El Razoni, el primer buque con cereal que ha logrado salir de Ucrania desde la invasión rusa a finales del pasado febrero, pasó este miércoles por el Bósforo en dirección a Líbano tras recibir el visto bueno de la comisión mixta que revisó la carga mientras estaba anclado en el Mar Negro, cerca de Estambul.
Un equipo compuesto por delegados rusos, ucranianos, turcos y de Naciones Unidas embarcó poco después de las 07.00 GMT en el pequeño puerto de Rumeli Feneri, en la punta donde se comunican Bósforo y Mar Negro, para trasladarse al Razoni, anclado ante la costa norte de Estambul.
El buque, de 186 metros de eslora, abanderado en Sierra Leona y cargado con 27.000 toneladas de maíz destinados a Líbano, había llegado sobre las 16.00 del martes procedente del puerto ucraniano de Odesa, de donde había zarpado en la mañana del lunes.
El Razoni ha abierto así el corredor acordado el 22 de julio entre Kiev y Moscú, con mediación de Ankara y bajo los auspicios de Naciones Unidas, para liberar los puertos ucranianos del bloqueo ruso que venía impidiendo la exportación de cereal.
TRES HORAS DE INSPECCIÓN
Los inspectores, que trabajan en el centro de coordinación conjunta establecido la semana pasada en Estambul como parte de este acuerdo, pasaron casi tres horas en el buque antes de regresar a puerto, dando el visto bueno al buque.
“El equipo llevó a cabo una inspección de tres horas y confirmó que tripulación y carga están autorizadas y están conforme a la información que el Centro de Coordinación recibió antes de que el barco zarpara de Odesa”, informó Naciones Unidas en un comunicado.
“El equipo de inspección mixto tuvo la oportunidad de charlar con la tripulación y obtener información valiosa sobre el viaje del buque a lo largo del corredor marítimo humanitario en el Mar Negro, acordado por el Centro”, señala esa nota.
LUZ VERDE
Las autoridades marítimas turcas dieron luz verde para la entrada del Razoni al Bósforo a las 11.30, y una hora y diez minutos más tarde, el carguero salió del Estrecho hacia el Mar de Mármara, poniendo rumbo a su destino final, el puerto de Trípoli en Líbano.
Varios países de Oriente Próximo y de África dependen en gran parte de las exportaciones de cereal ucraniano y ruso, por lo que la guerra provocada por la invasión rusa de Ucrania ha suscitado el temor a una crisis alimentaria.
Unas 20 millones de toneladas de cereal están bloqueadas en los puertos ucranianos desde el inicio de la guerra en febrero y no pueden exportarse tanto por el temor de ataques rusos como por la probable presencia de minas flotantes, inicialmente colocadas para proteger los puertos ucranianos contra la invasión.
El pasado marzo algunas de estas minas llegaron incluso hasta las costas turcas, pero el mes pasado Ankara aseguró que actualmente la ruta es segura y no hará falta una labor de desminado.
FUTUROS ENVÍOS
Con el acuerdo firmado entre Kiev, Moscú, Ankara y Naciones Unidas, que tiene una vigencia inicial de 120 días, pero se prorrogará si no hay objeciones, podrán zarpar entre uno y tres buques ucranianos al día, según adelantó esta semana el ministro de Infraestructuras ucraniano, Oleksandr Kubrakov, a la emisora BBC.
Kubrakov prevé que hacia finales de la semana en curso también llegarán a los puertos ucranianos mercantes vacíos para recibir cargas de cereal.
Varios buques ya cargados esperan en los muelles ucranianos, entre ellos el Polarnet, amarrado de momento en Chornomorsk, donde acudió el viernes pasado el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Chornomorsk es, junto a Odesa y Pivdennny (Yuzhni), uno de los tres puertos autorizados bajo el acuerdo vigente, pero las autoridades turcas aún no han hecho público sobre cuáles serán los próximos buques en zarpar ni cuándo llegarán.
El procedimiento, sin embargo, será el mismo: el buque echará ancla ante las costas turcas, será inspeccionado por el equipo mixto del centro de coordinación de Estambul y, si todo está en orden, atravesará el Bósforo para continuar viaje.