Concluye que el masivo flujo de migrantes ha causado una ruptura abrupta en la escolaridad de niños y jóvenes
Una investigación realizada por la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) advierte sobre los profundos efectos sociales, económicos y ambientales que ha generado la migración pasajera extrarregional que atraviesa el Tapón del Darién, especialmente en las comunidades indígenas y rurales de la zona, de acuerdo a un informe del diario Panamá América.
El estudio concluye que el masivo flujo de migrantes ha causado una ruptura abrupta en la escolaridad de niños y jóvenes, quienes se han visto involucrados en actividades productivas para abastecer la creciente demanda de bienes y servicios generada por el tránsito migratorio.
El fenómeno también ha provocado el abandono de las actividades agropecuarias de subsistencia, lo que ha derivado en escasez y encarecimiento de productos agrícolas en varias comunidades receptoras del Darién.

“Este auge económico, aunque trajo ingresos inmediatos, ha desbalanceado el tejido productivo local”, señaló Noris Martínez, investigadora del Centro de Investigación e Innovación Eléctrica, Mecánica y de la Industria (CINEMI) de la UTP.
Uno de los hallazgos más destacados del estudio es que comunidades indígenas de la Comarca Emberá Wounaan encontraron nuevas oportunidades de ingresos al ofrecer servicios y productos a los migrantes.
El informe detalla que la violencia aparece tanto como causa como consecuencia del fenómeno migratorio, y subraya la urgencia de políticas públicas eficaces e institucionales que respondan a esta realidad compleja.
Entre los efectos señalados figuran: Ruptura de la escolaridad infantil, riesgos sanitarios crecientes Inestabilidad política local, deterioro ambiental en zonas protegidas y metodología rigurosa y visión integral.
Como parte del estudio, el equipo investigador identificó y georreferenció las rutas migratorias y las comunidades afectadas, además de desarrollar herramientas para recoger datos cuantitativos y cualitativos.
El estudio también incluyó la elaboración de encuestas a migrantes, lo que permitió perfilar a quienes cruzan la peligrosa selva del Darién. La mayoría proviene de Venezuela, Haití, Ecuador, Cuba, China y Colombia, y son impulsados principalmente por inestabilidad política y altos niveles de violencia en sus países de origen.