Al abordar problemas sociales de alta complejidad, las políticas públicas son más acertadas cuando se han simulado anticipadamente en una sociedad artificial, explicó el profesor André L’Huillier, experto en Ciencias Sociales Computacionales de Harrisburg University.
Cientistas de datos están desarrollando soluciones innovadoras para la implementación de políticas públicas. Estos expertos dominan las ramas de la inteligencia artificial como machine learning, y según Harrisburg University serán los profesionales del futuro, ya que podrán cumplir en los próximos años con la demanda de ofertas relacionadas al uso de data aplicada a las predicciones sociales.
Tan solo en Panamá las plataformas de empleo arrojan más de mil posibilidades de ofertas laborales para analistas y cientistas de datos, que en su mayoría son catalogadas como urgentes. De hecho, en LinkedIn, se identifica un incremento del 64% en la búsqueda de personas con estas habilidades.
Por otra parte, el Foro Económico Mundial estimó que el 85% de las empresas en Latinoamérica, tienen la necesidad de contar con tecnología de análisis de datos y Big Data. Para contrarrestar esta situación, Harrisburg University impulsa múltiples acercamientos al análisis y ciencia de datos.
Entonces, ¿qué hacen los cientistas de datos?
Los también conocidos como científicos de datos, llegan a complementar la función de los analistas, que además de dominar temas específicos, aplicar la estadística y la programación, comprenden el sistema tecnológico para lograr hacer predicciones que se anticipan a las dinámicas sociales y empresariales.
“Ahora las necesidades de las empresas y organizaciones no solo están enfocadas a optimizar procesos de marketing y servicios, sino también en simular situaciones en sociedades artificiales para optimizar recursos minimizando riesgos, como sucede con la simulación de políticas públicas antes de ser implementadas”, afirmó André L’Huillier, profesor adjunto de Ciencias Sociales Computacionales de Harrisburg University.
Constantemente, los tomadores de decisiones hacen preguntas como ¿qué pasaría sí?, y al hablar de la implementación de una política pública, las inquietudes están en torno a si se solucionaría el problema que se aborda en una sociedad.
Y es allí cuando los cientistas de datos dan uso a los programas de computación en los que con información real de individuos y comunidades (edad, sexo, número de personas en la familia, nivel educativo, entre otros) se pueden diseñar y evaluar políticas basadas en evidencia. Sin embargo, cuando no hay datos suficientes de la comunidad a estudiar, por razones de alcance, ética o bienestar de los evaluados, se puede recurrir a la simulación, y es así como una situación que no puede ser vista fácilmente es analizada, contribuyendo a identificar el alcance de la intervención.
“Uno de los aportes más importantes de la simulación social es el ahorro que puede tener un gobierno al analizar una política pública en una sociedad artificial. Este es considerable comparado con la aplicación “experimental” en las comunidades; ya que es mucho más práctico invertir en un sistema de programación que proyecte una sociedad con todas sus características reales en una pantalla, que hacer un piloto con una comunidad, lo que implica riesgos en caso de que la implementación no resulte como se espera. En el fondo, permite tomar conciencia y analizar interacciones sociales que son difíciles de capturar con datos, pero que fácilmente podemos representar en un ordenador.”, agrega el profesor L’Huillier.
A pesar de que muchos académicos han llamado la atención sobre el uso de simulación social, aún no se evidencian aplicaciones en el desarrollo de políticas en Panamá y Latinoamérica. En casos internacionales, donde esta metodología es más conocida, hay políticas de salud implementadas a partir de la simulación de contagios del virus de la influenza o del Covid 19, el efecto de políticas de aguas y su efecto en el desempeño económico de la comunidad, o el apoyo a agricultores de pequeña escala con la simulación de políticas para la preservación de tierra y agua.
Estas disciplinas además de ser aplicadas por ingenieros han despertado el interés de profesionales de las ciencias sociales, como los periodistas de datos. También es el caso del profesor L’Huillier que es psicólogo y utiliza técnicas aplicadas a los datos para generar predicciones y sistemas de información a gran escala al servicio de la investigación social. Para ello, se apoya en las ciencias computacionales implementando la simulación, lo que le permite entender las dinámicas de comportamiento entre distintos actores del mercado a través de los datos.
“A la hora de tener claridad en un tema de interés es más práctico aplicar las matemáticas y la programación. Es decir, me interesa saber cómo impactan a la sociedad las políticas públicas y es así como anticipadamente las simulamos a través de programas y análisis matemáticos, de lo contrario, sin un interés, aprender matemática y programación sería árido”, agrega el profesor L’Huillier.