Actualmente se ha incrementado el empleo del gerundio de posterioridad, cuyos defensores señalan que esta construcción aparece documentada en muchos textos castellanos clásicos y que en el siglo XX (también en el XXI) ha suscitado una gran polémica y ha tenido tanto detractores como defensores.
“¿Qué vas a hacer saliendo?” Es una pregunta que solo tiene sentido para la interlocutora, que contestó: “Tú sabes”. La gente interpreta los usos extraños del gerundio español como si se tratara de un verbo más. No toman en cuenta que este aditamento es un modificador verbal, porque siempre ejerce una atracción semántica sobre el verbo principal de la oración, no importa qué lugar ocupe. Esta aseveración es fácil de comprobar con la pregunta ¿cómo?:
“Nuevos competidores y nuevas tecnologías están a punto de ingresar a Panamá, mejorando sustantivamente las opciones del consumidor”. ¿Cómo los nuevos competidores y nuevas tecnologías están a punto de ingresar a Panamá? Mejorando sustantivamente las opciones del consumidor. Esta acción es futura. Este aditamento solo debe modificar al verbo con acciones de anterioridad y simultaneidad, y nunca debe expresar acciones posteriores ni futuras.
En el ejemplo anterior no existe una relación semántica entre el gerundio mejorando, del verbo mejorar, que significa poner algo en un grado ventajoso con respecto al que antes tenía, y el verbo ingresar, que significa, entre otros, “entrar a formar parte de algo”. Ahora, ¿se puede ingresar algo mejorándolo a la vez o ingresarlo y esperar un tiempo para poder mejorarlo? La acción es posterior.
Este es otro caso en que se emplea correctamente el gerundio: “Juan irá a la casa corriendo”. Aquí podemos ver con claridad que el gerundio modifica como un adverbio al verbo de la oración: ¿Cómo irá Juan a la casa? Corriendo. Ir y corriendo, del verbo correr, son dos acciones que se realizan con simultaneidad, a la vez.
Actualmente se ha incrementado el empleo del gerundio de posterioridad, cuyos defensores señalan que esta construcción aparece documentada en muchos textos castellanos clásicos y que en el siglo XX (también en el XXI) ha suscitado una gran polémica y ha tenido tanto detractores como defensores.
“Maciej Berbeka realiza la primera ascensión invernal del Broad Peak en 1988, escapando de la muerte por centímetros”. Este es otro ejemplo de una reseña de un filme de Netflix, llamado Broad Peak, filmado en 2022, y que muchos habrán leído. ¿Cómo realiza la primera ascensión el personaje? Escapando por centímetros de la muerte. Los dueños del español debemos quejarnos de todos los medios y empresas, nacionales y extranjeros, que maltratan el idioma para evitar que sigan cometiendo esos desmanes. Imagínense, si asciende la montaña escapando por centímetros de la muerte, ¿cuál era el propósito de la aventura?
En español también puede emplearse la estructura profunda de la oración para comprobar el uso adecuado del gerundio en una oración: -…realiza la primera ascensión invernal del Broad Peak en 1988. -(estaba) escapando de la muerte por centímetros.
¿Qué relación tiene el gerundio con el verbo ascenso? Ninguna. Debió redactarse en otra forma: “…cuando realizaba la primera ascensión invernal del Broad Peak, en el camino sufrió un accidente, pero escapó de la muerte por centímetros”. Quizás esta podría ser una redacción más puntual.
Se entiende que el buen empleo del gerundio tenga sus defensores porque quienes avalan el gerundio de posterioridad y otros usos descabellados no hacen el más mínimo esfuerzo por analizar las estructuras semánticas y sintácticas. Realmente, resulta inconcebible que los que defienden esos usos apocalípticos del gerundio aboguen por que se atiborren los escritos españoles de este adefesio lingüístico, tal como sucede diariamente en los medios de comunicación, en general, y en la literatura.
El idioma español cuenta con todos los recursos estilísticos necesarios para evitar caer en estos desatinos. Pretender que el gerundio pueda desempeñar las funciones de adjetivo y verbo, y desconocer su origen adverbial es seguir confundiendo más a los hablantes con sus teorías extrañas que no tienen sustentación gramatical.
Así, señalan que la posterioridad inmediata es una construcción aceptable en español, pero no lo es: “Colisionó un coche, resultando herida su conductora”. Cómo colisionó un coche: Resultando herida la conductora. Un coche puede colisionar sin causarle daño alguno al conductor o a otra persona. “Después del ataque, los ocupantes del vehículo huyeron de la escena, dejando a la mujer herida”. ¿Cómo huyeron de la escena? Dejando a la mujer herida. Bueno, la dejaron herida allí. “El hombre de 48 años fue encontrado la mañana de ayer en el corregimiento de El Coco, distrito de La Chorrera, siendo notificado de la orden en su contra y trasladado para los trámites correspondientes. ¿Cómo fue encontrado el hombre? Siendo notificado de la orden de su traslado. Mejor: Y fue notificado…
A esto le llaman posterioridad inmediata, que según la teoría, es una relación causa-efecto en las construcciones de gerundio: “Los ministros se hallan reunidos, creyéndose en los cículos políticos que ya no volverán a reunirse hasta la semana proxima. ¿Cómo se hallan reunidos los ministros? Creyéndose que ya no volverán a reunirse… ¿Es así como se realiza una reunión? ¿Es esto semánticamente correcto? Encendió una cerilla, quemándose el bosque. ¡Qué imaginación tiene el autor de este ejemplo!: Se puede encender una cerilla sin que nada ocurra. Si encendió la cerilla y la tiró en la hierba del bosque, puede causar un incendio.
El gerundio no puede establecer una relación causa-efecto ni interpretarse según criterios esotéricos de gramáticos prestigiosos, sino analizando sus verdaderas funciones dentro de la estructura semántico-sintáctica. No debe emplearse otro criterio que no sea del significado de la oración y su estructura. Lo demás no vale”.