Los camioneros que desde el viernes bloqueaban la carretera de conexión con la ciudad septentrional chilena de Antofagasta levantarán este mediodía el paro con el que protestaban por la inseguridad, que una parte de la población achaca a la migración irregular.
La decisión se adoptó la madrugada de este lunes tras una larga y tensa reunión entre representantes de los transportistas y del Gobierno de Sebastián Piñera, al que se acusa de facilitar el estallido de la crisis hace un año con sus políticas migratorias.
Las rutas quedarán libres al tráfico rodado después de que se celebren los funeralas por Byron Castillo, un camionero de 22 años que murió el viernes en extrañas circunstancias cuando, según la versión oficial, se bajó de su vehículo y se encaró con un grupo de personas que supuestamente habían apedreado su camión.
Tras personas, dos de ellas de nacionalidad venezolana, fueron detenidas horas después como sospechosas de la muerte de Castillo, que cayó en un paso a nivel.
48 horas después, y en medio de bloqueos y protestas ente Antofagasta y la vecina ciudad de Iquique, el Gobierno decidió imponer el estado de excepción en las dos provincias del norte, promover una red alternativa de transporte para evitar posibles desabastecimientos y poner en vigor la nueva ley migratoria, promulgada en abril pasado.
Pese a la decisión de los camioneros de Antofagasta, el clima es aún de alta tensión en el norte de Chile, donde ha crecido un sentimiento de xenofobia que se asocia a la sensación de inseguridad y el alza en el número de delitos.