Teniendo en cuenta la enfermedad del presidente, la CPD, la comisión independiente encargada de organizar estos debates, decidió el jueves por la mañana que los dos candidatos participarían “desde ubicaciones remotas separadas”.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pide dos debates presenciales con Joe Biden, su rival en las elecciones del 3 de noviembre: uno el 22 y otro el 29 de octubre, dijo el jueves el jefe de la campaña de reelección del mandatario.
“Los estadounidenses merecen escuchar directamente a los dos candidatos presidenciales en estas fechas”, escribió Bill Stepien en un comunicado.
Trump, infectado de covid-19, se negó más temprano a participar virtualmente en el debate programado para el 15 de octubre.
Teniendo en cuenta la enfermedad del presidente, la CPD, la comisión independiente encargada de organizar estos debates, decidió el jueves por la mañana que los dos candidatos participarían “desde ubicaciones remotas separadas” en el encuentro programado para la próxima semana.
“Como dijo el presidente Trump, un debate virtual es impensable y claramente sería un regalo para Biden, quien podría confiar en su teleprompter desde su búnker en el sótano” de su casa, dijo Stepien, quien también dio positivo al covid-19.
Para él, la solución es mantener el debate programado para el 22 de octubre y posponer el del 15 para fin de mes.
“El comportamiento errático del presidente no lo autoriza a cambiar un calendario” aceptado por los dos equipos de campaña en junio, respondió la directora de campaña de Biden, Kate Bedingfield, en un comunicado.
“Estamos listos para participar en el debate final el 22 de octubre, que ya es la fecha más cercana a una elección en 40 años”, agregó. “Trump puede asistir o negarse, es su elección”.
El presidente y sus seguidores acusan habitualmente a Biden, de 77 años, de tomar la pandemia como excusa para llevar a cabo una campaña mínima con el fin, según ellos, de no debilitarlo.
El exvicepresidente de Barack Obama, que lidera desde hace meses las encuestas, replica que, a diferencia de Trump, su conducta es de responsabilidad ante una pandemia que ha matado a más de 210.000 estadounidenses y ha infectado a decenas en el seno del poder en Washington.