El agua subterránea llega a la superficie a través de pozos profundos destinados al consumo humano o la irrigación y abastece cerca de un tercio de las necesidades humanas, incluyendo agua potable destinada a miles de millones de personas
La actividad humana representa una amenaza para la pureza de las reservas de agua conservadas en el subsuelo durante milenios y que se pensaba eran ajenas a la contaminación, reveló un estudio.
Aunque se encuentre a más de 250 metros de de la superficie terrestre, la denominada agua “fósil” subterránea –porque tiene más de 12.000 años de antigüedad– presenta rastros de agua de lluvia actual, precisa el estudio publicado este martes.
Ello sugiere que los pozos profundos, que se suponía eran capaces de llevar agua antigua a la superficie, “son vulnerables a los contaminantes derivados de actividades modernas” en la superficie, agrega el coautor del estudio, Scott Jasechko, de la Universidad de Calgary.
Se trata de agua de lluvia o procedente del deshielo que se filtra a través de las capas rocosas superiores de la Tierra para acumularse en acuíferos subterráneos, un proceso que puede llevar miles o incluso millones de años y que fue formando las reservas más grandes de agua dulce no congelada presente en los continentes.