Amenaza a Estados Unidos con “las contramedidas más duras” si rechaza su soberanía y sus intereses de seguridad
Corea del Norte anunció el domingo la exitosa prueba de misiles de crucero estratégicos, bajo la supervisión de su líder Kim Jong Un. Este evento marca la primera evaluación armamentista de Pyongyang desde el arrollador retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, informó el diario español La Razón.
Una vez más, Kim enfatizó con orgullo que estas maniobras son prueba del avance de sus fuerzas armadas y, a su vez, lanzó una advertencia sobre una “dura contraofensiva” si sus intereses son ignorados.
La Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA) detalló que el test de estos sistemas mar-a-superficie persigue el objetivo de “reforzar la capacidad de control estratégico frente a posibles amenazas”, en un escenario regional marcado por tensiones crecientes.
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Los proyectiles, tras realizar complejas trayectorias elípticas y en forma de ocho, recorrieron 1,500 kilómetros en poco más de dos horas, impactando con precisión en sus objetivos. A pesar de estas provocaciones, los medios estatales aseguraron que las maniobras no representaron un peligro para la seguridad de los países vecinos.
Mientras tanto, el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur informó que esos fueron disparados desde el interior del territorio hacia las aguas de su costa occidental, dejando claro que la dinámica en la península sigue cargada de tensiones e incertidumbre.
Kim proclamó con firmeza que esta acción evidencia la incesante mejora de su capacidad disuasoria, asegurando que cumplirán su “vital misión y deber de defender la paz y la estabilidad sostenibles y duraderas”. Con determinación, afirmó que se apoyará en un músculo militar más robusto y avanzado, preparado para enfrentar cualquier desafío que amenace su integridad.
Asimismo, el Ministerio de Relaciones Exteriores norcoreano lanzó una dura crítica a las recientes maniobras militares conjuntas de Estados Unidos y Corea del Sur, advirtiendo que tales ejercicios desencadenarán “la más severa reacción de la A a la Z”, mientras Washington continúe desestimando la soberanía y los intereses de seguridad de la nación. Esta postura se presenta como la “mejor estrategia” para abordar la relación con
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Washington, según el comunicado oficial.
Cabe recordar que Trump, en una entrevista reciente, expresó su disposición para retomar el diálogo con Kim, sugiriendo un interés en reactivar la diplomacia con el Reino Ermitaño. Ambos se encontraron en tres ocasiones durante la primera administración de Trump, aunque sus negociaciones sobre programas nucleares colapsaron en el 2019.
El avance norcoreano en la producción de armas de destrucción masiva y la reciente legislación que autoriza su uso preventivo constituyen una grave amenaza tanto para la seguridad nacional de Estados Unidos como para la de la República de Corea.
En este contexto, analistas apuntan a que es imperativo que Estados Unidos implemente una robusta estrategia de represalias nucleares, acelere la modernización de su tríada nuclear y respalde un sistema de defensa antimisiles eficaz en territorio surcoreano.
Los expertos apuntan que un plan de contingencia militar, complementado por esfuerzos diplomáticos dirigidos a persuadir a Kim de renunciar a sus arsenales de destrucción masiva, se vuelve esencial.