Según el estudio RepCore® Nations Latinoamérica 2022, que analiza la reputación de las 20 principales naciones de la región a ojos de la población general de los países más industrializados, las naciones de América Latina se sitúan entre los niveles moderado o débil de la escala.
Los resultados del estudio RepCore® Nations Latinoamérica 2022, el cual mide el grado de admiración, respeto y confianza que la población de los países del G7 (Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Japón) otorgan a 20 de las naciones de la región, fueron presentados ayer
La base de la apreciación reputacional responde a un conjunto de 22 atributos racionales que cubren diversos aspectos económicos, sociales, políticos, culturales, etc. Su análisis permite entender qué temas son más relevantes para la opinión pública internacional, y explicar la reputación, de cada país a través de su perfil de imagen.
La reputación de un país es clave a la hora de medir su impacto en variables económicas como la llegada de turistas, las exportaciones y la inversión extranjera directa. También cuando se habla de diplomacia pública o atracción de talento y hasta cuando se hace referencia a la calidad de los productos y servicios que ofrece un país.
Según explicó Fernando Prado, co-fundador y director de Reputation Lab, “el modelo RepCore® Nations explica con gran precisión la reputación de un país, lo que nos permite identificar dónde centra la opinión pública sus expectativas, aportando elementos esenciales para desarrollar planes de gestión y creación de valor.”
Algunos datos clave del estudio
El país mejor percibido de la región es Costa Rica, seguido de Perú, Argentina y Puerto Rico, en un ranking que cierra Nicaragua con el indicador de reputación más bajo. Un detalle relevante que ofrece el RepCore®Nations Latinoamérica 2022 es el bajo indicador de reputación del conjunto de los países de América Latina, que en promedio se sitúa cuatro puntos por debajo de la media de reputación de los 60 países con mayor PIB.
Por otra parte, sorprende la relativamente baja dispersión de los resultados obtenidos entre países, que evidencia un conocimiento limitado de Latinoamérica por la opinión pública internacional.
Otra interesante conclusión es que la reputación de los países latinoamericanos es distinta según el entorno geográfico en que se analice. Por ejemplo, China evalúa a la región dos puntos por encima de la media de los 60 países con mayor PIB. Las crecientes relaciones comerciales del gigante asiático con Latinoamérica podrían haber influido en esta mejor percepción de los ciudadanos chinos.
Las fortalezas identificadas en Latinoamérica, responden a factores como: “entorno natural atractivo”, “éxito deportivo”, “gente amable y simpática” y “oferta de ocio, cultura y gastronomía”. Las percepciones más negativas se encuentran en temas como: “país tecnológicamente avanzado”, “calidad del sistema educativo”, “gente educada y confiable”, “seguridad”, “entorno favorable para los negocios”, o “ética, transparencia, ausencia de corrupción”.
Una de las variables relevantes en la actualidad para la construcción de la reputación país es la “lucha contra el cambio climático”. Por ello, durante la exposición de los resultados del estudio se invitó a Álvaro Rodríguez de Sanabria, coordinador general de The Climate Reality Project, quien insistió en que “cada vez más, la mejor reputación será la de aquellos países que hoy logren construir una senda sólida hacia un planeta descarbonizado”
Panamá en la undécima posición
La reputación de Panamá es moderada entre la opinión pública de los países del G7 al presentar un indicador RepScore de 46,5 puntos, lo que equivale a un nivel moderado según la escala de Reputation Lab, ligeramente superior a la media de América Latina (46,1 puntos).
Por otra parte, el estudio demuestra que los atributos que ofrecen ventajas relativas a Panamá con respecto a los demás países de la región son: “entorno favorable para los negocios”, “Gobierno e instituciones eficaces”, “gestión eficiente de recursos públicos sin impuestos innecesarios” o “tecnológicamente avanzado”. Esto, junto al hecho de que Panamá no muestre grandes diferencias en relación con el contexto latinoamericano, sin un perfil de imagen marcado, abre oportunidades para potenciar un proyecto de desarrollo de posicionamiento que construya su diferenciación en el ámbito internacional.
Si acotamos el análisis de la reputación de Panamá a los países identificados como estratégicos para el desarrollo de su marca turística, donde se han venido desarrollando iniciativas de comunicación, el estudio ofrece unos resultados prometedores, posicionando a Panamá por encima de la media latinoamericana en variables tan relevantes como el propio indicador de reputación.
La comunicación es el pilar para construir la reputación de los países
La presentación de este estudio se realizó en el marco de los 24 años de Stratego, una agencia de comunicaciones especializada en el manejo de la reputación.
Monique de Saint Malo, CEO de Stratego Communications, aprovechó la oportunidad para explicar cómo las iniciativas relacionadas con el término “marca país” pueden ser un camino acertado para mejorar la reputación, a través de promocionar el turismo, el comercio y la inversión en distintas naciones de la región que se debaten en el entorno competitivo global.
El gran reto de esas iniciativas es construir una diferenciación sostenible en el tiempo que apele a expectativas relevantes de sus audiencias internacionales, lo que no deja de ser una complicada misión que exige coherencia en los mensajes y consistencia en el tiempo más allá de las modas y los vaivenes políticos por los que pasa cada país.
De Saint Malo concluyó que “la comunicación es clave en la construcción de la reputación de los países, para poder diferenciarnos y captar la atención de inversionistas, ejecutivos y turistas”.