Al darle la bienvenida al nuevo año, lo hacemos pensado en un futuro digno para todos, un nuevo año, una nueva vida para todos, con espíritu renovado y los objetivos puestos en nuestras creencias y aspiraciones, en nuestro bienestar.
Al llegar estas fechas que simbolizan el cambio de año, es propicia la ocasión para revisar lo actuado y lo que buscamos. Lo más importante es lograr vivir con optimismo el futuro. Todos en estas fechas nos deseamos parabienes. Pero, asimismo como las empresas e instituciones realizan su balance anual y determinan sus proyecciones futuras, es necesario revisar las nuestras. Cada cual, de acuerdo con su propia estructura, formalizar un Plan de Vida.
Panamá se perfila en este año a lo que sería un año preelectoral. Al final de este, debemos tener claro quiénes serán los candidatos a cada puesto de elección, tanto a los que aspiran a la silla presidencial, a las bancas en la Asamblea Nacional, a las alcaldías, los Representantes de Corregimientos y uno que otro concejal en aquellos casos que se requieran.
Que salgan los mejores candidatos a proponer la dirección que se requiere como país. Ya debemos dejar de lado aquel estribillo de que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen. No. Los pueblos tienen los gobernantes que se les parecen.
Como país, requerimos que los panameños, los que están o no están inscritos en los partidos políticos o de alguna forma hayan respaldado candidaturas independientes, que es necesario que nos involucremos más en construir la democracia. Y, sobre todo, la democracia moderna que pone al ciudadano por delante. Es como decir el ciudadano se convierte en la piedra angular. Esa tarea está pendiente y, quizás, en los últimos 33 años no la hemos hecho bien.
La sociedad civil, se involucre más y juntos logramos tener un país para todos. Un país de mucha riqueza, pero con abundantes pobres. Todos debemos lograr la veeduría pública y que esto nos permita la movilidad social en donde haya oportunidad para los que residimos en esta bella nación.
Todos somos responsables de reducir la pobreza en Panamá. Lograr este objetivo como parte también de los objetivos universales.
Lograr una mejor educación. Igual que salud, y asimismo el trabajo como parte de la integración del país. Y el balance general que debe tener todo Estado, que es una justicia imparcial.
La seguridad como parte de vivir en esta sociedad en paz y sin miedo, miedo a nada, vivir de manera libre y responsablemente. Porque también la libertad requiere de responsabilidad.
Al darle la bienvenida al nuevo año, lo hacemos pensado en un futuro digno para todos, un nuevo año, una nueva vida para todos, con espíritu renovado y los objetivos puestos en nuestras creencias y aspiraciones, en nuestro bienestar.
Que entre los panameños no perdamos la confianza entre nosotros mismos, que parece ser el tema más complejo. La fe y la esperanza de que siempre vendrán mejores días. Por ello es por lo que es necesario ver el futuro con optimismo. Asimilar las enseñanzas del año que se va.
Desde esta columna deseamos a todos los lectores, al equipo técnico, ejecutivo y directivo de este medio electrónico, que el año 2023, que recién se inicia, sea lleno de realizaciones, pero que también trabajemos por lograrlas. ¡Que venga el 2023!