El mundo también tiene que eliminar el dióxido de carbono que ya hay en la atmósfera. En estos momentos, plantar más árboles es casi la única manera en que esto se está haciendo a gran escala, según el informe.
Según el nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, un equipo de científicos convocado por Naciones Unidas, los países no están haciendo lo suficiente para evitar que el calentamiento global aumente a niveles peligrosos en el transcurso de la vida de la mayoría de la gente que vive actualmente en el planeta. El informe afirma que no será fácil moderar la devastación, pero tampoco es imposible si los países toman medidas ahora.
Este grupo elabora un resumen general detallado de la climatología cada seis u ocho años y divide sus hallazgos en tres informes. El primero, que reporta lo que está generando el calentamiento global, se publicó en agosto pasado. El segundo, relacionado con los efectos del cambio climático en el mundo y nuestra capacidad para adaptarnos a ellos, fue publicado en febrero. Este es el tercero y nos habla de cómo podemos reducir las emisiones y evitar un mayor calentamiento.
Si no actuamos con rapidez, es seguro que tendremos muchos problemas.
El informe lo deja claro: aunque los países cumplan sus compromisos actuales con respecto a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, lo más probable es que no eviten que el calentamiento global sobrepase los 1,5 grados Celsius en las próximas décadas. Si no los cumplen, habrá todavía un mayor calentamiento.
Esa meta —evitar que la temperatura global promedio aumente 1,5 grados Celsius sobre los niveles de la era anterior a la industrialización— es una que muchos de los gobiernos del mundo han acordado alcanzar. Parece poco importante, pero esta cifra representa una cantidad de cambios radicales que ocurren cuando los gases de efecto invernadero captan más calor sobre la superficie del planeta, entre ellos tormentas más destructivas, olas de calor más intensas, mares en ascenso y una carga adicional sobre las cosechas. En promedio, la Tierra ya se ha calentado cerca de 1,1 grados Celsius desde el siglo XIX.
Las emisiones están relacionadas con el crecimiento económico y los ingresos.
Según el informe, hasta ahora el mundo no está teniendo un consumo más eficiente de energía con suficiente rapidez como para compensar el crecimiento permanente de la actividad económica global.
En la década de 2010, las emisiones de dióxido de carbono de las fábricas, las ciudades, los edificios, las granjas y los vehículos aumentaron, lo cual superó las ventajas de que las centrales eléctricas dejaran de usar el carbón y adoptaran el gas natural, además de usar más fuentes de energía renovables, como la eólica y la solar.
En términos generales, la gente adinerada y los países ricos son los responsables del calentamiento del planeta. De acuerdo con el informe, el diez por ciento de los hogares más ricos de todo el mundo es responsable de entre una tercera parte a casi la mitad de todas las emisiones de gas de efecto invernadero. El 50 por ciento de los hogares más pobres participa con aproximadamente el 15 por ciento de las emisiones.
Las energías limpias se han vuelto más asequibles.
Desde 2010, los precios de la energía solar, de la energía eólica y de las baterías de los vehículos eléctricos han disminuido de manera importante. El resultado es que ahora, tal vez, en algunos casos sea “más caro” mantener sistemas de energía muy contaminante que cambiar a fuentes de energías limpias, según señaló el informe.
Las energías solar y eólica suministraron casi el diez por ciento de la electricidad del mundo. Debido en parte a un mayor uso de energías limpias, en la década de 2010, las emisiones a nivel mundial aumentaron en promedio con mucha menor rapidez que en la década del año 2000.
Para los científicos, no era evidente que esto sucedería tan rápido. En un informe de 2011 sobre energías renovables, el mismo grupo señaló que, tal vez, los avances tecnológicos abaratarían las energías limpias, aunque dijo que era difícil predecir qué tanto.
De todas maneras, no será ni fácil ni barato modificar la trayectoria del cambio climático.
Según el informe, el mundo tiene que invertir de tres a seis veces más de lo que gasta en la actualidad para reducir el cambio climático si desea que el calentamiento global se limite a 1,5 o 2 grados Celsius. El dinero es escaso sobre todo en los países más pobres, los cuales necesitan billones de dólares de inversión cada año en esta década.
En el informe se señala que es inevitable un desajuste económico a medida que los países abandonen los combustibles fósiles. Los recursos se quedarán en el suelo sin usarse; las minas y las centrales eléctricas se volverán inviables a nivel económico. El impacto económico podría ser de billones de dólares.
Aun así, nos dice el informe, el solo mantener activa y en funcionamiento la infraestructura de combustibles fósiles planeada y existente inyectará a la atmósfera el dióxido de carbono suficiente como para que sea imposible mantener el calentamiento debajo de 1,5 grados Celsius.
Existen otras medidas que podrían ayudar sin representar un costo muy alto.
En el informe se contemplan muchos otros cambios para las sociedades que podrían reducir las emisiones, los cuales incluyen edificios que usen la energía de un modo más eficiente, reciclar más y que más labores de oficina se realicen a distancia y de manera virtual.
El informe subraya que estos cambios no tienen que ser medidas que perjudiquen la economía. Algunas, como mejorar el transporte público y crear más áreas urbanas donde se pueda caminar, disminuyen la contaminación del aire y mejoran el bienestar general, comentó Joyashree Roy, una economista del Instituto Asiático de Tecnología en Bangkok, quien también colaboró en la elaboración del informe.
“La gente está exigiendo que haya más ciudades saludables y más ecológicas”, comentó.
En total, explica el informe, las medidas que costarían menos de 100 dólares por tonelada de dióxido de carbono que se eliminará, podrían reducir las emisiones globales a cerca de la mitad del nivel de 2019 para el año 2030. Otras medidas siguen siendo más costosas, como captar una cantidad mayor del dióxido de carbono de los gases que vierten las chimeneas de las centrales eléctricas.
El mundo también tiene que eliminar el dióxido de carbono que ya hay en la atmósfera. En estos momentos, plantar más árboles es casi la única manera en que esto se está haciendo a gran escala, según el informe. Hay otros métodos que se están empezando a desarrollar, como usar sustancias químicas para extraer el dióxido de carbono de la atmósfera o añadir nutrientes a los océanos para estimular la fotosíntesis en las plantas marinas diminutas.
“No podemos olvidar lo mucho que puede ayudar la tecnología”, comentó Joni Jupesta, un autor del informe que trabaja en el Instituto de Investigación sobre Tecnologías Innovadoras para la Tierra de Kyoto, Japón. “No todos los países tienen gran cantidad de recursos naturales”.