Terminamos y demostramos que somos una dinastía, que nuestro mejor jugador es un MVP por todo lo alto. Demasiados partidos, demasiadas tristezas, pero todo tiene su recompensa. ¡4 títulos en 8 años! ¡Golden State Warriors son campeones!
Luego de dos fatídicos años, al no entrar en la burbuja y al quedar en posición de play in, que se perdieron ante los Lakers y luego Memphis; empezó una travesía nueva en esta temporada 2021-2022. El año en que la NBA festeja sus 75 años.
Lo más importante es que nadie nos veía campeones, salvo nosotros mismos. Luchando y trabajando duro, quedando en múltiples jornadas de primero en la conferencia, se van acercando los Phoenix Suns y nos terminan quitando el liderato.
Llegaron los All Star, en donde Stephen Curry ganó el MVP, pero empezó una debacle de pérdidas de partidos, en donde se puso en riesgo ese segundo lugar.
Volvió Klay Thompson, luego de 941 días sin jugar un partido oficial. Regresó y con él las esperanzas. Pero, en el segundo juego de su vuelta, el día en que se reunió el trío que tantas glorias, ya que Green también retornó de una lesión, el “Chef” se lesionó por una “falta” que, debió ser hasta flagrante, del entonces defensor (hoy día MVP Defensor de la temporada), Marcus Smart.
Apareció un gran Jordan Poole, que cerró bien la temporada regular cuando más necesitábamos tiradores para aguantar la tercera posición. Junto a Klay, agarraron ritmo para entrar a los Playoffs.
Empezó Curry de sexto hombre y demostró que a él no le importa ese “tag” de banca o titular. Entraría y haría su trabajo.
Andrew Wiggins, que luego del All Star bajó su nivel, incluso en varios partidos de playoffs, no se encontraba en su mejor versión.
Pero esto es lo rico de la filosofía Warriors, hay un bajón de algún jugador y el resto lo apoya para seguir intentándolo. Así como también cuando el jugador está en racha positiva, todas las jugadas son para él.
Y así fue como en 5 juegos ganó ante unos Denver Nuggets y al MVP de la temporada regular, Nikola Jovic.
Un Porter Jr., que es lo mejor que puedes encontrar partiendo de la banca, buscando rebotes tanto en la defensa como en el ataque y sin miedo al tiro de 3.
Con un gran Draymond Green que mostró el camino ante unos Memphis que, sin su estrella, pueden jugar hasta mejor como equipo.
Con unos 21 puntos y unos 12 rebotes el gran Kevon Looney empezó a adjudicarse como la resurrección de Dennis Rodman. (Sabemos que aún le falta mucho para tener ese nivel, pero lo visto en ese juego fue impresionante).
Invocamos y renació el “Game 6 Klay”, que dio una gran victoria ante los Dallas y los llevó al final de la conferencia.
Comienza a verse de a poco al Factor X de la Dub Nation, “La W” Wiggins que en Playoff volvió a ser ese All Star que tanto maravilló a inicio de temporada.
Stephen Curry dio esa luz de esperanza, siendo el ganador del primer MVP de la conferencia, el Earvin “Magic” Johnson. Mostró, una vez más, que si no eres equipo, un solo en ataque no puede.
Entramos a The Finals donde mostraban a los Boston con un mejor porcentaje para ganar el campeonato antes del juego 1 (84% a 16%) y Boston demostró lo mismo. Ganó el Game 1, e hizo que los de la bahía perdieran la localía.
Aquí apareció nuevamente el gran coach, que es Steve Kerr, y acertó con un golpe de autoridad a nivel táctico en el Game 4, dándole la titularidad a Porter Jr.
Y así como también apareció, luego de una gravísima lesión ,Gary Payton II en las finales y actuó como si nada. Dando unos despliegues defensivos cuando más se necesitaban desde la banca. Eso sin dejar atrás la que quizás es la mejor actuación del Chef Stephen Curry, con 43 puntos en un partido de NBA.
Desde la banca con actuaciones impresionantes de Bjelica y Lee. Los jóvenes dando su grano de arena: Kuminga y Moody, demostraron que son futuro.
Terminamos y demostramos que somos una dinastía, que nuestro mejor jugador es un MVP por todo lo alto.
Demasiados partidos, demasiadas tristezas, pero todo tiene su recompensa.
¡4 títulos en 8 años!
¡Golden State Warriors son campeones!