Un análisis cuadro por cuadro de un video capturado en el lugar —y compartido con The New York Times— muestra que Reed, que estaba desarmado, murió en un ataque dirigido por un misil guiado que con casi toda seguridad fue disparado por las fuerzas militares rusas.
Aproximadamente un minuto después de que un paramédico estadounidense, Pete Reed, y un equipo de trabajadores humanitarios comenzaran a atender a un civil herido en la ciudad ucraniana de Bajmut el 2 de febrero, fueron atacados. Reed, un exmarine estadounidense que se ofreció como voluntario en el frente de guerra, falleció y varios de sus colegas resultaron heridos.
Los voluntarios en el lugar inicialmente atribuyeron el ataque a los bombardeos rusos indiscriminados. Pero un análisis cuadro por cuadro de un video capturado en el lugar —y compartido con The New York Times— muestra que Reed, que estaba desarmado, murió en un ataque dirigido por un misil guiado que con casi toda seguridad fue disparado por las fuerzas militares rusas.
No se sabe con certeza si los rusos sabían que el grupo estaba conformado por trabajadores humanitarios. Pero su caravana tenía marcas que deberían haberles señalado a los rusos el tipo de vehículos que estaban atacando. Uno de los vehículos estaba claramente marcado con una cruz roja y el tipo de arma utilizada en el ataque —un misil antitanque guiado por láser— por lo general se dispara cuando el atacante observa y selecciona un objetivo.
Sin embargo, el objetivo en este caso, una camioneta Mercedes-Benz blanca, no tenía marcas médicas claramente visibles y si bien los trabajadores humanitarios estaban desarmados, al menos un médico vestía camuflaje estilo militar.
El video muestra a Reed y al grupo de trabajadores humanitarios de pie junto a la camioneta blanca, la cual estaban utilizando para transportar suministros humanitarios. Un misil que vuela paralelo al suelo golpea directamente la camioneta, destruyéndola y matando a Reed.
El video fue grabado con un teléfono inteligente por Erko Laidinen, un voluntario estonio de una organización llamada Frontline Medics que iba justo detrás de Reed.
Las imágenes parecen mostrar que el ataque fue realizado con un misil guiado antitanque Kornet, el cual tiene un alcance de alrededor de 5 kilómetros. Reed y los trabajadores humanitarios estaban en una posición ligeramente elevada en una calle que conducía hacia el frente ruso, a unos 3 kilómetros de distancia.
Laidinen afirmó que la cámara del tablero de su vehículo también grabó el momento y que las imágenes mostraban un segundo ataque con misil que estaba dirigido a otro vehículo, pero que no logró impactar el objetivo. El video aún no se ha hecho público.
Un voluntario llamado Roma, que estaba de pie cerca de Reed cuando impactó el misil y resultó herido en la explosión, le contó al Times en una entrevista que en el momento del ataque no había unidades militares cerca. Uno de los vehículos en el lugar estaba claramente marcado como una ambulancia, aseguró.
Roma solo proporcionó su primer nombre por motivos de seguridad.
Una fotografía publicada por The Wall Street Journal muestra a un médico noruego herido huyendo del lugar del ataque. También muestra la ambulancia marcada con una cruz roja sobre un fondo blanco al otro lado de la calle desde donde Reed y los otros voluntarios fueron atacados.
Los expertos afirmaron que el tipo de arma utilizada debería haberle permitido al atacante identificar la naturaleza del objetivo. Con armas como esta, “se espera que el tirador tenga la capacidad de diferenciar entre un trabajador médico y un combatiente”, afirmó Marc Garlasco, un investigador de crímenes de guerra que se encuentra en Polonia capacitando equipos ucranianos que investigan crímenes de guerra.
Garlasco agregó que el episodio requería más investigación, pero que a primera vista era un “potencial crimen de guerra”.
Un video del momento posterior a la explosión muestra la camioneta blanca de los trabajadores humanitarios destruida por el ataque. Se ven escombros esparcidos por la zona y un cuerpo que yace sin vida en el suelo.
Bajmut, una ciudad industrial rodeada de minas de sal con una población cercana a las 70.000 personas antes de la guerra, ha sufrido intensos bombardeos desde el verano. En las últimas semanas, las tropas rusas han estado cada vez más cerca de rodear la ciudad.
Con una pequeña población de civiles todavía presente en la ciudad, los trabajadores humanitarios como Reed y sus compañeros de equipo han sido vitales para las personas que se refugian en sótanos sin calefacción y con cada vez menos alimentos. El lunes 13 de febrero, el Ejército ucraniano declaró que ya no permitiría la presencia de grupos de ayuda en la ciudad.
Reed y su equipo fueron alertados del civil herido por las tropas ucranianas que acababan de regresar de la zona. En cierto momento, esa calle había estado bajo bombardeos o ataques con misiles: al menos otro vehículo había sido destruido en la misma área, aunque no se sabía con certeza cuándo, afirmó Roma.
Las fuerzas ucranianas recorren el campo de batalla en todo tipo de vehículos civiles, incluidos sedanes privados y autobuses escolares. Por lo tanto, es posible que Reed se haya convertido en un objetivo simplemente porque su equipo entró en una zona mortal atacada que las fuerzas militares rusas atacaban con gran frecuencia.