Recuerdos del tamarindo

Recuerdos del tamarindo
El tamarindo es un fruto tropical de color neutro con muchas propiedades medicinales y muy utilizado en la gastronomía. Su sabor dulce ácido es un deleite. Foto, Belkis Hidalgo Hoyos.

Por su sabor es muy empleado en diferentes platos de la comida latinoamericana y asiática, tanto dulces como salados, y se puede consumir crudo o cocido.  Se elaboran refrescantes bebidas, duros, paletas, helados, extractos, pulpa, aderezos, salsas y más.

Posiblemente a muchos, igual que a mí, el tamarindo les hará recordar la infancia, principalmente a quienes crecieron en el ambiente de campo que estimula tanto la creatividad e imaginación de los pequeños, y a veces, hasta más de la cuenta.

Esta fruta al natural era una de las favoritas de un grupo de niñas y niños que vivían en el interior donde mi abuelita solía llevarme de visita en el tiempo de vacaciones escolares. Con ellos me divertía mucho, mayormente, con el intrépido juego el “cocinadito”.

Con 4 piedras y leña, el grupo de traviesos improvisábamos un mini fogón en el que hervíamos en una pequeña olla tamarindos cortados que simulaban pedazos de carne para una sopa. A esa edad se sentía muy emocionante realizar ese menú imaginario, que en realidad era tamarindo con sabor ahumado condimentado con sus pequeñas hojas.

La aventura tenía lugar en la parte trasera de la casa, en una elevación del terreno donde a escondidas jugábamos a ser “grandes” y expertas en el arte culinario. Éramos pequeños inocentes que nos exponíamos al peligro. Afortunadamente, nada malo ocurrió.

Nuestro sitio favorito y en el cual nos iniciamos en nuestros primeros guisos estaba acolchonado de hierba bien cortada. Para llegar, había que atravesar un área con hojas secas caídas donde disfrutaba mucho su crujido en cada paso al caminar, así como al olor a cítrico que se difuminaba de los frutales con la brisa.

¡Me embelesaba ese ambiente silvestre!  Se escuchaba el sonido del viento circular entre las ramas y el roce de las hojas asemejaba estuviesen murmurando. Allí había un árbol de mayor tiempo y más alto que todos, “el tamarindo”. Aún recuerdo como si fuera ayer los luminosos rayos de sol cuando en la mañana, poco a poco, se asomaban entre su fuerte tronco.

Recolectábamos los tamarindos maduros del suelo, elegíamos los fáciles de desgajar de su cáscara, pues sabíamos que eran exquisitos, ya que habíamos aprendido que era el punto ideal.

“Di tamarindo, corre, corre, que te guindo”, era una divertida rima de nuestros juegos que hacía pensar en el esbelto árbol que provee tan saludable fruta; y la increíble ocurrencia era adrenalina pura que desencadenaba en gritos y alegría.

El sabor dulce ácido del fruto, dependiendo de su nivel de madurez, es una combinación que lo hace deleitoso.  Es ácido cuando está verde y posteriormente se va tornando dulce.

No había mejor pastilla “Sweetarts” que la pulpa del tamarindo, con la que no se podía evitar cerrar los ojos fuertemente y realizar todo tipo de gestos por el fuerte sabor, difícil de describir, cuando se consumía directamente de su cubierta.

La “cosita” favorita de los recreos, como le decían al postre que disfrutaban los estudiantes en el intermedio de clases, eran las bolitas de tamarindo, esa pulpa de la fruta pasada por azúcar, que es uno de los dulces tradicionales de nuestro país.  ¡Qué grato ha sido revivir momentos de ese fruto!

El árbol de tamarindo es una planta de hoja perenne y tiene grandes dimensiones. Su nombre científico es Tamarindus y es de la familia Fabaceae. Foto, Belkis Hidalgo Hoyos.

El nombre del árbol de tamarindo ha sido muy empleado, por ejemplo, en leyendas, como la que se escenifica en festivales nacionales sobre valerosos caballeros que se enfrentaban en duelo al pie de estos hermosos árboles para resolver asuntos de gran valor, temas para ellos de vida o muerte, lo cual se conoce como: “El duelo del Tamarindo”.

Ha sido utilizado como tema en la música panameña, tal es el caso de “Hojita de Tamarindo”, la quebrá se la llevó…”

También, así se llama una locación muy renombrada: el salón Los Tamarindos de la Presidencia de la República. ¡Vaya privilegio el de mi árbol del recuerdo!

Descripción

El tamarindo físicamente no es un fruto llamativo como los que tienen vívidos colores, por lo que algunas personas se pierden de aprovechar sus propiedades.

Está cubierto por una vaina color neutro, más o menos nogal, sin brillo, de un tono propio del entorno natural. Esta cáscara es un poco dura, leñosa, como la corteza de los árboles. Es alargada y tiene lóbulos. Se debe quebrar para desprenderla

Su pulpa carnosa y pegajosa es color marrón. En la medida en que se madura, se va tornando rojiza. Tiene fibras que deben retirarse. Su semilla es redonda, oscura y brillante.

De acuerdo al Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, STRI, por sus siglas en inglés, contiene “vitaminas C y B, también hierro y calcio”.

Fuentes de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco), señalan que: “Alivia los dolores articulares, musculares y la inflamación. Disminuye los niveles de colesterol en la sangre y regula la presión. Ayuda a depurar el organismo y alivia el estreñimiento. Protege al hígado. Potencia el sistema inmunológico”.

Material investigado indica que tiene propiedades medicinales como: laxante, diurético, astringente, antipirético y antiséptico.

Por su sabor es muy empleado en diferentes platos de la comida latinoamericana y asiática, tanto dulces como salados, y se puede consumir crudo o cocido.  Se elaboran refrescantes bebidas, duros, paletas, helados, extractos, pulpa, aderezos, salsas y más.

Con este se prepara la conocida chicha de tamarindo para la cual se pela, lava, hierve o licúa la fruta para obtener la pulpa. Solo hay que agregarle agua, azúcar y hielo para lograr la exquisita bebida rica en vitaminas que favorece la hidratación.

Luego de las fechas festivas en que la mayoría nos excedimos con las comidas de la temporada, para depurar el organismo valdría la pena tomar agua de esta fruta al natural.

Las semillas del tamarindo también tienen beneficios para la salud.  Además, se emplean en la realización de manualidades ecológicas, como: cuadros, marcos, aretes y collares.

La palabra tamarindo proviene del árabe “tamar hindi” y se le conoce como Dátil de la India. Según fuentes del STRI: “La especie es nativa de India y África Tropical, distribuida desde allí a muchos países tropicales del mundo. En Panamá se encuentra como planta cultivada en casi todo el país, principalmente en tierras bajas de clima seco”.

Los árboles de tamarindo tienen hojas bipinnadas, con las cuales hacen té. Sus flores son pequeñas y amarillas. “Florece y fructifica de mayo a diciembre”, de acuerdo al STRI.

Aproveche esta deliciosa fruta de temporada de muchos beneficios y trate de reservar tiempo para coleccionar experiencias enriquecedoras que inspiren apreciar lo que la naturaleza ofrece.

¡Aproveche el tamarindo! Hay muchas formas de consumir esta fruta de temporada. Foto, Belkis Hidalgo Hoyos.

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