los editores de Novara dijeron que habían tenido cuidado de no infringir las normas de YouTube. La empresa se ha valido de la plataforma para publicar todos sus videos y a veces ha utilizado el estudio de YouTube en Londres para grabar. El personal ha utilizado las herramientas de análisis de Google para encontrar nuevos espectadores. Alrededor del 92 por ciento del presupuesto de Novara procede de donantes individuales, muchos de los cuales la descubrieron a través de YouTube.
“Son un monopolio. No hay alternativa”, comentó Michael Walker, conductor del programa de Novara “TyskySour”. “Si nos pasamos a Vimeo o a cualquier otra plataforma, no adquiriríamos espectadores”.
Ed Procter, director general del Independent Monitor for the Press, el organismo que Novara voluntariamente utiliza como regulador en el Reino Unido, dijo que era al menos la quinta vez que el material de un medio de noticias era eliminado por YouTube, Facebook o Twitter sin previo aviso. A menudo, no se da ninguna razón para justificar la eliminación del contenido, señaló.
“Nos preocupan mucho las plataformas que actúan de manera arbitraria como reguladores por defecto”, afirmó Procter. Dijo que el regulador nunca había recibido una queja sobre Novara. “Lo que se vio con la situación de Novara Media es algo que creemos que podría convertirse en un fenómeno frecuente”.
Procter y otras personas afirmaron que es probable que el volumen de bloqueos erróneos aumente a medida que las plataformas de internet se enfrentan a la presión de los formuladores de políticas de todo el mundo para esforzarse más por detener la propagación de la desinformación, el racismo y los contenidos ilícitos.
Según un proyecto de ley británico, las empresas podrían enfrentar multas de miles de millones de dólares por no eliminar contenidos considerados “legales pero perjudiciales”, una clasificación que, según muchos críticos, es demasiado amplia y que dará a las empresas una mayor discrecionalidad sobre qué contenidos son aceptables. La ley incluye disposiciones para proteger a los medios periodísticos, pero hay desacuerdos sobre quiénes podrían acogerse a ella.
En Novara, el equipo había convertido la experiencia en una oportunidad para crear contenido fresco, pues transmitió un programa especial en directo a las cinco de la tarde del martes.
“¡Hemos vuelto!”, exclamó Walker.
A la mañana siguiente, McQuiggin informó a sus colegas que había llegado otro mensaje de YouTube.
“Les gustaría disculparse”, dijo.