Es posible que los inventos emergentes en materia de inteligencia artificial, los coches autónomos y la tecnología que difumina aún más las líneas entre el mundo virtual y el real produzcan muchas empresas tecnológicas exitosas.
Sabemos que en los quince años transcurridos desde que el iPhone salió a la venta, la tecnología se ha colado en todos los rincones de nuestras vidas. La tecnología ha transformado la política, las industrias, el tiempo de ocio, la cultura y las relaciones interpersonales, para bien y para mal.
La marcha de la tecnología también ha venido acompañada de esta realidad desconcertante: casi ninguna tecnología de la era del iPhone ha sido un éxito rotundo.
Yo diría que solo una empresa de internet para consumidores de la era de la telefonía inteligente se ha levantado como ganadora indiscutible en popularidad y vitalidad financiera: Meta, con sus aplicaciones Facebook e Instagram.
(La empresa fue fundada en 2004, pero la clasifico como parte de la era del iPhone porque Facebook en realidad despuntó en el momento en que lo hicieron los teléfonos inteligentes).
Todas las demás empresas de internet para consumidores de la época del iPhone obtienen una calificación incompleta debido al número relativamente pequeño de usuarios, las finanzas cuestionables, las perspectivas de crecimiento inciertas, el riesgo de morir o todo lo anterior. Incluso a Meta le preocupa la posibilidad de no mantenerse sana, como escribió mi colega del New York Times Mike Isaac. Además, Meta ha contribuido a algunos problemas graves en nuestro mundo.
Sé que esto suena ridículo. En los últimos quince años la tecnología ganó todo. ¿Cómo es posible que haya tan pocas empresas tecnológicas de las que podamos estar relativamente seguros de que se mantendrán hasta la mediana edad?
Voy a dedicar el resto de este boletín a exponer mis argumentos.
En primer lugar, estoy dando un gran salto al excluir de mi evaluación al motor de búsqueda de Google, los sitios de comercio electrónico como Amazon y Alibaba y al servicio de emisión en continuo de Netflix. Tal vez sean ganadores tecnológicos de larga duración, pero pertenecen a la primera generación de internet. Tampoco estoy contando la tecnología que utilizan casi en su mayoría solo las empresas.
Solo me fijo en las empresas de consumo que estaban en la tierna infancia o no habían nacido todavía cuando los teléfonos inteligentes llegaron a nuestros bolsillos y cuya popularidad se vio potenciada por esas pequeñas supercomputadoras.
Además de Meta, las aplicaciones más populares de los últimos quince años tienen grandes salvedades.
Miles de millones de personas utilizan YouTube, pero no es un gran negocio en relación con su tamaño e influencia. Es posible que YouTube no existiera hoy si Google no hubiera comprado el sitio de videos en 2006, el año anterior a la aparición del iPhone.
Twitter es influyente, pero no se utiliza tanto y es un negocio crónicamente deficiente. Snapchat es un semillero de ideas creativas en línea y ha sido copiado sin descanso por Meta y otros. Pero podría no durar y no ha demostrado ser una empresa competente. Uber y Spotify son dos ejemplos de buenas tecnologías que son malos negocios. No generan beneficios de manera consistente y algunos observadores astutos de la tecnología creen que esos modelos de negocio sencillamente no funcionarán.
Las modas en el comercio electrónico van y vienen. Es probable que las aplicaciones omnipresentes en China, como WeChat y Meituan, nunca se globalicen. En lo que respecta a TikTok, veremos si su popularidad perdura, si es capaz de ganar dinero de manera constante y si las preocupaciones sobre su propiedad china asechan a la aplicación para siempre.
¿Seguirán existiendo estas estrellas de la era del iPhone dentro de diez años, o seguirán el camino de Yahoo y Myspace? (Para los lectores de la Generación Z, Yahoo y Myspace eran sitios web populares no hace mucho tiempo).
Eso nos deja con Meta. Una vez más, la empresa tiene problemas, pero hasta ahora se ha adaptado varias veces a los cambiantes hábitos en línea de la gente. Además, la empresa ha sido muy, pero muy buena, para ganar dinero. Hasta ahora.
No se puede ser un ganador sin la capacidad de convertir la popularidad en dinero y mantener a la gente pegada a una aplicación conforme cambian sus gustos. Muy pocas empresas han sido capaces de hacer ambas cosas en la última década.
¿Cómo es posible que tengamos tanta tecnología y tan pocas empresas tecnológicas ganadoras?
Es posible que la naturaleza de la innovación deje muchas víctimas a su paso. En épocas anteriores a la tecnología, quizá solo surgían una o unas cuantas empresas que surgían. Microsoft y Apple fueron los grandes ganadores de la introducción de las computadoras en los hogares. Google, Amazon y Netflix fueron las estrellas de la primera generación de la Web. Hubo muchas otras tecnologías y empresas tecnológicas que han quedado olvidadas en el camino.
Y si vamos más allá de las tecnologías que utilizan las personas, a las que usan las empresas, los últimos 15 años han acuñado más ganadores. La computación en la nube (una abreviatura de las tareas digitales realizadas a través de internet en lugar de en ordenadores especializados propiedad de personas o empresas) remodeló los servicios de internet y la tecnología corporativa. La computación en la nube también ha enriquecido a muchas empresas tecnológicas, como Amazon, Microsoft y Salesforce.
Es posible que los inventos emergentes en materia de inteligencia artificial, los coches autónomos y la tecnología que difumina aún más las líneas entre el mundo virtual y el real produzcan muchas empresas tecnológicas exitosas. Pero eso no ha ocurrido en la realidad tecnológica actual.
Internet y los teléfonos inteligentes fueron revoluciones que cambiaron el mundo. Y el medio ha sido más resistente y poderoso que cualquier parte de él.