El presidente galo viaja a Egipto para impulsar la vía diplomática en la región
Constatado el fracaso de la tregua, en pleno recrudecimiento de la ofensiva israelí y ante la falta de liderazgo europeo e internacional, el presidente francés Emmanuel Macron parece decidido a asumir en solitario la iniciativa diplomática en favor de un alto el fuego y un acuerdo político respaldado por los países árabes para el futuro de Gaza, informaron medios de prensa internacional.
Al reunir ayer al presidente egipcio y al rey de Jordania en El Cairo, el mandatario francés reivindicó el papel de su país en la búsqueda de una paz duradera en Medio Oriente.
Tras el baño de masas de la víspera en las calles del mítico bazar cairota de Jan el Jalil y recibido con alfombra roja en el palacio presidencial de Al Ittihadiya, Macron respaldó en presencia primero del jefe del Estado egipcio, Abdelfatá al Sisi, y después también junto al rey Abdalá II de Jordania durante la cumbre tripartita propiamente dicha, el plan aprobado el pasado 4 de marzo por la Liga Árabe para la reconstrucción de Gaza.

La cita en El Cairo sirvió también de ensayo preliminar para la cumbre de Naciones Unidas sobre Palestina prevista para los días 2, 3 y 4 de junio en Nueva York.
Además, el mandatario galo manifestó de manera explícita su rechazo a la propuesta de Donald Trump de expulsar la Franja de población palestina como condición necesaria para la reconstrucción del territorio, convertido en un erial desde el inicio de la operación militar israelí contra Hamás del que hoy se cumple un año y medio y cuyo saldo mortal supera las 50,000 personas según datos de las autoridades sanitarias locales.
No habrá tregua definitiva en Gaza sin el concurso ni la mediación de los países de la región, como tampoco una solución política duradera como la defendida por la Liga Árabe sin un acuerdo con el régimen de Benjamin Netanyahu, que ha dejado claro que no contempla otra posibilidad que el exterminio de la población palestina.
A pesar del empeño de Trump, Arabia Saudita, que, junto a Turquía, emerge en el nuevo Oriente Medio como la gran potencia regional, ha dejado claro que no normalizará relaciones con Israel sin que vea la luz un Estado palestino soberano. Una posibilidad que se antoja más que lejana en el actual escenario regional.