También ha permitido a estas empresas expandirse, ofrecer transacciones más seguras
En el más reciente informe regional Mastercard presentó el estudio “Pymes: El panorama de adopción de pagos digitales en América Latina y el Caribe”, que confirma que los pagos digitales se han convertido en una necesidad crítica y estratégica para millones de pequeñas y medianas empresas en la región.
El informe, basado en una encuesta a más de 2,100 pequeñas y medianas empresas (Pymes) en 14 países, revela que el 70% de las empresas que ya aceptan pagos digitales aseguran que no podrían operar sin ellos, y un 89% afirma que estas soluciones les han permitido ahorrar tiempo y dinero.
La digitalización no solo ha optimizado sus operaciones, sino que también ha permitido a estas empresas expandirse, ofrecer transacciones más seguras y adaptarse a una economía digital en constante evolución.
“Las Pymes son la columna vertebral de nuestra economía, y su futuro depende de qué tan rápido y efectivamente se digitalicen”, afirmó Soledad Rovira, Country Manager de Mastercard para Panamá y Belice.

Agregó que apoyar a las Pymes es parte esencial de su estrategia global para fomentar una economía más inclusiva y equitativa.
Según Rovira, la compañía no solo facilita pagos, sino que impulsa un ecosistema digital que permite a los emprendedores crecer, innovar y fortalecer a sus comunidades.
Hasta la fecha, Mastercard ha conectado a más de 50 millones de micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) al ecosistema digital a nivel global, y reafirma que este esfuerzo es solo el comienzo.
Sostiene su promesa a través de soluciones tecnológicas seguras, escalables y sin fricciones, así como servicios integrales de protección de datos y construcción de confianza, que se han vuelto esenciales para operar en la era digital.
“Con alcance global, tecnología confiable y alianzas sólidas, hacemos que sea fácil para cada pyme aceptar pagos digitales y crecer”, añadió Rovira.
El estudio también destaca la importancia de construir infraestructuras inclusivas, especialmente en áreas rurales y comunidades subatendidas, donde las herramientas digitales pueden significar el salto de la informalidad a la sostenibilidad empresarial.