Netflix reconoció que la competencia feroz explicaba parcialmente que se hubiera estancado su crecimiento. La empresa solía decir que su principal competencia no provenía de otros servicios de emisión en continuo, sino de distracciones como dormir y leer.
Muchos ejecutivos de la industria del entretenimiento, hartos de quererle dar alcance a un intruso de Silicon Valley, esperaban que Netflix tuviera su merecido. Sin embargo, tal vez no esperaban que pasara de esta manera.
Netflix anunció esta semana que había perdido más suscriptores de los que se habían suscrito en los primeros tres meses del año, lo que significa un retroceso tras una década de crecimiento constante. Las acciones de la empresa cayeron en picada un 35 por ciento el miércoles, al tiempo que perdió casi 50.000 millones en su capitalización de mercado. El golpe se expandió en toda la industria porque también cayeron las acciones de empresas como Disney, Warner Bros. Discovery y Paramount.
Netflix culpó a varios problemas, desde un aumento en la competencia hasta su decisión de eliminar a todos sus suscriptores de Rusia a causa de la guerra en Ucrania. Para los ejecutivos y los analistas de la industria del entretenimiento, el momento fue decisivo en la llamada guerra de la emisión en continuo. Después de años de intentarlo, podían tener una oportunidad de ganar terreno frente a su gigantesco rival.
Sin embargo, el increíble revés de Netflix también generó varios cuestionamientos que necesitarán respuestas en los meses por venir, pues cada vez más empresas de medios tradicionales están corriendo hacia el negocio de la suscripción, cuyo modelo está basado en su mayor parte en lo que Netflix creó. ¿Será posible que haya demasiadas opciones de plataformas de emisión en continuo? ¿Y este negocio podría ser menos rentable y mucho menos confiable de lo hecho por la industria durante años?
“Pasaron de un modelo confiable de negocio a uno endeble”, opinó el miércoles Barry Diller, un experimentado ejecutivo de la industria del entretenimiento, para referirse a muchas empresas tradicionales que hace poco lanzaron opciones de emisión en continuo. “Supongo que ahora están diciendo: ‘Tal vez los árboles no crecen hasta el cielo’”.
La industria de los medios, preocupada por el declive en las ventas de boletos para el cine y los índices de audiencia de la televisión tradicional, ha tomado una nueva forma sobre la marcha para entrar con todo a la emisión en continuo y competir con Netflix. Disney ha invertido miles de millones de dólares. Discovery Inc. y WarnerMedia finalizaron una fusión este mes para competir mejor con los titanes de la emisión en continuo. Incluso CNN presentó una versión de emisión en continuo que hasta ahora no ha logrado captar el interés que se deseaba de suscriptores.
Sin embargo, los problemas repentinos de Netflix demuestran que esas inversiones conllevan muchos riesgos. El mercado de la emisión en continuo tal vez vaya a ser gigantesco a largo plazo, pero los próximos años podrían ser difíciles, opinó Rich Greenfield, analista de LightShed Partners y adepto a la emisión en continuo desde hace mucho tiempo.
“Como sea, luce mucho menos rentable y ese es un problema para todos”, comentó. Si hay menos suscriptores y un aumento en los costos debido a una competencia más feroz para crear contenido original, significa que habrá menos ganancias para todo el mundo.
Según algunos analistas, otra preocupación es la llamada tasa de renovación. Los consumidores cada vez se vuelven más recelosos del aumento en los precios de las plataformas de emisión en continuo y se han vuelto más propensos a cancelar un servicio cuando su programa favorito llega a su fin, señaló Kevin Westcott, vicepresidente de la consultoría Deloitte. Según Deloitte, el 25 por ciento de los clientes estadounidenses ha cancelado un servicio de emisión en continuo tan solo para volverse a suscribir un año después.
“Se sienten frustrados de tener que contar con tantas suscripciones para obtener todo el contenido que quieren”, mencionó Westcott.
Los problemas de Netflix aumentan la presión sobre Disney, empresa que informará la cantidad de suscriptores que tiene el 11 de mayo. Si las cifras de Disney no cumplen las expectativas, las señales de peligro en torno al negocio de la emisión en continuo serán más estridentes.
El miércoles, los representantes artísticos en Hollywood también se asustaron de que la gallina de los huevos de oro de Netflix pusiera más lento y que pudiera desaparecer la disposición de la empresa para pagar la cantidad que fuera por guiones y contratación de talentos. Ocurrió lo mismo con los productores. Netflix ha gastado cientos de millones de dólares durante los últimos cinco años en busca de premios de la academia. Todavía no se ha llevado un Oscar por mejor película, pero se ha elogiado su compromiso con el cine de prestigio.
“A nosotros nos afectará si la nueva realidad los obliga a recortar su presupuesto para programación de 17.000 millones de dólares al año”, comentó Michael Shamberg, cuyo documental en cuatro partes sobre la crisis en la planta nuclear Three Mile Island debutará en Netflix el próximo mes. “Como productor, siempre pienso en ellos como mi primera opción para proponer ideas originales. Si el crecimiento de sus suscriptores se nivela y los obliga a recortar en su programación, ¿dejarán de arriesgarse con programas de televisión innovadores y películas que puedan competir por el Oscar?”.
Netflix reconoció que la competencia feroz explicaba parcialmente que se hubiera estancado su crecimiento. La empresa solía decir que su principal competencia no provenía de otros servicios de emisión en continuo, sino de distracciones como dormir y leer.
Ahora, hay cuestionamientos en torno a si el contenido original de Netflix tiene la fuerza suficiente como para distinguirlo de los demás, pues hay empresas todavía más ricas como Apple y Amazon que siguen aumentando su gasto en programas aclamados por la crítica como “Severance”, el cual se transmite en Apple TV+, y la inminente primera temporada de una precuela de “El señor de los anillos”, para la cual se rumora que Amazon está gastando más de 450 millones de dólares.
“La realidad es que, con tanto contenido alternativo, ¿qué es lo nuevo que está arrasando? ¿Dónde están las nuevas franquicias?”, cuestionó Greenfield, el analista, quien hizo notar que programas populares como “Ozark”, “Stranger Things” y “The Crown” pronto llegarán a su fin.
Los ejecutivos de Netflix, quienes solían ser seguros de sí mismos, lucían notablemente vacilantes el martes, cuando se presentaron los resultados del primer trimestre. El codirector ejecutivo Reed Hastings, quien alguna vez juró que nunca habría anuncios en Netflix, comentó que la empresa iba a considerar la introducción de un tipo de membresía de bajo precio que tenga el respaldo de publicidad dentro de uno o dos años. Netflix también señaló que se iba a poner más estricta con la práctica de compartir contraseñas, con la que antes la empresa afirmaba no tener ningún problema.
“Lo llevábamos considerando un par de años, pero cuando estábamos creciendo rápido no era una de las principales prioridades que debíamos enfrentar”, comentó Hastings. “Y ahora, estamos trabajando a marcha forzada en eso”.