Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria

Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria
El autor es licenciado en Contabilidad, CPA, posee MSc y es ciudadano toleaño. Foto, archivos.

Luego de la crisis de salud que se vivió con la pandemia y la época post covid-19, el país ha venido hablando de estos conceptos, más que todo para darle prioridad al tema de la soberanía alimentaria como respuesta de apoyo a la producción nacional.

Desde hace un tiempo considerable se viene hablando de estos conceptos que, traducidos a la alimentación, parecen ser muy pocos incluyentes. Sin embargo, guardan relación con el derecho a la alimentación.

A partir de la perspectiva filosófica se ha precisado que la Soberanía Alimentaria es:

“El derecho de cada pueblo, comunidad y país de definir sus propias políticas agrícolas, alimentarias y agrarias, para que estas sean ecológicas, sociales, económicas y culturalmente apropiadas a sus circunstancias. Incluye el derecho a la alimentación y a la producción de alimentos.     La soberanía alimentaria asegura que las comunidades puedan sostenerse por sí mismas durante el tiempo. Es un concepto que fue instalado en 1996 por Vía Campesina en Roma, con motivo de la Cumbre Mundial de la Alimentación de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La soberanía alimentaria promueve relaciones equilibradas entre seres humanos y naturaleza, suelo, agua, aire para garantizar la producción actual y futura de alimentos adecuados para todas y todos. La soberanía alimentaria prioriza la producción agrícola local para alimentar a la población”.  (Extraído de Inteligencia Artificial Bing.com).

Así mismo, se ha definido la Seguridad Alimentaria a: “La disponibilidad física y económica de alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer las necesidades alimenticias y las preferencias de las personas. La seguridad alimentaria implica la aplicación de estrategias para garantizar que todos los alimentos son seguros para el consumo y no suponen un riesgo para la salud de las personas” (Extraído de Inteligencia Artificial Bing.com).

Luego de la crisis de salud que se vivió con la pandemia y la época post covid-19, el país ha venido hablando de estos conceptos, más que todo para darle prioridad al tema de la soberanía alimentaria como respuesta de apoyo a la producción nacional.

La nación está muy lejos de lograr la soberanía alimentaria porque no es autosuficiente en la producción nacional en rubros básicos como leche y arroz, por citar solo unos ejemplos; claro hay otros rubros en donde existe una buena producción y hay capacidad de lograr más producción en cantidad y calidad, pero también se hace necesario cumplir con acuerdos internacionales de intercambio comercial.

Esto es así, lo que se plantea desde la perspectiva de la producción, que la misma debe ser más eficiente y buscar niveles más elevados de productividad; pero, cómo hacerlo y qué hacemos con esa gente que produce en nivel de subsistencia y cómo exportarlo. Al mecanizar la producción, generaremos más desocupaciones en las comunidades y migración.

La FAO ha declarado la década de la Agricultura Familiar, para ir cambiando el paradigma de la agricultura de subsistencia.  Sería prudente retomar esos valores para mejorar la producción de la gente que se dedica a labrar la tierra y que su producción sea considerada como un aporte a la Soberanía Alimentaria y la Seguridad Alimentaria.

En el gobierno anterior,  la Asamblea Nacional  aprobó el proyecto de ley 628 del 8 de marzo de 2018,  “Que establece el marco general que rige al sector agropecuario para la seguridad y soberanía alimentaria, mediante la ejecución de una política de estado incluyente y sostenible; y se dictan otras disposiciones”.

No fue sancionado por la Presidencia de la República, por lo que en ese caso recurrió a la Corte Suprema de Justicia por inexequibilidad y, posteriormente, el 5 de julio de 2022, la Corte Suprema de Justicia declaró que le asiste la razón al Ejecutivo y declaró inexequible el proyecto de ley, por ello convencido estoy que otras iniciativas en esta dirección correrán la misma suerte.

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