,

Venezolano llega con un solo pie a la frontera de con EE UU en busca de una prótesis

Venezolano llega con un solo pie a la frontera de con EE UU en busca de una prótesis
El migrante venezolano Jorge Briseño posa para una foto en el fronterizo río Bravo, el 10 de mayo de 2024, en Ciudad Juárez, Chihuahua (México). Foto: EFE, Luis Torres.

Durante su viaje de cuatro meses desde Venezuela, hubo días en los que caminó decenas de kilómetros a pesar de su discapacidad

El venezolano Jorge Briseño llegó a la frontera norte de México tras salir hace cuatro meses de su país, desde donde avanzó con un solo pie y con las manos con llagas por las muletas, por lo que ahora busca cruzar a Estados Unidos para conseguir una prótesis y un empleo, informó la agencia EFE.

A pesar de tener solo un pie, camina a lo largo del fronterizo río Bravo en Ciudad Juárez para buscar por dónde atravesar la barricada de alambre de navajas que colocó el gobernador de Texas, Greg Abbott, mientras critica al Gobierno de Venezuela porque, según él, sumió al país en la pobreza.

 

Foto: EFE, Luis Torres.

 

Para Dios no hay nada imposible, ahí lo que hay que pasar son esos dos alambritos. Si pasé de Venezuela para acá, ¿cómo no voy a pasar esos dos alambritos? En el Darién pasé así, si me caía, adiós. ¿Qué hizo Dios? me agarró y yo pasé todo relajadito”, relata Jorge.

 

El hombre comenta que durante su viaje de cuatro meses desde Venezuela, hubo días en los que caminó decenas de kilómetros a pesar de su discapacidad.

La historia refleja el drama del éxodo venezolano en México, donde el principal país de origen de los migrantes irregulares es Venezuela, con 89,718 registrados en el primer trimestre de el 2024, casi uno de cada cuatro de los 360,000 interceptados, según la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación.

 

Foto: EFE, Luis Torres.

 

¿Cómo es posible que yo tenga que ir para los Estados Unidos a buscar una prótesis y a que me den trabajo?”, lamenta.

 

Entre su mayor dolor, está haber dejado a sus hijos en Venezuela y además no suele tener dónde dormir, bañarse y comer.

“Llevo dos meses y yo no sé qué es un colchón, dormí así como los perros tirado en el suelo, a veces duro hasta 10 días sin bañarme. A veces duro días sin comer, pero no importa. La bendición de Dios es más grande, Dios es muy grande y mucha gente me ha bendecido, yo tengo mucha fe en Dios”, indica.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *