El retiro de empresas estadunidenses, europeas y de India del mercado de Venezuela, China ocupará el espacio operativo en el campo petrolero
Tras las decisiones de Donald Trump de revocar la licencia de la petrolera estadunidense Chevron, a la que dio plazo para salir de Venezuela antes del 27 de mayo, y la aplicación de “aranceles secundarios” de 25% a países que compren crudo venezolano, la preocupación se ha elevado, informó el diario El Nacional.
Expertos y analistas consideran que volver a la política de máxima presión sobre el régimen -como ya lo hizo Trump durante su primer mandato- no tendrá efecto de peso sobre la dictadura de Nicolás Maduro que lleve a un cambio democrático.
Por el contrario, lo que sí puede producir es una exacerbación de la crisis económica que provoque peligrosas consecuencias para los venezolanos y la región.

“Las acciones en contra de Venezuela lucen como un inmenso vacío estratégico de parte de Estados Unidos”, señala Leopoldo Martínez Nucete, exconsejero del Departamento de Comercio en el gobierno de Joe Biden, quien describió la actual relación Caracas -Washington como “un tema complejo”.
¿Cómo entender los anuncios de Trump sobre Venezuela y hacia dónde cree que avanza la relación petrolera?
Todo ocurre en lo que luce como un inmenso vacío estratégico por parte de la administración Trump con relación a cómo abordar la situación venezolana. Lo más probable es que 60 días no sean suficientes para que Chevron pueda liquidar sus operaciones en Venezuela, no solo por los compromisos con suministros y trabajadores, sino también por el hecho de que el gobierno de Venezuela le debe a Chevron una cantidad importante de dinero que se venía saldando.
¿Cómo se estaban gestionando los ingresos aportados por Chevron a Venezuela?
Fuera de las regalías que pagaba el consorcio al Estado venezolano, el gobierno de Maduro no estaba tocando realmente el beneficio de esta operación petrolera porque Chevron se cobraba la deuda.
¿Cómo se puede aplicar el arancel a empresas de otros países que decidan operar en Venezuela?
Si se quedan, los países distintos a Estados Unidos correrían el riesgo de enfrentar ese arancel secundario sancionatorio incluso si es petróleo que sus propias empresas están produciendo o si embarcan el petróleo que están produciendo en Venezuela. Por ejemplo, Repsol, que es una empresa española y opera en Venezuela, se vería afectada, lo cual resulta absolutamente contradictorio sobre las normas de comercio internacional.

¿Qué pasará si retiran todas las licencias?
Lo mismo que pasó antes de que hubiera licencia: un mercado negro del petróleo venezolano en donde era negociado, transportado y tranzado a precios de descuento, lo cual afectaba el ingreso de Venezuela. Si se mantienen las sanciones de Estados Unidos, el petróleo venezolano volverá principalmente a China, que era el gran operador y beneficiario de ese mercado a descuento. En esa época, el petróleo venezolano se estaba negociando en esos mercados con un descuento de hasta 40 dólares por barril. Es decir que China estaba recibiendo un subsidio petrolero por parte de ese mercado negro.
¿Cuál es el peso del tema político en esas decisiones?
Si todo esto conlleva, bajo la idea de la presión en el orden político, el retiro de estas empresas estadounidenses y europeas y que la propia India se retire del mercado que tiene con Venezuela, quien va a ocupar el espacio operativo en el campo petrolero seguramente será China National Petroleum Corporation, o una combinación de actores que no son necesariamente aliados y que, por el contrario, son más bien adversos al interés de la seguridad de Estados Unidos.
Tampoco son empresas vinculadas a países donde el tema de la democracia sea prioritario.
Un riesgo de corrupción…
Absolutamente. Estas operaciones petroleras pueden terminar en una suerte de consorcio entre la corrupción del régimen chavista y actores adversos al interés nacional de seguridad de Estados Unidos y del mundo occidental, lo cual va a profundizar la corrupción que existió durante los tiempos previos a las licencias, que fue una corrupción escandalosa donde se habla de más de $20,000 millones que fueron sustraídos de Petróleos de Venezuela (Pdvsa).

¿Qué cree que se puede esperar de la administración Trump?
Por un lado, tienes a la Casa Blanca impulsando con el enviado especial Richard Grenell vuelos de deportación a Venezuela manteniendo las licencias petroleras, pero, por el otro, tienes un anclaje en el Congreso, en donde votos como los congresistas Carlos Jiménez, María Elvira Salazar y Mario Diaz-Balart presionan para que el secretario de Estado Marco Rubio yuxtaponga la iniciativa Grenell con una presión sobre el régimen.
¿Se podría decir que Venezuela es un enemigo útil para Donald Trump?
Ciertamente, la comunidad venezolana le está sirviendo de excusa y pretexto a Donald Trump y a Stephen Miller (subjefe de Gabinete de la Casa Blanca) para su política de deportaciones masivas que va a desembocar en algo profundamente injusto si no hay correcciones por la vía judicial. Es cumplir una promesa electoral, mostrar grandes cifras y repetir 100 veces que mandaron a los delincuentes a El Salvador.