Los estadounidenses se animaron a producir fotografías, videos y pódcast para redes sociales durante los periodos de confinamiento de la pandemia. Ahora que los trabajadores están regresando a la oficina, los negocios se están convirtiendo en creadores de contenido.
Ann Duskus y Vicky Vuong, artistas de las zapatillas deportivas que residen en San Francisco, se conocieron a través de Instagram a principios de la pandemia, cuando Duskus daba clases por Zoom sobre temas como la manera de desarmar una zapatilla de baloncesto Nike Air Force 1 y Vuong ganaba seguidores por embellecer el calzado con pintura, bordados y perlas falsas.
Cuando decidieron rentar una oficina juntas en 2021, la equiparon para que funcionara no solo como un taller para hacer sus creaciones, sino también como un estudio con las cámaras listas para impartir clases en línea, tomar fotografías de productos y grabar videos de desempaquetados (“unboxings”).
Vuong, cuya compañía es Cestlavic, comentó: “Hacemos las zapatillas deportivas. Creamos el contenido”.
Los estadounidenses se animaron a producir fotografías, videos y pódcast para redes sociales durante los periodos de confinamiento de la pandemia. Ahora que los trabajadores están regresando a la oficina, los negocios se están convirtiendo en creadores de contenido. Además, muchos están incorporando instalaciones de producción y transmisión propias para lograrlo.
Las compañías están gastando cientos de miles de dólares para equipar espacios de oficina con paneles acústicos, plataformas de iluminación y aparatos de grabación, y algunas están construyendo estudios de transmisión en vivo basados en los que usan las estaciones de noticias.
Por supuesto, las compañías de medios han contado con este tipo de instalaciones desde hace mucho tiempo. Además, no es ninguna sorpresa que las compañías de redes sociales también las tengan. YouTube y TikTok construyeron estudios en sus oficinas de Manhattan donde los creadores más importantes pueden hacer videos.
No obstante, ahora, firmas de industrias muy variadas (incluso algunas no conocidas por seguir las tendencias, como las instituciones bancarias) se están sumando al acto. En el proceso, algunas se están ahorrando millones de dólares que habrían pagado a otros para que crearan su contenido.
En el pasado, muchas empresas delegaban la creación de contenido a casas productoras o talleres creativos. Sin embargo, la pandemia las obligó a depender de sus propios dispositivos, incluso si los resultados no eran tan sofisticados. Además, la aceptación extendida de las redes sociales (los estadounidenses pasan más de dos horas al día en Facebook, Instagram, TikTok y otras plataformas, según datos recientes) dio pie a la idea de que cualquiera puede ser un creador.
También está la velocidad a la que se consume contenido en la actualidad; a menudo, no hay tiempo suficiente para subcontratar estos proyectos.
Michelle Cleverdon, vicepresidenta de asesoramiento laboral en Colliers, la firma de corretaje de bienes raíces comerciales, mencionó: “Es importante hacer esto al momento”.
La Liga Nacional de Hockey (NHL, por su sigla en inglés) adquirió esa agilidad cuando construyó un estudio de transmisión de 56 metros cuadrados en su nueva sede en el centro de Manhattan, en Nueva York. El espacio, creado con la ayuda de TPG Architecture y otros diseñadores y fabricantes, está rodeado de pantallas led y cajas de luz que pueden ser programadas de color naranja, por ejemplo, si los Flyers de Filadelfia están de visita o rojo cuando llegan los Hurricanes de Carolina.
El estudio, operado por un equipo de creación de contenido que en los últimos años creció de tan solo un puñado de empleados a más de 60, y equipado con 18 monitores en los cuales se puede elegir la fuente de video, cuatro cámaras robóticas y una sala de control con capacidad para doce personas, ha permitido a la liga hacer programas en YouTube tales como el de revista “NHL Mash-Up” y el de apuestas “NHL Puckline”. Hace poco añadieron a sus instalaciones una sala para mezcla de audio que llamaron “el cuarto de los susurros”.
Steve Mayer, el director de contenido y vicepresidente ejecutivo sénior de la NHL, afirmó: “Cambiamos la filosofía del negocio entero para orientarla más hacia los medios audiovisuales (el entretenimiento) y el contenido”.
La aplicación de aprendizaje de idiomas Duolingo (que convirtió a su mascota, un búho verde de peluche, en un fenómeno de TikTok e invitó a influentes de redes sociales a un “Día de creadores” el año pasado) agregó un estudio de producción cuando expandió hace poco su sede en Pittsburgh. El espacio ha permitido a los ejecutivos dar entrevistas de televisión sin viajar a las instalaciones de una televisora, además de que la compañía ha estado haciendo sus conferencias de ganancias trimestrales como transmisiones de video por internet desde el estudio.
No obstante, el hecho de que una liga deportiva nacional o una compañía de tecnología educativa incorporen un estudio propio es una cosa. Tal vez es más sorprendente que muchas firmas financieras estén construyendo salas de pódcast (en ocasiones, llamadas salas de contenido), incluso a pesar de que no están del todo seguras de qué harán con esos nuevos espacios.
Lisa Lombardy, directora creativa de estudios en TPG, que ha estado diseñando espacios “lounge” en oficinas donde las empresas pueden recibir a invitados para grabar mesas redondas, manifestó: “Es algo que están probando. Están tratando de descifrar cómo va a funcionar esto para ellas”.
Citizens Bank aún contrata a agencias creativas externas, pero hace poco creó una suite de producción en un edificio nuevo diseñado por SGA en Westwood, Massachusetts. El lugar incluye un estudio fotográfico con un muro blanco curvo que funciona como un fondo continuo (ideal para tomar retratos del personal) y dos estudios de video con pantallas motorizadas azules y verdes y un área de edición de video. Una adición reciente: una sala de pódcast con una cabina de audio usada para grabar voz de locución o narración, animaciones y anuncios internos para las divisiones minoristas del banco en supermercados.
Truist, otra compañía de banca, invirtió a lo grande en un estudio de producción y transmisión de 465 metros cuadrados en su sede de Charlotte, Carolina del Norte, creado en colaboración con los arquitectos de Perkins & Will, así como algunos consultores de iluminación y acústicos.
El espacio tiene un escritorio al estilo de los conductores de noticias frente a un fondo hecho con cajas de luz móviles con luces ledes que se pueden cambiar para desplegar fotografías o el logotipo de la compañía, dependiendo del segmento que se esté grabando. Hay islas de edición para trabajo de posproducción, un área de maquillaje y un cuarto con pantalla verde. El personal del estudio es parte de una agencia creativa propia.
La mayoría de los alrededor de 200 videos realizados en el estudio el año pasado fueron para uso interno, con la publicación ocasional para redes sociales (como una que la compañía produjo con rapidez y publicó en LinkedIn para celebrar el Día Nacional de los Becarios). Vinoo Vijay, el director de mercadotecnia del banco, indicó que Truist espera hacer más publicaciones en redes sociales en los próximos años.