Los análisis genéticos ayudaron a identificar una nueva especie críptica del género Squatina del Océano Atlántico Occidental.
Entre el 2010 y 2011, dos expediciones de investigación patrocinadas por el gobierno español que exploraban la biodiversidad de los organismos bénticos -aquellos que viven en el fondo del océano- en las costas del Pacífico y el Caribe de América Central, encontraron una nueva especie de tiburón. La Squatina mapama n. sp., recolectada frente a la costa caribeña de Panamá se convirtió en el primer registro de un tiburón ángel del Caribe centroamericano. Un nuevo artículo en coautoría del científico del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, D. Ross Robertson, lo describió y nombró.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza considera que muchas especies de tiburones ángel están en peligro de extinción. Su género, Squatina, se remonta a mucho tiempo atrás, probablemente se originó en el Cretácico (hace aproximadamente 145 a 66 millones de años).
Los Squatina son tiburones de cuerpo plano que se asemejan a las rayas y, en general, las distintas especies, a simple vista no son fáciles de distinguir entre sí. De hecho, S. mapama (nombrada en honor a la organización pesquera del gobierno español) se parece mucho a otra especie que vive en la misma parte del Caribe y también se encuentra en Panamá: Squatina david. Sin embargo, aparte de una serie de diferencias físicas sutiles entre ellos, los análisis genéticos ayudaron a establecerlos como una especie separada y distinta de otros tiburones ángel del nuevo mundo.
En referencia a una de las características distintivas de S. mapama -una línea corta y estrecha de pequeñas escamas o dentículos dérmicos- los autores sugirieron dar a esta nueva especie el nombre común de “tiburón ángel de cresta pequeña”.
El tiburón ángel de cresta pequeña es la cuarta especie nueva de Squatina identificada en el Atlántico occidental en la última década, y aunque no se ha establecido con certeza el número total de especies del género, este estudio revela el valor forense de los análisis genéticos para comprender la verdadera diversidad biológica de un género con varias especies crípticas (aquellas que tienen apariencias muy similares).