¿Y el verbo?

¿Y el verbo?
El autor del artículo es periodista, profesor de Español y magíster en Educación.

Como decía Hohenberg, el olvido y la ignorancia adverbial del gerundio es la causa de que esta voz sea tan estropeada. El lenguaje sigue en deterioro como todo lo demás. Si no se busca la forma de unificar criterios, la sintaxis española será un desastre.

¿Dónde está el verbo? Esa es la pregunta de todos los días cuando se escuchan o se leen intentos de oraciones carentes de verbos y cuyos significados tienen que ser forzados para entenderlos, como en los casos de gerundios mal empleados.

Todos los días se desvirtúa el idioma español en cada emisión de noticieros y reportajes en la televisión mundial y en los diarios. En ellos, los periodistas y los presentadores no escatiman esfuerzos por usar como quieran el gerundio, sobre todo, como sustituto del verbo. Son tan absurdos los trueques empleados para solventar los problemas de redacción que tienen cuando no aciertan  a expresar mejor lo que escriben.

Veamos el siguiente caso: “El Cuerpo de Bomberos de Panamá informó que atendió una emergencia tras una explosión en la cocina de un apartamento ubicado en el corregimiento de Pueblo Nuevo, dejando al menos dos personas heridas de consideración”.

El gerundio es de posterioridad, es decir, expresa una idea posterior a la del verbo, lo cual se repudia en lengua española, aunque hay muchos defensores de este uso.  La forma más sencilla de resolver esta idea es emplear una subordinación: …de Pueblo Nuevo, que dejó al menos a dos personas heridas de consideración.

El uso del gerundio como adjetivo es otra forma constante y recurrente de estos “escribidores”: “Para Murillo representa su segundo partido consecutivo jugando de estelar en la defensa del Marsella…” …representa su segundo partido que juega…

Los defensores del empleo del gerundio de posterioidad, sobre todo, han olvidado que la lengua es expresión y contenido y que una no puede darse sin la otra para que tenga sentido la producción lingüística. Supone, por ejemplo, que el gerundio debe entenderse como un elemento oracional sin ninguna función.

Sin embargo, desde hace siglos no se ha explicado sinctáctica ni semánticamente cuál es su función dentro de la estructura oracional.En los medios de comunicación escritos se leen y se escuchan todos los días incongruencias semántico-sintácticas que no pueden analizarse en la lengua española. Un ejemplo: “…andan depresivos porque la nueva coordinadora que les pusieron llegó ejerciendo una dictadura…” En este texto se emplea el gerundio fuera de contexto, pues no se puede usar en función de verbo: primero llega y después ejerce una dictadura.

“…una vivienda de la 2da etapa de Santa Librada se transformó en una escena de terror cuando hombres armados irrumpieron en el lugar, dejando como saldo (sic) un fallecido y tres personas gravemente heridas”. Irrumpieron en el lugar, y dejaron un fallecido y tres personas gravemente heridas.

“Tampoco es permitido interconectar un sistema de electricidad mejorando la calidad del servicio”. Aquí lo que se debe expresar es: …un sistema de electricidad para mejorar la calidad del servicio.

“Según la pesquisa, se determinó la relación de ambos exfuncionarios en este hecho, ubicándolos y poniéndolos a órdenes de las instancias judiciales de anticorrupción”.  A los funcionarios los ubicaron y pusieron a órdenes de las instancias judiciales.

“Un avión de la compañía rusa Azimuth Airlines, con políticos y periodistas prorrusos a bordo, aterrizó el viernes en Moscú, convirtiéndose así en el primer vuelo completo entre Rusia y Georgia …”. Se convirtió así en el primer vuelo…

A veces resulta infructuoso analizar el tema del gerundio porque, al parecer, a nadie le interesa pues piensan que es simplemente un verbo y lo emplean como tal. El mundo ha vuelto atrás en el empleo del gerundio: lo que antes se repudiaba, ahora es válido. El tema no tiene importancia en las universidades, ya que muchos de los que estudian Periodismo son los mayores detractores del buen empleo del gerundio.

Como decía Hohenberg, el olvido y la ignorancia adverbial del gerundio es la causa de que esta voz sea tan estropeada. El lenguaje sigue en deterioro como todo lo demás. Si no se busca la forma de unificar criterios, la sintaxis española será un desastre.

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