Flores de cempasúchil listas para atraer a las almas al centro de México

Flores de cempasúchil listas para atraer a las almas al centro de México
Personas trabajan en un campo de flor de cempasúchil, usada tradicionalmente para adornar altares, ofrendas y tumbas en temporada de Día de Muertos, en el municipio de Atlixco, estado de Puebla (México). Foto, EFE/Hilda Ríos.

Es tiempo de que las flores realicen su objetivo principal, que es dirigir las almas a los hogares donde se les esperan con una ofrenda que contiene alimentos, bebidas, dulces, y todo aquello que les gustaba.

Llegó la hora de recibir a los familiares y amigos que se adelantaron de la vida terrenal y el campo del municipio de Atlixco, en el céntrico estado de Puebla, se llena de alegría, se pinta de color amarillo, expidiendo un olor peculiar que solo puede ocasionar la Flor de Cempasúchil, que anuncia la festividad de Día de Muertos, como lo marcan las tradiciones en México.

Es tiempo de que las flores realicen su objetivo principal, que es dirigir las almas a los hogares donde se les esperan con una ofrenda que contiene alimentos, bebidas, dulces, y todo aquello que les gustaba, que prepararon las personas que los recuerdan año con año, pero que esperan con ansias que puedan regresar para estar junto a ellas por unas horas.

Con machete en mano, trabajadores del campo comienzan a cortar cada cempasúchil con el objetivo de que lleguen a tiempo y en buenas condiciones a cada hogar mexicano, para dar vida y color a los altares.

UNA FLOR ESPECIAL

 El nombre de esta flor icónica de México proviene del náhuatl “Cempohualxochitl” que significa “veinte flores” o “ varias flores”, esta cuenta con una forma peculiar, ya que tiene apariencia esponjosa, puede ser amarilla o naranja, de pétalos largos o cortos, con un olor penetrante y fuerte, que es agradable para el sentido del olfato, es tan única que su periodo de vida es de cuatro meses: se siembra en el mes de julio y se corta en octubre, debido a que en ese periodo la tierra está lista para ayudarla a crecer.

Modesta Delgado, productora de flor cempasúchil compartió con EFE que se ha dedicado a la floricultura desde hace 47 años, debido a que sus padres le inculcaron el amor por el trabajo del campo.

Refirió que es un trabajo de varias horas y en momentos donde los rayos del sol son más fuertes. En esta actividad se va escogiendo la flor que esté más frondosa y se va separando para que los clientes vean que se cuidó desde su cosecha y llevan productos de calidad.

“Es una pasión, un amor sembrar la flor, porque sabemos nuestras costumbres y sabemos que nuestros seres queridos, que se nos adelantaron, ya están en camino, ya estamos preparándonos para poner la ofrenda, ya mandamos a hacer las hojaldras (un tipo de pan), ya tenemos la flor y escogemos la mejor para poner nuestra ofrenda en devoción hacia ellos, manifestándoles de esta manera el cariño que les tuvimos en vida y ahora que ya se nos fueron”, dijo.

CÓMO SE REALIZA EL CORTE

Para recoger la flor del campo se necesita un hoz o cuchillo curvo, que sirve para cortar a una distancia de 10 centímetros de la tierra la vara que sostiene las flores, ya que cada una puede llegar a tener hasta ocho flores.

Una vez que se tiene el corte se junta en chongo o maletas, que son los montones chicos y grandes que son amarrados para su venta al público en general.

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