La guerra contra Hamas no tiene visos de detenerse pese a la creciente presión de Washington y las capitales europeas
El régimen de Benjamín Netanyahu rechazó “de plano” las condiciones impuestas de las milicias de Hamás para liberar a los rehenes, que incluyen el fin de las hostilidades y la retirada total de las tropas israelíes de la Franja, informó la agencia EFE.
“Rechazo de plano las condiciones de rendición de los monstruos de Hamás”, afirmó en respuesta a las informaciones sobre una nueva propuesta de acuerdo mediada por Qatar y Egipto.
Según Netanyahu, a cambio de la liberación de todos los rehenes, Hamás exige el fin de la invasión, la retirada de Israel de Gaza y la liberación de todos los presos palestinos. “Si aceptamos esto, nuestros guerreros cayeron en vano y no podremos garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos”, aseveró.
En 108 días de invasión a Gaza, Israel a matado a más de 25,000 palestinos y herido a casi 63,000. Tel Aviv cree que la organización terrorista ha construido más de 700 kilómetros de túneles con unas 5.700 entradas. Fuentes de la Inteligencia estadounidense estiman que Israel ha eliminado ya entre el 20% y el 30% de los combatientes de Hamás.
En la frontera norte prosigue la guerra entre las milicias libanesas de Hezbolá y el ejército de IPero, después de más de tres meses de lucha, algo parece haber vuelto ligeramente a la vida en el Líbano: la popularidad de Hezbulá, informó el diario catalán El Periódico.
En una encuesta reciente del Washington Institute se ha registrado “un aumento en la aprobación de Hezbulá en todos los ámbitos” respecto a la última encuesta de noviembre del 2020. Alrededor del 34% de los suníes y el 29% de los cristianos expresan una opinión positiva del partido político libanés, pero su mayor apoyo sigue viniendo de la comunidad chiita.
El 93% de ellos comparte una opinión positiva sobre Hezbulá y el 89% una opinión “muy positiva”. “Definitivamente el sentimiento en el país, especialmente del lado pro-Hezbulá y de la gente que vive en el sur, es que Hezbulá es la entidad que puede protegerlos contra los ataques israelíes”, afirma Laury Haytayan, experta libanesa en petróleo y gas en Oriente Medio y el norte de África.
“Lo que Hezbulá está haciendo con Israel está muy calculado”, aclara Haytayan a El Periódico. Después de tres meses de constantes amenazas por una posible escalada, la milicia libanesa ha expuesto su estrategia.
“Hezbulá no va a caer en la trampa de realizar algunos actos desmedidos que podrían darle a Israel la oportunidad de ingresar a territorios libaneses y crear ese amortiguador que Israel quiere hoy”, añade. Además, los discursos de su líder, Hasán Nasrala, muestran su falta de intención de unirse a una guerra a gran escala.
Más allá del aumento en los apoyos a nivel nacional, la estrategia que está aplicando Hezbulá también puede reforzar su rol en la región. “Hezbulá sigue las reglas y no se lanza a la aventura en estos enfrentamientos porque, al mismo tiempo, está viendo los beneficios de ello con los estadounidenses” de quienes busca obtener “mayor legitimidad” para ser “más aceptados como quienes verdaderamente controlan el país” y que “no les desafíen como antes”, opinó Haytayan.