Teherán sigue sin admitir pérdidas sustanciales contradiciendo así a Estados Unidos e Israel
Como era previsible y después de haber hecho gala del irredentismo verbal habitual, el régimen iraní se repliega y ‘bunkeriza’ después de los 12 días de escalada iniciada por las fuerzas israelíes el pasado 13 de junio, informó el diario La Razón.
La inesperada ofensiva del régimen de Netanyahu en plenas negociaciones entre la administración Trump y el régimen de los ayatolás para un acuerdo nuclear ha supuesto la eliminación de la élite militar y científica del régimen -cayó toda la cúpula de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria- y graves daños en las instalaciones militares y nucleares de la República Islámica.
Teherán no admite pérdidas sustanciales y se jacta de haber prevalecido frente a Israel y Estados Unidos, así lo hizo el ayatolá Alí Jamenei, y además amenaza con golpear con dureza en el futuro a sus archienemigos de volver a ser agredido.
Con todo, el régimen ha sobrevivido y los especialistas no comparten el optimismo de Donald Trump, quien asegura que el programa nuclear iraní ha sido “destruido”, y creen que la realidad dista mucho de lo que expresa en público el presidente de Estados Unidos.
Una información del Financial Times apuntaba a que los depósitos de uranio del régimen permanecían “prácticamente intactos”.
Entre las primeras medidas adoptadas por las autoridades iraníes tras el anuncio este martes de la tregua, el Parlamento iraní dijo a través de su presidente, Mohamed Qalibaf, la promulgación de una ley que suspende la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) después de que haya sido respaldada por el Consejo de Guardianes, un día después de que la Asamblea Legislativa aprobara el proyecto de ley.
El líder del Parlamento acusaba además al OIEA de “preparar el terreno para la guerra y la agresión” y de “actuar como protector de los intereses inhumanos y como sirviente del ilegítimo régimen sionista” antes de destacar que la cooperación no se retomará “hasta que se garantice la seguridad de las instalaciones nucleares” tras los ataques de Israel y Estados Unidos.
La decisión del Parlamento iraní coincidía con las declaraciones del director general del OIEA, Rafael Grossi, quien asegura que dar por “destruido” el programa nuclear iraní como ha hecho públicamente Trump, es “demasiado” en estos momentos.
Con todo, Grossi afirmó que las instalaciones claves del régimen han sufrido “enormes daños”.
En el caso de las instalaciones de Fordo, las centrifugadoras para enriquecer uranio ya no estarían “operativas”, según el director general del OIEA, quien revelaba que no ha recibido todavía respuesta por parte de Teherán a su petición de enviar inspectores a las instalaciones atacadas.
Con un criterio más prudente que Trump, el director general del OIEA consideró, en conclusión, que es “mucho más difícil” que Teherán pueda “seguir con el ritmo” que tenía antes de la ofensiva israelí-estadunidense, y que le había permitido acumular más de 400 kilos de uranio altamente enriquecido.