A un año de iniciada la invasión rusa, la guerra toca a los ucranianos durante la madrugada, incluso a aquellos que viven lejos del frente de batalla y no han atestiguado en persona la violencia, como la familia Haidukevych, que vive en Kiev.
KIEV, Ucrania — Los tanques rusos se desplazan hasta la casa de Taras, de 4 años, y abren fuego. Su madre queda sepultada bajo los escombros. Taras intenta sacarla de entre los restos con todas sus fuerzas, pero es demasiado pesada, por lo que solo jala inútilmente de su brazo.
Entonces se despierta llorando de manera inconsolable.
La madre de Taras, Anastasia Haidukevych, de 41 años, describió la pesadilla de su hijo durante una entrevista. La mujer comenta: “Traté de ocultarle la guerra, pero está por todos lados a nuestro alrededor”.
Para muchos, ni siquiera los sueños ofrecen un lugar seguro.
A un año de iniciada la invasión rusa, la guerra toca a los ucranianos durante la madrugada, incluso a aquellos que viven lejos del frente de batalla y no han atestiguado en persona la violencia, como la familia Haidukevych, que vive en Kiev.
En una encuesta en línea reciente, el 70 por ciento de los ucranianos reportó haber tenido una pesadilla sobre la guerra y el 30 por ciento afirmó haber visto muerte en sus sueños.
Los psicólogos aseguran que los sueños vívidos son una respuesta común a un cambio importante en la vida y que es probable que los ucranianos todavía tengan sueños sobre el conflicto armado después de que las batallas hayan cesado.
Los ucranianos que han presenciado el combate o la destrucción a menudo reviven el trauma mientras duermen. DreamApp indicó en un informe de su encuesta, en la cual participaron más de 700 personas, que “algunas personas ven repetirse los acontecimientos perturbadores en sus sueños”.
No obstante, las psiques se adaptan a los cambios importantes en la vida de modos diferentes. Por ello, algunas de las personas que participaron en la encuesta contaron sueños que no eran de angustia, sino de seguridad y comodidad, de la vida antes de la guerra, a veces ambientados en la infancia.
Estos muestran que “lo que les hace falta en la vida en ese momento puede llegar en los sueños y ayudarles a sentirse mejor”, opinó Victoria Semko, una psicóloga que colaboró para fundar un grupo de terapeutas que ayudan a la gente que vivió la brutal ocupación rusa en Irpín, un suburbio de Kiev.
No obstante, hasta las pesadillas pueden ser útiles.
Semko explicó: “Cuando la gente sueña con hechos traumáticos, ayuda el volverlos a vivir, pero en un ambiente más tranquilo. Eso ayuda a sanar”. Sin embargo, experimentar el trauma con el entendimiento de que es parte de un sueño vuelve a traumatizar a otros, agregó.
En entrevistas, más de una decena de civiles y militares ucranianos que no estuvieron involucrados en la encuesta de DreamApp describieron sueños vívidos plagados de ansiedad de un tipo que aseguran que no experimentaban antes de que empezara la guerra, en febrero de 2022.
Olena Bond, una residente de Kiev de 44 años, relata que a principios de la guerra tenía dificultad para dormir. Un médico le prescribió antidepresivos y entonces comenzaron los sueños. Bond dijo: “En muchos sueños yo mataba a personas, mataba a enemigos”.
Se volvieron más frecuentes en el otoño, luego de que Rusia comenzó a lanzar ataques con misiles de largo alcance a infraestructura crucial en ciudades lejanas al frente de combate.
Bond mencionó: “Tuve un sueño hace poco de que una explosión muy poderosa me elevaba por los aires y, después, tardaba mucho en caer lentamente. Conforme descendía, pensaba: ‘Estoy viva, todavía estoy viva’”.
Ivan Chuiko, un soldado que combate en el este de Ucrania, recuerda que sus sueños antes de la guerra eran, en general, triviales y felices.
Ya no.
Chuiko, de 37 años, narró: “En una ocasión, desperté en la trinchera a mitad de la noche y no podía entender si todavía estaba dormido o si era la realidad. Estaba hablando con mis amigos, pero no podíamos hallar un idioma en común. Era como si algún demonio o fuerza maligna se interpusiera entre nosotros. No podía ver con claridad al demonio, pero sabía que estaba ahí”.
Por lo regular, las visiones que atormentan su sueño son menos abstractas.
Chuiko agregó: “Principalmente, sueño con batallas de tanques”.
Otro soldado, Svyatoslav, de 45 años, manifestó que sus sueños en el frente eran en su mayoría bastante placenteros. “A menudo, sueño con lo que habrá en el futuro, después de la guerra”.
Nazar Kuzmin, un soldado de 33 años, luchó en la misma unidad que su hermano, quien murió en combate en noviembre.
Kuzmin relató: “Duermo bien cuando no hay bombardeos y no recuerdo mis sueños. Pero hace poco escuché la voz de mi hermano en mi sueño. Era más fácil estar aquí en la guerra con mi hermano, cuando estábamos juntos”.
Los muertos también aparecen en los sueños de Anzhelika Vagorovska.
El primer día de la guerra, un piloto ucraniano fue derribado por un misil ruso y murió. Era el padre de Vagorovska. La mujer comentó: “Hablo con él con mucha frecuencia en mis sueños”.
Vagorovska, una abogada de 34 años, se fue a Alemania con dos hijas pequeñas tras la invasión de Ucrania, pero le resultó difícil estar lejos de casa. Regresó en octubre.
Vagorovska confesó: “En Alemania, soñaba con mi hogar y, aquí en Kiev, sueño con mi infancia en Lisichansk”. Los combates de la primavera pasada destruyeron la mayor parte de esa ciudad y ahora está ocupada por el ejército ruso.
En Lisichansk, Vagorovska vivía con sus abuelos en una casa ubicada en una colina desde la cual se podía ver la ciudad. Por la noche, veían destellar las luces de la urbe. La mujer dice que ahora sueña con ello.
Concluyó: “Sin importar lo que esté soñando, en mis sueños siempre sé que estamos en guerra”.