El expresidente busca que el juicio de Washington no se inicie antes de la cita de los estadunidenses con las urnas el 5 de noviembre
La lucha de Donald Trump por evitar ser juzgado antes de las elecciones presidenciales de noviembre por sus intentos de revertir los resultados legítimos de las elecciones de 2020 que perdió frente a Joe Biden parece desde este jueves más encaminada a un triunfo, quizá parcial pero vital para el republicano, informó el diario español La Razón.
La Corte Suprema de Justicia (CSJ) ha escuchado argumentos en una vista centrada en las alegaciones de inmunidad absoluta que Trump se arroga en acciones que tomó mientras ocupaba la presidencia, parte de su estrategia para defenderse en la imputación en Washington del caso federal conocido como el del asalto al Capitolio.
Esa es una de la cuatro causas penales que enfrenta el también aspirante republicano presidencial, que enfrenta un total de 88 cargos y actualmente juzgado en el caso de Nueva York por los 34 derivados de la falsificación de documentos para ocultar los pagos a Stormy Daniels y, según la fiscalía neoyorquina, interferir en las elecciones del 2016.
A lo largo de una sesión que se ha prolongado más de dos horas y 40 minutos, y a través de sus preguntas al representante del gobierno y de la defensa, la mayoría de los jueces en el Alto Tribunal ha mostrado escepticismo sobre la idea de que el poder presidencial llegue a esa inmunidad total, algo que han rechazado ya tribunales inferiores.
También, y no obstante, la gran parte de los magistrados de la mayoría conservadora instalada precisamente desde la presidencia de Trump han apuntado a la idea de que es importante determinar cuáles de las acciones en el intento de pucherazo fueron actos “oficiales” y cuáles eran actos “privados”, no vinculados a su cargo.
Podrían tomar ellos esa determinación o, más probable, enviar el caso de vuelta a tribunales inferiores. Y eso amenaza con retrasar el proceso.
Incluso si los jueces anunciaran una decisión rápidamente y no esperaran a finales de junio y principios de julio, cuando se esperan sus sentencias y opiniones de este curso judicial, podría abrirse un engorroso camino en esos tribunales inferiores. Y eso aleja la posibilidad de que el juicio de Washington esté resuelto, o ni siquiera iniciado, antes de la cita de los estadunidenses con las urnas el 5 de noviembre.
La jueza que preside el caso, Tanya Chutkan, ha calculado que una vez reactivado el proceso, congelado mientras decide la CSJ, dará tres meses para preparar un juicio que se calcula que una vez arranque puede durar entre dos y tres meses.
Posponer es, indudablemente, una de las metas de Trump. Es la estrategia que ha usado repetidamente y durante décadas en sus numerosos problemas legales pero en este caso tendría una importancia y unas repercusiones enormes.
Si Trump gana los comicios, donde vuelve a medirse con Biden, se da por seguro que tomaría el paso extraordinario de instar al Departamento de Justicia a retirar los cargos por cuatro delitos con que le ha imputado el fiscal especial Jack Smith.