Para algunas personas, los nervios de la expectativa previa a la inyección son casi tan malos como el piquete. En el caso de la vacuna para la COVID-19, hay mucha ilusión de que permita un regreso a la normalidad.
La mayoría de las personas no les tiene un cariño particular a las agujas.
Sin embargo, para una cantidad significativa de personas, el temor a las agujas va más allá de solo causar ansiedad a un nivel más peligroso en el que el miedo evita que busquen la atención médica necesaria.
Además, ahora que la esperanza mundial de regresar a una normalidad después de la pandemia depende en buena parte de la voluntad de la gente para vacunarse contra la COVID-19, los expertos y los profesionales de la salud les están garantizando a esas personas que hay maneras de superar ese miedo.
“Sería una verdadera lástima que el temor a las agujas evite que la gente se vacune, porque se puede hacer algo por superar ese problema”, comentó Nipunie S. Rajapakse, experta en enfermedades infecciosas de la Clínica Mayo en Minnesota.
Un estudio de la Universidad de Míchigan reveló que el 16 por ciento de los adultos de varios países evitó ponerse la vacuna anual contra la influenza por el temor a las agujas y el 20 por ciento no se vacunó contra el tétanos.
Mary Rogers, profesora retirada de la Universidad de Míchigan y una de los autores del estudio, comentó que era demasiado pronto como para saber si habrá una cantidad similar de personas que se abstengan de vacunarse contra la COVID-19.
No obstante, ese temor tiende a disminuir conforme la gente envejece, una situación preocupante porque los responsables del aumento en los casos de coronavirus han sido los jóvenes, quienes son más propensos a tener la fobia.
Según los expertos, es un problema que se puede superar, ya sea que el miedo te impida vacunarte o tan solo te provoque angustia. A continuación, sugerimos algunas medidas.
Busca ayuda profesional para conquistar la fobia.
Un terapeuta puede ayudar a la gente con los miedos más graves, por medio de técnicas para superar otros miedos que pudieran afectar sus vidas.
“Cuando de verdad nos preocupa un miedo, es porque se llega al punto en el que este interfiere con la atención médica apropiada de las personas o porque está causando tal angustia que, en efecto, se van a vacunar contra la influenza o la COVID, pero se sienten mal todo un mes pensando en ponérsela”, comentó Dianne Chambless, una profesora de Psicología retirada de la Universidad de Pensilvania.
Con otras fobias, los profesionales a menudo te recomiendan una lenta exposición al miedo, como alguien que le teme a las alturas y pasa cada vez un poco más de tiempo en un balcón. Sin embargo, es más difícil con las agujas, porque no es común inyectarse y es fácil de evitar.
Chambless sugirió trabajar en tus niveles de confort, primero viendo fotografías de agujas y jeringas, luego fotografías de alguien a quien están inyectando y de ahí pasar a los videos. Sin embargo, un terapeuta puede ofrecer un plan más completo.
Si no puedes ver a un terapeuta, los libros de autoayuda para superar fobias podrían ser una opción más inmediata, según Chambless.
Coméntale a la enfermera sobre tus temores antes de ser vacunado.
Según Rajapakse, tal vez pueda usar algunas técnicas, o productos disponibles, para reducir el dolor o ser más paciente.
Si de algo sirviera tener a alguien a tu lado para brindarte apoyo, algunos centros de vacunación podrían permitirlo, pero tienes que preguntar antes.
Los temores de algunas personas pueden ser tan graves que corren el riesgo de desmayarse. Si ese es el caso, la enfermera te puede administrar la vacuna mientras estás acostado o, si no, ayudarte a reducir el riesgo, comentó Rajapakse.
Si corres el riesgo de sufrir un desmayo y empiezas a sentirte mareado, Chambless sugirió tensar los músculos del cuerpo para que la presión sanguínea se vaya a la cabeza.
Distráete.
Todo terminará en segundos y una distracción puede servirte para atravesar el proceso.
Puede ser un video de YouTube en tu teléfono o escuchar tu canción favorita. Puedes practicar técnicas de respiración profunda o meditación, mover los dedos de los pies u observar a tu alrededor y contar todas las cosas azules que puedas ver en la habitación.
Mucha gente elige no ver la aguja de manera directa. No tienes que verla.
“Aleja tu atención de lo que está ocurriendo”, opinó Rajapakse.
Enfócate en los beneficios.
Para algunas personas, los nervios de la expectativa previa a la inyección son casi tan malos como el piquete.
No obstante, en el caso de la vacuna para la COVID-19, hay mucha ilusión de que la vacuna permita un regreso a la normalidad. Rajapakse comentó que, cuando le pusieron la primera dosis, “en lo personal, me sentí optimista y emocionada en vez de nerviosa”.
“Si logras que ese sea tu principal pensamiento, podrías sentirte menos nervioso”, opinó Rajapakse.
Los medios pueden hacer su parte mostrando menos imágenes de gente que luce incómoda mientras una aguja le atraviesa la piel, lo cual puede agravar los sentimientos de ansiedad, mencionó Rajapakse.
Una buena contramedida es ver todas las fotografías positivas que se están publicando en redes sociales donde aparece gente mostrando su cartilla de vacunación, comentó Rajapakse (nada más ten cuidado con la cantidad de información que compartes). Mientras más selfis, calcomanías y publicaciones agradecidas vean las personas, hay mayor probabilidad de que asocien la vacuna con sentimientos positivos, explicó.