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Texas lucha contra el tiempo para encontrar supervivientes de las inundaciones que han dejado 82 fallecidos

Texas lucha contra el tiempo para encontrar supervivientes de las inundaciones que han dejado 82 fallecidos
Fotografía cedida por la Guardia Costera de los Estados Unidos que muestra una inundación en el área de Kerrville, Texas (EE.UU.). EFE/Guardia Costera de los Estados Unidos

Los vecinos buscan volver a la normalidad tras la violenta crecida del río Guadalupe, que arrasó un campamento de verano para niñas

En la ciudad de Kerrville ya no llueve con violencia. El cielo todavía se ve plomizo. Sale el sol a ratos. La vida vuelve lentamente a la normalidad. Carros en las calles, negocios abiertos. De vez en cuando pasan helicópteros. En el parque Louise Hays, sin embargo, las brigadas de rescate no han parado de buscar personas, vivas o muertas, entre los árboles abatidos, informó diario español El País.

Las autoridades locales han informado de más de 80 fallecidos de momento, entre ellos 28 menores, dela ciudad y en el condado de Kerr.

El río Guadalupe, que atraviesa el parque, se desbordó la madrugada del viernes, dejando a su paso un rastro de destrucción sin precedentes en esa zona de Texas, a unos 100 kilómetros de San Antonio. Los vecinos recuerdan que hace dos noches creció tanto que casi llegó a cubrir el puente.

Fotografía de los escombros ocasionados debido a las inundaciones en el área de Kerrville, Texas (EE.UU.). EFE/Alejandra Arredondo

El acceso principal a esta zona verde está en la intersección de las calles de Cully y Thompson de la ciudad, de unos 25,000 habitantes. Pese a la advertencia de las cintas policiales, la gente ha continuado pasando.

“Esto era un parque donde jugaban niños. Es muy duro saber que ya no están, pensar en sus padres”, afirma una mujer de unos 50 años que observa desde el puente en referencia a los menores fallecidos y a las víctimas de Camp Mystic, un campamento de verano para niñas en el que se alojaban en el momento de la catástrofe 750 menores. “Yo trabajo cerca de acá. Mi casa no fue afectada, pero solo puedo pensar en esos niños que van a encontrar muertos”, comenta la mujer, al borde del llanto.

Debajo del puente, los rescatistas escarban viendo qué queda entre el fango y los escombros. Perros, drones, botes, motosierras, un columpio roto, árboles caídos, un coche todoterreno que se volcó en el agua, una grúa, barandillas, ropa, un sofá, una nevera. Un camión intenta remolcar un coche hundido que varios operarios han atado con una cuerda. Casi lo saca, pero falla dos veces.

Equipos de búsqueda revisan la vegetación y los escombros a lo largo del río Guadalupe en Hunt (Texas, EE.UU.). EFE/Dustin Safranek

“Aquí habían montado una carpa para celebrar el 4 de julio, pero el desastre comenzó y arrasó con todo”, recuerda Kim, una mujer rubia de ojos verdes que fuma sin parar, nerviosa. “Eran como las dos de la madrugada, fue todo muy rápido”.

James Caller también mira a los socorristas desde una barandilla. Están a unos 100 metros, con botas y chalecos amarillos, limpiando el río. “Espero que encuentren a alguien vivo, porque yo pude ser uno de ellos”, dice. Tiene 75 años, una barba canosa y lleva pantalón corto y gorra.

“Comenzó a caer muchísima agua, el río creció y todo lo que teníamos quedó bajo el agua. Estábamos congelados”, asegura este hombre, que se ofreció ayudar a pesar de su edad.

Ante la tragedia, el presidente Donald Trump, firmó este domingo una declaración de emergencia por desastre natural para atender la emergencia provocada por las inundaciones en Texas.

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