Los datos revelaron que los demócratas tienen problemas con la percepción de que “no existe un plan económico demócrata o, si existe, no ayuda a las familias trabajadoras del ciudadano común”, una afirmación que resonó entre algunos votantes independientes y demócratas de base.
El otoño pasado, los demócratas lograron victorias importantes en el medio oeste industrial, y reafirmaron su poder en una región que se había inclinado cada vez más hacia los republicanos. Sin embargo, el partido aún enfrenta desafíos complicados, en ocasiones en constante deterioro, en condados mayoritariamente blancos de clase trabajadora que ayudarán a decidir el resultado de las próximas elecciones presidenciales.
Esa es una de las conclusiones de un nuevo e implacable informe generado por estrategas demócratas sobre las vulnerabilidades y oportunidades de su partido en los pueblos y condados más afectados por la desindustrialización en Iowa, Míchigan, Minnesota, Ohio, Pensilvania y Wisconsin. En las elecciones de 2016, los demócratas enfrentaron reveses impactantes en muchas de estas áreas, pero desde entonces el partido ha trabajado para recuperar terreno.
“Nuestra imagen está bastante deteriorada en estos lugares”, advierte el informe, el cual es un proyecto de la organización sin fines de lucro American Family Voices, que analiza a los votantes de la clase obrera fuera de las principales áreas metropolitanas y se refiere a los lugares del estudio como “pueblos fabriles”. “Los votantes tienen una visión cínica de nuestro discurso, y desconocen todos los logros de los demócratas que los beneficiarán directamente”.
Sin embargo, en cuanto a los logros legislativos recientes, el informe añade: “Los demócratas tienen su mejor oportunidad en décadas para lograr avances en estos condados”.
El informe, que también destaca los problemas de la imagen republicana, fue escrito por el veterano estratega demócrata Mike Lux y se basa en encuestas realizadas en diciembre por Lake Research Partners, dirigidas por Celinda Lake, una veterana encuestadora del partido.
El informe señala que el presidente Joe Biden —nativo de Scranton, Pensilvania, que durante mucho tiempo ha enfatizado su afinidad por los votantes de la clase obrera— ganó en 2020 en parte por reducir los márgenes de las pérdidas demócratas en algunas de estas zonas, mientras que los demócratas de diferentes partes de la boleta electoral obtuvieron una serie de victorias absolutas el año pasado. Sin embargo, los demócratas también sufrieron grandes decepciones en la región, como en la contienda por el Senado en Wisconsin, además de que Iowa sigue siendo un lugar especialmente esquivo para el partido.
Dado ese historial, el informe aboga por inversiones tempranas en la organización de campañas en estas zonas. También reconoce las dificultades de cambiar las percepciones negativas en un entorno mediático fracturado y mermado, y en un momento intensamente polarizado para el país.
A continuación, algunos hallazgos y recomendaciones clave:
Dejando de lado la cultura, la economía es el mayor problema para los demócratas.
Los republicanos han tratado de etiquetar a los demócratas de extremistas en cuanto a temas culturales como la gestión de las fuerzas del orden público y la educación. Pero según este informe, los demócratas son más vulnerables en temas como el gasto, los impuestos, el despilfarro gubernamental y la inflación.
Si bien a “la gente de la clase trabajadora le molesta esa postura urbana e intelectual ‘concienciada’”, dice el informe, “las dificultades económicas alimentan los problemas de los demócratas en los condados de clase obrera fuera de las áreas metropolitanas mucho más que la guerra cultural”.
Un mensaje económico demócrata —centrado en atacar la avaricia corporativa, invertir en la manufactura en Estados Unidos y buscar una economía que funcione para todos en lugar de solo para los “pocos millonarios”— obtuvo mejores resultados en las encuestas de Lake Research Partners que el mensaje republicano que afirmaba que los liberales estaban socavando “nuestro estilo de vida”.
Un mensaje republicano centrado en la economía superó por poco al mensaje demócrata sobre este tópico. Pero los resultados variaron según el estado: los votantes en Míchigan, por ejemplo, fueron más receptivos al discurso demócrata que en otros estados, y en Pensilvania, las señales de alarma para los demócratas fueron notables.
Lux escribió que “los votantes en estos condados, incluidos los votantes indecisos, independientes e incluso algunos demócratas, están percibiendo la economía desde una narrativa mucho más republicana que hace un año”. Esto es evidencia de que los anuncios de televisión que fustigaron a Biden por la inflación durante las elecciones de medio mandato lograron su cometido, aunque la inflación ya se ha ralentizado ligeramente en la actualidad.
Ambos partidos tienen problemas de imagen.
Según el informe, muchos de los votantes analizados en estos “pueblos fabriles” tienen una postura “profundamente cínica” con respecto a ambos partidos políticos. Los votantes indecisos tienen la impresión de que tanto los demócratas como los republicanos son “demasiado extremistas”.
El estudio reveló que el argumento más pronunciado contra los republicanos es que “están del lado de las corporaciones y los directores ejecutivos y trabajan para los ricos”.
Mientras tanto, los demócratas son vistos como “débiles e ineficaces, especialmente cuando se trata de asuntos económicos”, dice el informe.
Los datos revelaron que los demócratas tienen problemas con la percepción de que “no existe un plan económico demócrata o, si existe, no ayuda a las familias trabajadoras del ciudadano común”, una afirmación que resonó entre algunos votantes independientes y demócratas de base.
El año 2024 luce competitivo, y hay un interés temprano en DeSantis.
Los primeros enfrentamientos presidenciales entre Biden y el expresidente Donald Trump, y entre Biden y el gobernador de Florida Ron DeSantis, muestran una reñida contienda hipotética en estos condados.
“Un número considerable de votantes en esta región tendrá al menos una tendencia inicial a votar por Trump incluso si no les cae muy bien”, reconoció el informe.
Existe un marcado interés en DeSantis, quien por lo general se considera el potencial rival republicano más fuerte de Trump, a pesar de que no ha anunciado una campaña presidencial y aún no tiene experiencia en el escenario nacional.
DeSantis tuvo un índice neto positivo de aprobación —del 42 al 37 por ciento— y fue “sorpresivamente conocido: solo una quinta parte de los votantes manifestaron no saber de él”, dijo el informe.