Rusia lanzó nuevos bombardeos a gran escala contra Kiev y otras regiones del país, que dejaron un saldo de al menos tres muertos y 49 heridos
Las esperanzas de alcanzar un alto el fuego entre Rusia y Ucrania se han vuelto a disipar tras el último intercambio de ataques entre ambos países. El domingo, las fuerzas de Kiev lograron asestar un duro golpe a la aviación rusa duro golpe a la aviación rusa en el marco de la denominada Operación Telaraña, en la que más de 100 drones atacaron bases aéreas dentro del territorio ruso, dañando decenas de bombarderos con capacidad nuclear, informó el diario español La Razón.
El ataque, del que según han confirmado fuentes de la Casa Blanca no estaba al tanto Trump, ya ha sido respondido por el Kremlin. Durante la madrugada del viernes, Rusia lanzó nuevos bombardeos a gran escala contra Kiev y otras regiones del país, que dejaron un saldo de al menos tres muertos y 49 heridos, según informó el presidente Volodímir Zelenski.

En ese contexto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que hasta ahora ha desempeñado un papel clave en los esfuerzos de mediación entre ambas partes, se pronunció nuevamente sobre la falta de consenso para alcanzar una tregua y sobre el agravamiento de los ataques.
El republicano declaró desde el Despacho Oval: “A veces ves dos niños pequeños peleando como locos se odian, están peleando en un parque, y uno intenta separarlos. No quieren que los separen. A veces es mejor dejarlos pelear un rato y luego separarlos”.
En esa línea, Trump, que se encontraba acompañado del presidente alemán Friedrich Merz, con quien celebró un encuentro, amplió la analogía y comparó su rol en la guerra de Ucrania con el de un árbitro deportivo: “Se ve en el hockey. Se ve en los deportes. Los árbitros los dejan ir un rato antes de desarmarlos”.

Una comparación que, según afirma el propio presidente, habría trasladado directamente a Putin durante la llamada telefónica de 75 minutos que mantuvieron el miércoles.
Precisamente sobre estas declaraciones fue preguntado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien reiteró que el conflicto constituye una cuestión existencial para Rusia, y no una pelea infantil.
En concreto, Peskov replicó que “el presidente estadounidense puede tener su propia opinión sobre lo que está sucediendo, pero para nosotros es una cuestión existencial: Se trata de nuestros intereses nacionales, de nuestra seguridad y del futuro de mimos y de nuestros hijos, del futuro de nuestro país”.
En ese sentido, mantuvo un tono comedido al referirse a la administración estadounidense, a la que agradeció sus intentos de mediación.
No es la primera vez que el Kremlin expresa su malestar ante los a menudo polémicos comentarios de Trump. Hace tan solo unas semanas, el portavoz del gobierno ruso afirmó que el presidente estadounidense mostraba signos de “sobrecarga emocional”, después de que este asegurara en su red social que Vladimir Putin estaba “absolutamente loco”, tras perpetrar el mayor ataque aéreo de Moscú contra Ucrania.