Google enfrenta casos por prácticas monopólicas iniciados por el máximo organismo encargado de defender la competencia en el mercado de Europa, el Departamento de Justicia y fiscales generales de más de 30 estados y territorios de Estados Unidos.
Luego están las demandas de personas como “Mr. Sweepy”.
El operador de un sitio web llamado Sweepstakes Today, “Mr. Sweepy” —el apodo que usa Craig McDaniel—, dice que Google utilizó su poder en la publicidad en línea para dejar a su sitio en la insolvencia total. En diciembre, interpuso una demanda contra Google y dijo que tenía derecho a una compensación “considerable” por daños y perjuicios.
Su caso es solo un ejemplo de lo que se prevé que será una multitud de demandas privadas contra las prácticas monopólicas derivadas de los casos gubernamentales en contra de Google y Facebook.
En los últimos meses, ya se han presentado más de 10 recursos similares a los casos federales y estatales en contra de uno o de los dos gigantes de Silicon Valley. Muchos de ellos se basan en evidencia recabada en investigaciones gubernamentales. Por ejemplo, una empresa de medios en Virginia Occidental demandó a Google y a Facebook el mes pasado, con el argumento de que estas empresas tecnológicas habían colaborado para monopolizar el mercado de los anuncios digitales. Sus abogados citaron pruebas de casos del gobierno en repetidas ocasiones.
Los expertos en derecho afirman que es probable que se interpongan muchas más demandas este año.
Estas demandas se suman a la creciente presión jurídica que se cierne sobre las empresas de la industria tecnológica. Funcionarios a nivel federal y estatal han presentado tres recursos contra Google, pues afirman que ha mantenido monopolios en el ámbito de las búsquedas y en el mercado de la publicidad en línea. Las demandas presentadas por la Comisión Federal de Comercio (FTC, por su sigla en inglés) y un grupo de estados en contra de Facebook podrían buscar la separación y reestructuración de la empresa.
De ser exitosas, las demandas privadas podrían ser muy costosas para Facebook y Google. Estas empresas trabajan con millones de anunciantes y editores web al año y Google alberga aplicaciones de veintenas de desarrolladores, lo cual se traduce en muchos posibles litigantes. Los daños podrían ser considerables. Hace una generación, cuando Estados Unidos demandó a Microsoft por infringir las leyes antimonopolios, la empresa pagó 750 millones de dólares para llegar a un acuerdo con AOL, la entonces propietaria del navegador Netscape, que estaba en el centro del caso del gobierno.
“Hay bastante movilización en este momento y la gente está tratando de averiguar qué demandas privadas podrían tener éxito y cómo entablarlas”, dijo Joshua Davis, profesor en la Facultad de Derecho, de la Universidad de San Francisco.
Facebook se rehusó a hacer comentarios sobre las demandas. Julie Tarallo McAlister, vocera de Google, declaró en un comunicado que la empresa se defendería contra las querellas.
“Al igual que otros alegatos que los tribunales han rechazado en el pasado, estas denuncias intentan substituir los litigios para la competencia basada en el mérito”, declaró.
Las demandas privadas llegan después de las del gobierno por una sencilla razón: los reguladores tienen una clara ventaja al momento de obtener evidencia. Los investigadores federales y estatales pueden recopilar documentos internos y entrevistar a ejecutivos antes de interponer una demanda. Como consecuencia, sus querellas se presentan con un conocimiento profundo sobre las empresas. Los ciudadanos particulares no pueden recopilar ese tipo de evidencia, sino hasta que ya han entablado una demanda.
Según los expertos, si los casos del gobierno logran una victoria sobre Google o Facebook en un juicio, eso podría respaldar los argumentos de las demandas privadas. Los abogados podrían señalar esas victorias como prueba de que se infringió la ley y pasar de inmediato a su objetivo principal: obtener compensaciones pecuniarias.
Entre las personas que están demandando a los gigantes de la tecnología hay editores web, anunciantes y usuarios.
Sweepstakes Today, el sitio administrado por McDaniel, agrupa pozos de apuestas de todo el país. Sus ingresos provienen de los anuncios que, en parte, vende Google, según se afirma en la demanda de McDaniel, que pretende convertirse en una acción colectiva.
Durante años, el sitio generó unos 150.000 dólares en ingresos anuales y obtuvo ganancias, según dice la querella. Sin embargo, sus ingresos cayeron desde 2012, una caída que, según la demanda, es culpa del dominio de Google sobre la publicidad en línea.
McDaniel, quien firma algunos de sus mensajes públicos como “Mr. Sweepy”, dijo en una página de GoFundMe que lanzó para ayudarse a cubrir los costos de administrar el sitio que sus ingresos habían “caído como una plomada” y que quizá tendría que declararse en quiebra. Afirmó que Google también había perjudicado sus ganancias al clasificar su sitio como un centro para apuestas en línea, lo cual ocasionó que recibiera anuncios de menor calidad.
“Como Google se ha apoderado del internet literalmente, es casi imposible que las empresas operen en esta área sin usar algún servicio de Google, por lo que se ven obligadas a seguir las reglas y políticas arbitrarias de Google”, declaró en un comunicado John Herman, el abogado de McDaniel.
Entre los demás editores que han presentado denuncias contra Google por prácticas monopólicas están el sitio de letras de canciones Genius —que demandó a Google en 2019 por usar datos de letras recabados de Genius en sus resultados de búsqueda; al final su caso fue desestimado— y la revista progresista The Nation. Ambos se encuentran entre los demandantes de un recurso presentado por el despacho de abogados Boies Schiller Flexner, que pretende convertirse en una acción colectiva. Otro despacho jurídico destacado, Berger Montague, también presentó una demanda contra Google en nombre de varios editores.
Otras demandas representan a ciudadanos particulares que usan Facebook. Algunos de los usuarios arguyen que la red social puede usar sus datos personales sin compensarlos de manera adecuada, porque tiene el poder de un monopolio.
Las extensas querellas gubernamentales contra Facebook han ayudado a convencer a posibles demandantes de que podrían ganar sus casos, incluso frente a gigantes como Google y Facebook.
“Creo que les da credibilidad a los alegatos”, comentó Tina Wolfson, abogada de California que presentó una demanda privada contra Facebook.
Sin embargo, los abogados que entablan estas demandas también enfrentan dificultades. Las empresas tecnológicas cuentan con ejércitos de abogados para defenderse. Tal vez intenten forzar la situación, a fin de que se recurra al arbitraje, en el que cada denuncia individual se evaluaría de manera independiente y no en un gran conjunto, en lugar de llevarla a juicio. Además, la ley establece límites respecto a qué ciudadanos particulares pueden interponer recursos por infracciones a las leyes antimonopolios.
Quizá también sea difícil calcular las compensaciones. Los gigantes de la industria tecnológica suelen ofrecer sus productos gratis a los usuarios y, tal vez, sea difícil calcular el dinero que hipotéticamente se perdió.
Aun así, las posibles compensaciones son inmensas, dado el tamaño de las empresas tecnológicas.
“Estamos hablando de miles de millones de dólares como responsabilidad potencial, al menos”, dijo Davis, de la Universidad de San Francisco.