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La cocina como un lugar para poner foco en las emociones de los niños

La cocina como un lugar para poner foco en las emociones de los niños
Fotografía de la cocinera uruguaya Ximena Torres posando mientras sostiene su libro durante una entrevista con EFE en Montevideo (Uruguay). EFE/Sofía Torres

Se convierte en un espacio de juego, cultura, independencia y autoestima

La cocina no solo alimenta el cuerpo, también puede nutrir el alma. Bajo esta premisa, la chef uruguaya Ximena Torres y la psicopedagoga Candela Velazco unieron talentos para crear “La emoción en la cocina”, un libro que propone a los niños explorar sus emociones mientras aprenden a cocinar, informó la agencia EFE.

Este libro también ha sido nominado a los prestigiosos Gourmand Cookbooks Awards 2025, en la categoría de Salud Mental, a celebrarse en Portugal.

El libro, editado por Editorial Aguaclara, propone una experiencia multisensorial y emocional, vinculando emociones, colores y recetas.

Cada color —blanco, amarillo, anaranjado, rojo, violeta, azul, verde y negro— representa una emoción específica, como alegría, miedo, amor o tristeza, y se asocia a su vez con preparaciones culinarias como huevos escoceses, arroz Chow Fan, frutillas con chocolate o hamburguesas de lentejas.

“El objetivo es que los niños aprendan no solo a cocinar, sino también a conocerse mejor a sí mismos”, explica Velazco.

Queremos que puedan reconocer y transitar sus emociones de forma saludable. El aprendizaje también parte del sentirse bien, cómodo, disponible emocionalmente”, agregó.

El libro también ofrece a los adultos una herramienta para comprender el mundo emocional de los niños, identificar sus estados de ánimo y fomentar conversaciones familiares significativas.

Según Torres, la cocina se convierte en un espacio de juego, cultura, independencia y autoestima. “No se trata solo de cocinarle al niño, sino de invitar a toda la familia a participar en la cocina, validando emociones y creando vínculos afectivos”, resalta la chef.

El enfoque inclusivo del libro permite que también pueda ser disfrutado por adolescentes, adultos y adultos mayores, haciendo de la cocina un espacio intergeneracional para el desarrollo personal y emocional.

Ambas autoras destacan que ver a la cocina como un entorno que puede fomentar la salud mental representa un cambio positivo en la forma de criar y convivir. “Las emociones también se cocinan”, coinciden.

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