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El rearme y la “sumisión” a Merz pasan factura a la socialdemocracia alemana

El rearme y la “sumisión” a Merz pasan factura a la socialdemocracia alemana
El canciller alemán, Friedrich Merz (centro), visita el Comando Operacional de la Bundeswehr en Henning von Tresckow Kaserne con motivo del "Día de la Bundeswehr", un evento anual en el que las Fuerzas Armadas Alemanas celebran jornadas de puertas abiertas en Schwielowsee, Alemania. EFE/EPA/NADJA WOHLLEBEN / POOL

Alemania y Europa no necesitan “un rearme incontrolado”, sino una “reactivación de la vía diplomática para asegurar la paz”, plantean

“Somos demasiado aburridos”, clamó el exministro del Trabajo, Hubertus Heil, ante el congreso federal del Partido Socialdemócrata alemán (SPD), marcado por la frustración tras su hundimiento en las últimas elecciones generales y su condición de ‘socio’ menor del canciller conservador Friedrich Merz, informó el medio español El Periódico.

“Pero la respuesta no puede ser girar hacia el lado equivocado”, añadió, en alusión al Manifiesto de su ala izquierdista, que pide el fin de la confrontación con Rusia.

Alemania y Europa no necesitan “un rearme incontrolado”, sino una “reactivación de la vía diplomática para asegurar la paz”, sostuvo el histórico del izquierdismo en el SPD, Ralf Stegner. Su ‘Manifiesto’, difundido hace dos semanas, ha levantado ampollas en el partido y contradice la línea del ministro de Defensa, Boris Pistorius, único socialdemócrata miembro del anterior gobierno de Olaf Scholz presente también en el de Merz.

Vladímir Putin es “un invasor imperialista”, que “no quiere negociar”, respondió Pistorius a Stegner. Para el titular de Defensa, el Manifiesto es el reflejo de una postura “nostálgica” y una “pérdida de tiempo” frente a las necesidades de un rearme que, dice, no puede demorarse.

Ralf Stegner, del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), habla durante el Congreso del SPD en el City Cube de Berlín, Alemania. EFE/EPA/FILIP SINGER

La posición de los contrarios al rearme es aparentemente minoritaria en el SPD. Pero lo cierto es que el congreso socialdemócrata pasó factura al copresidente del partido, actual ministro de Finanzas y vicecanciller, Lars Klingbeil.

Fue reelegido con un 65% de los votos, un porcentaje que evidencia el malestar ante un líder al que se identifica con el hundimiento electoral sufrido los comicios del pasado 23 de febrero: Un 16,4% obtuvo el SPD, que quedó en tercera posición, por detrás de la ultraderechista Alternativa para Alemania (SPD).
Klingbeil es el artífice del plan presupuestario que duplicará hasta el 2029 la partida de defensa.

El pobre resultado de Klingbeil contrasta con el 95% de la nueva copresidenta del partido, Bärbel Bas, expresidenta del Parlamento y ahora ministra de Trabajo. Bas sucede en la fórmula de dirección bicéfala a la izquierdista Saskia Esken, quien deja su puesto tras el vapuleo público al que fue sometida durante la negociación de la alianza con Merz no solo por los conservadores, sino desde las propias filas socialdemócratas.

Bas lanzó una arenga en su discurso contra la “basura sexista” sufrida por su correligionaria desde el mismo SPD. Recordó que algo parecido le ocurrió a Andrea Nahles en los dos años en que presidió el partido, entre 2017 y 2019. Y se comprometió a luchar por la paridad de género en la política alemana, que lejos de avanzar está en retroceso, un 32,4 % de los escaños parlamentarios están ocupados por mujeres, una caída del 2,3% respecto a la anterior legislatura.

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