La Reserva Federal asegura que la economía estadounidense se enfrenta a una época de inflación al alza y crecimiento a la baja por las medidas proteccionistas
Dos días después de anunciar las mayores barreras comerciales en un siglo, un paquete masivo de aranceles que afectan incluso a un puñado de islas deshabitadas del Ártico, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, vuelve a cambiar de parecer, informó el diario El Periódico.
El republicano ha dicho este viernes que está abierto a negociar los gravámenes, una postura que choca con los mensajes reiterados estos días por sus asesores, la propia Casa Blanca y él mismo.
“Los aranceles nos dan un gran poder para negociar”, dijo a bordo del Air Force One. “Si alguien nos ofrece algo fenomenal, siempre que nos den algo, eso es bueno”, añadió Trump tras quitarle hierro a la virulenta reacción de los mercados.

Las bolsas de todo el mundo continúan en caída libre por segundo día consecutivo, espoleadas por las dimensiones del giro proteccionista y los temores crecientes a una recesión global.
De acuerdo con el banco de inversión J.P. Morgan, las probabilidades de que se produzca antes de finales de año han aumentado hasta el 60%. Y ni siquiera el buen dato del empleo en Estados Unidos, que añadió en marzo 228,000 contrataciones, ha servido para dar un respiro a los mercados.
Los estadunidenses sufrieron el jueves su mayor desplome desde mediados del 2020, el año de la pandemia del Covid-19, una tendencia que ha continuado durante la apertura de este viernes.
Trump parece estar disfrutando del pavor generalizado que han generado sus aranceles, impuestos desde el jueves a 185 países.

Durante su comparecencia en el Air Force One, subrayó que no hay país que no haya tratado de ponerse en contacto con la Casa Blanca para renegociarlos.
La andanada, en cualquier caso, está lejos de haber terminado. Trump subrayó que pronto impondrá nuevos impuestos adueaneros a los chips y a los productos farmacéuticos, un sector con una importante presencia de empresas españolas.
Tradicionalmente el neoyorkino ha utilizado los aranceles como herramienta para negociar y extraer concesiones de los países afectados. Pero esta vez, la Casa Blanca insiste en que “serán permanentes”.
El miedo a una nueva crisis es generalizado. La Reserva Federal ha dicho este viernes que a la economía estadunidense le espera una época de inflación al alza y crecimiento a la baja. “Aunque persiste la incertidumbre, cada vez está más claro que el incremento en los aranceles ha sido significativamente mayor de lo esperado”, ha reconocido su presidente, Jerome Powell.