Kahinda Otafiire, de 71 años, se cree en parte dueño de los recursos económicos de Uganda. Émulo del ex dictador más déspota y sanguinario de la historia de ese país, Idi Amín Dada (1971-1979), no dará soluciones a las protestas del pueblo.
Los gobiernos se han convertido en los dueños de los recursos económicos de los países administrados por ellos y no invierten el dinero en la solución de las dificultades que diariamente acontecen a las poblaciones para contar con más dinero para ellos mismos.
Parece que en todas partes se cuecen habas y los mandatarios, en vez de ofrecerle algún paliativo a la población, la exhortan a trabajar duro para que mejoren la situación económica del país, como lo señala Kahinda Otafiire, ministro del Interior de Uganda.
Este ministro, es ex mayor general del Ejército ugandés y quien está acusado de utilizar su posición para apoderarse de tierras estatales, dijo también que los pobres no van al cielo porque insultan a Dios con sus lamentos y acusaciones diarias, porque “ser rico es algo glorioso”. Quizás para él sí, pues está en el poder.
Bueno, el empobrecido pueblo ugandés cree que Dios es el único ser que puede invocar para que el Gobierno despierte de su letargo e invierta parte de los muchos recursos económicos para solucionar la crisis económica, en vez de aconsejarles que trabajen más. Eso estaría bien para los desempleados, si es que hay puestos de trabajo. Mientras tanto, Otafiire se mantiene en su oficina refrigerada ganando dinero a expensas de los trabajadores y de todos los que pagan impuestos.
Por lo visto, Otafiire, de 71 años, quien se cree en parte dueño de los recursos económicos de Uganda y émulo del ex dictador más déspota y sanguinario de la historia de ese país, Idi Amín Dada (1971-1979), no les dará soluciones a las protestas del pueblo por haber reclamado por el aumento de los precios de los productos básicos y la crisis económica del país.
“Por qué molestar a Dios pidiéndole dinero todo el tiempo cuando les ha dado manos, ojos, cerebro, orejas, tierra y lluvia, entre otras cosas”, afirmó Otafiire, quien trató a los habitantes como esclavos que no tienen derecho a reclamar sus derechos.
Por último, recalca que las herramientas que Dios le ha dado a la población son suficientes para hacerlos prosperar. “Si no se usan las herramientas dadas por Dios, no se le puede acusar cuando se está en la pobreza”. Imagínense, los gobernantes no necesitan esas herramientas porque ellos mandan y no necesitan trabajar duro, y nadie puede acusarlos de la pobreza de la gente.
Se espera que, por acá a ningún cabeza de chorlito, como los del servicio de transporte Mi Bus en sus últimas decisiones, no se le ocurra imitar al ministro ugandés, sobre todo, porque no hay plazas de trabajo y tantas tierras libres para labrarlas.